Un antiguo convento de
franciscanos del siglo XVI es ahora uno de los alojamientos con encanto más
emblemáticos del municipio portugués de Fundão (distrito de Castelo
Branco), en Beira Baixa.
Emplazado en un lugar idílico,
en las laderas de la sierra de Gardunha, y con la icónica sierra de la Estrella
(donde se encuentran las mayores alturas del Portugal continental) al frente
como telón de fondo, es fácil entender por qué se eligió esta ubicación
tan privilegiada para una retirada vida monacal.
Un lugar aislado de ruidos y
bullicio, rodeado de vegetación, perfecto, en su momento, para la oración.
Tras una impecable labor de restauración de este edificio (que llegó a estar en estado ruinoso por el abandono, transcurso del tiempo, olvido y desinterés) estos centenarios muros volvieron a tener vida transformándose en un lujoso hotel boutique donde aún permanece la historia y la impronta de lo que fue y de cuantos allí vivieron.
Son, por ejemplo, perfectamente identificables la
antigua iglesia y el claustro.
Nos encontramos ante un muy
recomendable cinco estrellas, llamado Convento do Seixo Boutique Hotel
& Spa (www.conventodoseixo.com), cuya fama
sobrepasa las fronteras de la región. Destino de viajeros y turistas que vienen
atraídos por la historia, el confort y las lujosas prestaciones que ofrece tan
singular alojamiento.
Esta parte de Portugal es
tierra de cerezos y de ondulados paisajes donde los valles se suceden entre
sierras y montañas. Un territorio natural ahora protegido, digno también de
conocer, perfecto para construir este convento de granito.
Lo que durante siglos era un
espacio de paz, rezos y plegarias al cielo, a día de hoy ofrece tranquilidad y
calma al huésped en un entorno sin igual donde el tiempo parece pasar
lentamente.
Un confortable hotel boutique,
con los más altos estándares de calidad, que cuenta (además de veinte
habitaciones y cuatro villas) con un magnífico spa (con piscina climatizada,
sauna y posibilidad de recibir diferentes tipos de tratamientos corporales),
una piscina exterior, bar y un extraordinario restaurante llamado “O
Pecado” (curioso nombre estando en un antiguo convento), donde una
gastronomía de autor, basada en los productos locales -perfectamente elaborada,
presentada y servida- hará las delicias del comensal.
Esta notable recuperación del
“Convento de Santo António”, conocido como “do Seixo”, lo posiciona como una
referencia entre los hoteles de alto nivel de la región.
Un espacio donde el huésped es
protagonista y un servicio profesional y personalizado (gracias a su pequeño
tamaño) son señas inequívocas de identidad del hotel.
Las sensaciones son, desde el
principio y nada más aparcar el coche, inolvidables. Apreciar, antes de entrar,
la belleza de la fachada del hotel ya predispone al huésped imaginando lo
imperecederos que serán los recuerdos de su paso por Convento do Seixo.
Emoción que se agranda cuando, al
acceder a su interior, no podemos más que admirar el escenario arquitectónico
de lo que fue la imponente iglesia del convento.
Una refrescante bebida de
bienvenida, y la amabilidad de personal que nos atiende, son presagios de lo
que nos espera.
Amplias y cómodas habitaciones
(algunas, antiguas celdas de los monjes), dotadas con todo tipo de prestaciones,
permiten un descanso donde el silencio se convierte en compañía, apenas
perturbado por el trinar de los pájaros al amanecer.
Fundão a nuestros pies, con la
idílica estampa, al ponerse el sol, de las luces de la ciudad que nos ofrecen
otra imagen, también preciosa, de la capital del cerezo en Portugal al anochecer.
No quiero olvidar un detalle
importante. Además del spa del hotel, ser huésped de Convento do Seixo
nos permite disfrutar del espectacular “Golden Rock Alambique Water Spa”.
Así es, a menos de diez minutos
en coche, conoceremos la experiencia que ofrece el mayor spa, en estos
momentos, de Portugal.
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