sábado, 5 de octubre de 2024

La Albufera de Valencia, un paisaje con personalidad propia.


    A poco más de diez kilómetros de la ciudad de Valencia, se despliega ante nuestros ojos un paraje natural único en la península ibérica: el parque natural de L´Albufera.



    Su nombre, procedente del árabe (“al-buhayra”), que significa “el lago o pequeño mar”, es toda una declaración de intenciones de lo que vamos a encontrar.




   Este singular entorno es una gran laguna costera (la mayor de estas características de España), de agua dulce y poca profundidad, compuesta por tres ecosistemas perfectamente diferenciados: el lago, los arrozales y la devesa (con dunas y bosques de pinos).



    Pues bien, parte de estas zonas pantanosas se convirtieron, ya hace siglos, en el hábitat ideal para el cultivo del arroz (principal actividad agraria del parque), siendo además el lugar más antiguo de España donde se planta este cereal que es el segundo alimento más consumido del planeta.



    Fueron los musulmanes que habitaban estas tierras quienes lo introdujeron al apreciar y aprovechar las características y bondades del terreno (en clima, suelo y abundancia de agua) para esta, entonces, novedosa práctica agrícola en la península ibérica.



    Con el paso de los siglos y la llegada de modernas maquinarias este durísimo trabajo de campo fue poco a poco suavizándose (no exento, en la actualidad, de mucho esfuerzo y dedicación) y siendo cada vez más productivo.




    Las acequias, los motores que bombean agua y las distintas esclusas permiten inundar y regar estos campos de arroz que conforman la mayor extensión de la Comunidad Valenciana dedicada a este cultivo que es, además, una importante fuente de ingresos para muchas familias.

    Un paisaje horizontal que, dicho sea de paso, cambia totalmente de color según sea el ciclo de este cultivo. De un intenso azul cuando estos campos están inundados a un sorprendente verde cuando crece el arroz; de un insólito dorado cuando la espiga está lista para ser cosechada a un llamativo marrón, color de la tierra, en época invernal. Toda una paleta de colores obra del hombre y la naturaleza.



    Palabras como “la perelloná” (cierre de compuertas para inundar los arrozales), “eixugar” (bajar el nivel del agua), “la xiruga”, “la guaretà, “mantornar”, “la transplantá” o “la birbá” (quitar las malas hierbas) le serán familiares cuando conozcan y les expliquen esta centenaria labor agrícola en la Albufera.

    Un trabajo tan laborioso, exhaustivo y delicado que, a pesar de los múltiples esfuerzos que requiere, tiene como final un producto de primera calidad, con denominación de origen propia, apreciado mundialmente: el “Arrós de Valéncia” (www.arrozdevalencia.org) Un verdadero embajador de la gastronomía valenciana y española.




    Conmemorando esta centenaria tradición agrícola y la calidad de este arroz se celebra APLEC (en su tercera edición).



    Un evento que congrega a decenas de destacados chefs (entre otros, Quique Dacosta, Luis Valls, Susi Díaz, Vicky Sevilla, Paco Torreblanca, Bernd Knoeller, Kiko Moya, Ferdinando Bernardi, Alberto Ferruz, Begoña Rodrigo, Aurora Torres, Andrea Drago, etc., etc.), donde además de degustar platos típicos de la Comunidad, se puede -acompañados de agricultores de La Albufera- practicar la siega por métodos tradicionales






    Ahora bien, conviene recordar cuando viajemos hasta estas latitudes que, junto a esta vertiente económica y agrícola, también se pueden practicar algunas actividades de carácter lúdico.




    Entre ellas, además de disfrutar de una buena paella, realizar un paseo en barca, llamadas albuferencs, por la laguna (especialmente a la hora en que se pone el sol cuando las distintas tonalidades del cielo parecen reflejarse, como gran espejo, sobre estas tranquilas aguas) o dedicar un tiempo a la observación de las aves que habitan el parque. Todo un santuario para los amantes de la ornitología y el birdwatching al ser un importante refugio y lugar de nidificación de numerosas especies de aves acuáticas.




    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 2 de octubre de 2024

La Albufera de Valencia, un paisaje con personalidad propia (larazon.es)









jueves, 19 de septiembre de 2024

Un sueño cumplido llamado Land of Alandroal


    A media hora de la frontera hispano lusa de Caya/Caia, descubrimos un formidable alojamiento, en medio de un espectacular campo adehesado alentejano, que es un verdadero oasis de tranquilidad y paz para el huésped.

    Un inigualable reclamo para el descanso donde la calma y el sosiego que supone pernoctar en un espacio natural tan envidiable son señas de identidad y una tentación difícil de rechazar.

   En el término municipal de Alandroal, cerca de la ciudad de Badajoz, encontramos este paraíso que perfectamente puede definirse como el sueño cumplido de Ligia Modesto Fraga y Rui da Silva Fraga, un encantador matrimonio luso angoleño que, enamorado de estas latitudes del país vecino, decidió apostar por este muy recomendable cinco estrellas.



    Land of Alandroal (www.landofalandroal.ptes el nombre de este asombroso hotel que cuenta con todo tipo de comodidades. Entre otras, una espectacular piscina exterior panorámica de agua caliente (que tiene su continuación en otra interior), zona verde para tomar el sol, sauna, gimnasio, spa, bar y un muy aconsejable restaurante donde la gastronomía alentejana tiene lógico protagonismo.





    Levantado sobre lo que fueron las ruinas de una antigua casa agrícola y ganadera, tras una magnífica reconstrucción, rehabilitación y ampliación que duró varios años, encontramos este cinco estrellas, único en su entorno, que cuenta con más de una veintena de amplias y cómodas habitaciones en un espacio natural que ronda las treinta hectáreas.





    Todo un lujo ideado y diseñado pensando en el disfrute del huésped.




    Es importante recalcar que inversiones hoteleras de este tipo, respetuosas con el medio ambiente y la naturaleza que les rodea, además de crear riqueza y puestos de trabajo, son una extraordinaria forma de asentar población en un territorio asolado por la emigración de los más jóvenes a las grandes ciudades de Portugal.



    La primera sensación, tras conocer las instalaciones, es que se respira un ambiente de hospitalidadUn hotel, de reciente inauguración, donde saben lo que es el arte de recibir.



    La vertiente gastronómica está perfectamente representada por su restaurante Santiago Maior, dirigido en la actualidad por el chef Allan Alves.

     Con una cocina a la vista -una circunstancia digna de destacar- y cuidando todos los detalles (mantelería, cubertería, vajilla, separación de las mesas, etc.) se posiciona como apuesta segura del buen comer.



    Era la segunda vez que comía entre estos muros (que aún recuerdan la antigua construcción) y sigo reafirmando mi primera buena impresión. Descubriremos un pequeño templo de la gastronomía alentejana, con toques de modernidad, asentado en una depurada técnica, en una buena presentación y en un impecable servicio sobre la base de un producto de primera.

    Todo ello, en un local en el que su imponente bodega acristalada en el centro es protagonista arquitectónica indiscutible de su decoración.




    Imposible no mencionar su magnífico desayuno (“pequeno almorço”). Amplio, variado, de calidad y muy bien servido. Más aún si nos damos cuenta que estamos en un recinto contiguo al restaurante en el que, mires donde mires, el campo que nos circunda es el colosal foco de nuestras miradas.



    Es importante también destacar que, junto a esa vertiente de descanso y relajación, Land of Alandroal puede ser también nuestro particular campo base para conocer cercanas e históricas localidades, algunas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, como Évora, Elvas, Alandroal o Vila Viçosa.

    Seguramente han oído hablar en alguna ocasión de Vhils, uno de los grandes muralistas y artistas callejeros contemporáneos del mundo.

    Alexandre Farto, su nombre real, se hizo famoso por su innovadora manera de entender el arte dibujando, entre otras cosas, realistas retratos en paredes y muros gracias a percutores e instrumentos nada convencionales.

    Pues bien, en un privilegiado lugar de Land of Alandroal descubriremos una de sus obras.



    Recuerdo, mientras trato de condensar tantos buenos momentos y experiencias vividas en este hotel rural de lujo, una de las frases que, tanto Ligia como Rui, me repetían: “tratamos de crear una casa grande para hacer amigos”.




    En cierta manera, es un compendio de la filosofía de este incomparable alojamiento. Además del lujo de un moderno cinco estrellas que cuida cualquier pormenor (amenities de primera calidad, detalles de bienvenida y salida, instalaciones de primer nivel, camas y duchas de gran tamaño, etc.) hay una apreciable cordialidad, amabilidad y hospitalidad que parece abrazar todas las actuaciones de cuantos allí trabajan.




    Para finalizar, puedo decir que, ojeando los comentarios vertidos de algunos de sus huéspedes, me llamó la atención, por lo certero, uno de ellos que en pocas palabras resumía lo que vamos a descubrir: “un lugar ideal para recargar y desconectar”.




    Este reportaje se publicó en el diario español LA RAZÓN el 16 de septiembre de 2024.

Un sueño cumplido llamado Land of Alandroal (larazon.es)