miércoles, 24 de julio de 2024

Estoril Vintage Hotel, una joya que merece la pena descubrir


    Si se hiciera una encuesta sobre qué características debe reunir un hotel para ser el alojamiento ideal del entrevistado, el que hoy nos ocupa cumpliría, y de sobra, la mayoría de las pretensiones del encuestado.



    Elegante, tranquilo, con aires palaciegos, exclusivo, con una historia a sus espaldas, pocas habitaciones, cinco estrellas, un restaurante referencia, precioso bar, situado frente al mar, con una piscina de ensueño, salones y estancias de las que dejan recuerdos imperecederos, gimnasio, peluquería, un pequeño spa, etc., etc. son algunas de las credenciales de uno de los más espectaculares hoteles, a pesar del poco tiempo de vida, de esta zona de Portugal.



    Me refiero a Estoril Vintage Hotel (www.estorilvintage.com), que fuera casa de la familia Líbano Monteiro, ahora abierto como alojamiento de lujo, desde agosto de 2022, tras una minuciosa restauración.




    Preservando el legado histórico y cultural de este palacete, de indiscutible elegancia exterior e interior, sus más de cien años de vida le dan la prestancia y distinción de un inigualable hotel con mucho encanto donde pasado y presente parecen darse la mano frente al océano Atlántico.




    Escaleras, salones, decorado, mobiliario, terraza o artesonado delatan el rico pasado de esta antigua mansión dándole nuevas utilidades. 






    Pernoctar entre estos muros es mucho más que dormir en un palacete único. Hay una sensación de exclusividad y distinción. Sin duda, un privilegio difícil de igualar el que ofrece este cinco estrellas sin par. 



    No hay que olvidar que este edificio emblemático se ubica en Estoril (capital de la llamada Riviera portuguesa), antaño lugar de descanso elegido por algunas monarquías y la aristocracia portuguesa y europea. Actualmente, puede presumir de ser uno de los más representativos e icónicos destinos de veraneo del país vecino con el aliciente, nada insignificante, de su cercanía a Lisboa.



  Quince espaciosas habitaciones de ensueño en sus diferentes versiones (Suite Master, Suite Ático, Suite Superior, Quarto duplo, etc.). Cada una con tan clara personalidad diferenciadora que parece contar su propia historia, pero todas formando parte de ese estilo elegante, cautivador y glamuroso que ha recreado magistralmente con todo tipo de detalles la diseñadora Graça Vitervo.




    Del restaurante (“Vintage”) también se pueden escribir multitud de maravillas. Para empezar, decir que es de esos que, en las elaboraciones que preparan, rozan la perfección.



    Al mando de estos fogones se encuentra la chef Sara Esteves, que ofrece una cuidada carta que ha sido asesorada por el gran y acreditado cocinero portugués Henrique Sá Pessoa.



    El restaurante, además de una buena comida, brinda un entorno único. Un bonito espacio donde disfrutar del buen comer al que hay que sumar la delicadeza de su decoración, el cuidado en los detalles (mantelería, cubertería, vajilla, cristalería, etc.) y el inmejorable servicio que se brinda al comensal.



    Se trata de un atrayente espacio acristalado contiguo al palacete, lleno de luz, con el horizonte infinito del mar y un gran panel de azulejos blancos y azules, tan típico de Portugal, en uno de sus laterales. Todo ello, bajo la mirada de una gran lámpara en la parte superior central que parece presidir cuanto bajo ella acontece, que no es otra cosa que una fantástica sinfonía gastronómica.




    "Risotto de lavagante ao champanhe, telha de parmesâo e espuma de malagueta", "magret de pato com puré de aipo e feijâo verde redondo salteado e molho de cereja", "caril de gambas com arroz basmati, chutney de manga e papadums", "lombo de bacalhau e brandade, cebolada, coulis de salsa e chips" o "vieiras, brandade de couve flor, frutos secos e alcaparras" son algunas de sus irresistibles propuestas.



    Por cierto, además del excelente brut que me aconsejaron, como postre, permítanme una recomendación: "pudim de ovos, gelado de amêndoas a graos de laranja".



    Nos encontramos en un palacete centenario, que fue comprado, como antes comenté, por la familia Líbano Monteiro, muy unida, por razones laborales, con la antigua colonia portuguesa de Macao.



    Esta, nada desdeñable, circunstancia exigía tener un culto especial con el té, tan popular en aquellas tierras asiáticas. Una ligazón que se convierte en el pretexto ideal para disfrutar de otro momento único con su cuidadísimo menú “tarde do chá” compuesto por una extensa variedad de posibilidades de esta infusión y numerosos acompañamientos (pequeños sándwiches, distintos tipos de dulces, …).



    Siendo éstos parte de los argumentos y las credenciales del hotel, no es de extrañar que sea el lugar soñado para la celebración de eventos de alto nivel. La sofisticación, el entorno y la profesionalidad están garantizados.




    Leyendo diversos comentarios sobre Estoril Vintage Hotel, me llamó la atención uno que decía lo siguiente: “Una joya que merece la pena descubrir”. Creo que es tan atinada esta apreciación que no hay mejor manera de titular estos párrafos.




    Para que un proyecto de esta envergadura y calidad sea así de exitoso es necesario que exista un extraordinario equipo multidisciplinar que ha conseguido llevar a buen puerto esta fantástica idea de convertir un impresionante edificio de los años veinte del siglo pasado en un hotel referencia en el lujo en Estoril/Cascais.




    Muchas personas y muchos nombres han puesto sus esfuerzos en esta ilusionante idea, ahora hecha realidad, que ha tenido como alma mater a Dª. María do Rosário Monteiro.



    Sólo les pido (sabiendo que me quedan cosas en el tintero para que les sorprendan aún más gratamente), si se deciden por este magnífico cinco estrellas, que disfruten la experiencia. Que saboreen esos momentos relajados e inolvidables en estos salones sin igual.



    No olviden que en Estoril Vintage Hotel las emociones perduran más allá de nuestra estancia.



    Finalizo indicando que este reportaje se publicó en la web del diario español La Razón el 10 de julio de 2024.

Estoril Vintage Hotel, una joya que merece la pena descubrir (larazon.es)






jueves, 11 de julio de 2024

Una cena en Bristrot "Le Café" del hotel Dom Pedro


    Hay hoteles en Lisboa a los que me gusta volver. Seguramente, porque albergo magníficos recuerdos de mis anteriores estancias. 



    Ése es el sentimiento que me invade cuando mencionan a Dom Pedro Lisboa (www.dompedro.com), un cinco estrellas ubicado en la zona de Amoreiras de la capital portuguesa y un clásico en la ciudad entre los hoteles de este segmento. 



   De él escribí hace unos meses relatando parte de mi experiencia. Es uno de los alojamientos más icónicos por los que han pasado grandes personajes a nivel mundial de la política, la música o el deporte.  



    El 21 de febrero de este año publiqué mis sensaciones en un post cuyo link os dejo a continuación:

Narrogeographic: PORTUGAL (LISBOA. HOTEL DOM PEDRO)




    En el día de hoy voy a centrarme en una de sus vertientes culinarias.  Escribiré de uno de restaurantes

    Estuve cenando, hace pocos días, en Bristrot "Le Café", situado en la planta baja, al fondo tras cruzar la recepción, de este inmenso edificio que conforma el hotel. 



    Su nombre ya nos recuerda a esos aires parisinos de los típicos bistrós, tan populares en la gran urbe francesa, pero con una visión portuguesa. 




    Es un espacio agradable y amplio, donde también sirven los desayunos



    Muy próximo, casi contiguo, se encuentra el bar, ideal para disfrutar, tras un ajetreado día recorriendo muchos de los encantos de Lisboa, una copa en amena conversación con familia y amigos.



    Dom Pedro, referencia en la hotelería en Portugal, sigue siendo un valor en alza cimentado en la profesionalidad y en ese mundo de pequeños detalles que tanto gusta al huésped.  

    Sobre las nueve de la noche estaba reservada mesa para dos personas en Bristot Le Café. Puntual a nuestra cita, allí estábamos para disfrutar, de nuevo, de estos fogones.



    Una cosa tenía clara, quería pedir un plato que, en la anterior ocasión que estuve, me encantó: “Lombinhos de porco preto corados con presunto á portuguesa”.



    La velada fue francamente agradable. Os cuento algunos detalles de esa noche.

    Empezamos con unos entrantes, entre los que destacaba un espectacular aceite de oliva virgen extra de la marca “Monte da Raposinha”. El pretexto ideal para mojarlo con los diferentes panes que nos pusieron.



    La carta es variada, con predominio lógico de la gastronomía portuguesa. Diferentes entrantes, diversos tipos de tartar, carnes, pescados, opciones vegetarianas, postres y sorbetes forman esta "ementa" en la que merece una mención especial su apartado “Nossso bifés/Our Steaks" donde encontraremos “Raspado Wagyu, Alcatra, Vazia, Vazia Maturada, entrecote maturado, lombo, …”



     Buen servicio, buena compañía y un espacio acogedor. No se puede pedir más. Todo perfecto para una gran noche. A la altura del hotel en el que nos encontramos.  

    Nos decantamos por las siguientes elaboraciones: “tábua de charcutarias ibéricas” (paio de Barrancos, paiola da Beira, copita estremenha e presunta de pata negra), “salada de camarâo com gambas e molho cocktail” “bacalhau confitado en azeite, alho, alecrim, creme de grâo e espinafres baby” y, naturalmente, los mencionados “lombinhos de porco preto”.



    De su carta de vinos elegimos un espumante portugués y un vino verde Soalheiro Allo de uvas Alvarinho y Loureiro. Magnífico acompañamiento para la cena.



    Como comenté al principio del post, es la segunda vez que ceno en Bristrot "Le Café"

    No hay mejor recuerdo de aquella velada que colgar algunas fotos de esa primera cena. 




    No quiero dejar de mencionar que Dom Pedro Lisboa cuenta con un restaurante emblemático: “Il GattoPardo”, de aires italianos. Sin duda, otro argumento de este alojamiento de lujo.

    Dom Pedro es uno de esos hoteles que siempre aconsejo para quienes deseen pernoctar en Lisboa (amplias habitaciones, multitud de salones para celebrar todo tipo de eventos, cómodo, cercano al centro comercial de Amoreiras, trato personal con el huésped, etc. etc.). 



    Una extraordinaria relación calidad/precio, muy competitiva, a la que hay que sumar campañas, como la de este verano para el mercado español, en aquellas estancias hasta 31 de agosto de 2024, con un 10% de descuento en habitaciones, estacionamiento gratuito para un vehículo y tratamiento VIP en la llegada.