miércoles, 16 de julio de 2025

METT, un hotel con estilo propio en la Costa del Sol

 

    Cuatro letras, cuatro simples letras que, en el mundo de los alojamientos de lujo, ya son una referencia en la Costa del Sol.



    METT Marbella Estepona, con una innovadora propuesta como destino y un sorprendente concepto ‘lifestyle’, es el primer hotel que esta cadena ha abierto en España.



    Con una localización perfecta, junto a la playa del Saladillo (término municipal de Estepona) y con el Mediterráneo a una decena metros, descubrimos este paraíso (creador de momentos únicos) para disfrutar de la vida durante nuestra estancia.


 

    Su espectacular piscina exterior (supera los cincuenta metros) es el corazón neurálgico de todo el resort. A su alrededor, un gran edificio en forma de U (con ascensores panorámicos), encalado con el inmaculado blanco de estas tierras, donde se encuentran las habitaciones y diferentes dependencias.



    Nada debe extrañar que sea esta piscina, flanqueada por palmeras y tumbonas, la imagen más icónica de METT, habiéndose convertido en un improvisado y deseado photocall donde huéspedes y visitantes se acercan a inmortalizar estos momentos en un escenario tan singular que tiene como telón de fondo la tranquilidad del mar Mediterráneo.

   



    Un magnífico resort, a prueba del más exigente de los huéspedes, que cuenta con todo tipo de comodidades gracias a la gran remodelación de lo que antaño fue un antiguo cuatro estrellas.



    En definitiva, un lugar perfecto para alojarse que cuenta con doscientas cuarenta y nueve habitaciones (incluyendo increíbles suites con piscina privada).




    El sueño de cualquier viajero que se encuentre en esta parte del sur de España se llama METT Marbella Estepona.



    Sus cinco estrellas, ganadas gracias a una inmejorable sucesión de prestaciones de alto nivel, consiguen crear experiencias únicas e irrepetibles para disfrute del huésped.




    Y es que nada más entrar descubrimos que estamos en un sitio especial. Un espectacular olivo preside el gran y luminoso lobby del hotel mientras, antes de asignarnos el número de habitación, nos preparan un refrescante cóctel de bienvenida.




   Gimnasio (Raise fitness & Wellness), una amplia propuesta gastronómica, tienda, un excelente servicio deseoso de mimar al cliente, salones y espacios versátiles para eventos, conferencias y celebraciones, amenities de primera calidad o disfrutar de unos momentos placenteros en MOI Spa (con una variedad de tratamientos relajantes y revitalizantes para el cuerpo y la mente) son algunas de sus prestaciones.



    Imposible no hacer especial hincapié en sus particulares “cabanas” para disfrutar a lo grande de otra manera. Unas zonas privadas, en total cuatro, donde en cliente, además de degustar la gastronomía del hotel, cuenta en este singular espacio con cama balinesa, tumbonas, mesa con sillas y, lo más novedoso, una piscina privada a pie de playa. El sueño de muchos.




    Su vertiente culinaria es, desde luego, digna de reseñar y merece atención especial gracias a la variedad de sus escenarios.





    La reconocida filosofía de METT de conseguir que la estancia entre sus paredes sea también una experiencia gastronómica aquí, sin duda, está presente.



    “Isola” (con una propuesta de culinaria italiana y platos perfectamente cocinados como sus características “pinsas”), “Ammos” (donde disfrutar de lo mejor de la cocina griega en un ambiente desenfadado en el que viajamos con la decoración y el paladar al país helénico), “Azure Beach” (situado en la playa, sabe conjugar la buena gastronomía con los paseos por la playa o la tranquilidad de una tumbona donde dejarse acariciar por una agradable brisa marina) o el “Bar de Lola” (ideal para probar un variado surtido de tapas andaluzas, además de un completa carta de cócteles).






   Una apuesta por la gastronomía de altura que tiene también, como otros de sus momentos excelsos, su inigualable “desayuno buffet”, uno de los más completos que conozco y al que es imposible ponerle un pero.





    Ese desafío por conseguir lo mejor en este mundo gourmet, se ampliará en un futuro no lejano (las previsiones apuntan al 2026) con la apertura de D´lirio, un restaurante/bar que ofrecerá lo más representativo de la cocina latinoamericana.



    METT Marbella Estepona ha venido para sumar y ampliar la espectacular oferta hotelera de lujo de esta parte de España y, además, viendo el éxito y la capacidad de atracción que tiene, no hay duda que ha venido para quedarse.



    Los datos lo avalan, habiendo superado las mejores expectativas gracias a un producto turístico, en muchos aspectos, sorprendente y diferenciador que sabe combinar y equilibrar ocio y descanso.



   Su gran aceptación por el público, tantos huéspedes como comensales (deseosos de conocer su atrayente, variada, refrescante, joven y cosmopolita propuesta) es el mejor aval para afirmar que este cinco estrellas está de moda.



    Un hotel también involucrado en la vida y eventos de la Costa del Sol. Por segundo año consecutivo, será hotel oficial de Starlite Occident (www.starlitefestival.com), considerado el mejor festival boutique del mundo y por el que pasan algunos de los más importantes artistas a nivel mundial.



    En definitiva, un hotel con estilo propio, ideal para desconectar, que sabe dejar huella en quienes lo visitan.

Webwww.metthotelsandresorts.com/marbella/


   

    Estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN en 25 de junio de 2025.

METT, un hotel con estilo propio en la Costa del Sol




martes, 15 de julio de 2025

Unas vistas inigualables de Budapest

 

    Todo viaje guarda siempre en la memoria una fotografía, una instantánea, que parece brillar con mayor lucidez entre los muchos recuerdos que traemos al retornar a casa. Una imagen que, de manera inconsciente, dibuja una sonrisa en la cara cuando la volvemos a ver.



    Tras mi última visita a Budapest -capital de Hungría y una de las ciudades más interesantes y cautivadoras de Europa- los recuerdos y las añoranzas de aquellos maravillosos días se agolpaban.



    Como es sabido, su nombre proviene de la unión de dos antiguas urbes (Buda -ubicada en una colina que va paralela al río- y Pest -en la otra orilla, más llana-). Ambas separadas, y a la vez conectadas, por el caudaloso Danubio.



    Sin duda, una de las localidades del viejo continente que, sí o sí, hay que conocer.



     De los numerosos miradores que podemos encontrar en la parte de Buda (la orografía da pie a ello) como la ciudadela de la colina Gellért o las increíbles panorámicas que se descubren desde el Bastión de los Pescadores (formado por siete torres construidas con piedra blanca que honran a los siete caudillos de las tribus magiares que llegaron a estas tierras y fueron el germen de la actual Hungría), hoy les recomiendo el situado la terraza del castillo (en lo alto de sus murallas).



    Un castillo (más bien un complejo palaciego barroco) con una tumultuosa historia que, en su trazado urbanístico actual, fue ordenada su construcción por la dinastía de los Habsburgo.





    Por su altura y por su privilegiada ubicación, en mi opinión, es el mejor de los miradores al regalarnos unas vistas únicas de cuanto se despliega a nuestro alrededor.

    Por un lado, mirando a la izquierda, el puente de las Cadenas (el más antiguo y famoso de la ciudad) y el impresionante edificio del Parlamento (uno de sus más importantes símbolos arquitectónicos de Budapest). También, algo más lejos, se aprecia la isla Margarita, uno de los "pulmones verdes" de la ciudad.



     Por otro, a nuestra derecha, la colina Gellért (con la colosal estatua de la Libertad, visible desde casi todos los puntos de ciudad, junto a una gran bandera del país que ondea sobre un inmenso mástil).



    Igualmente, en esta zona podemos divisar el puente de la Libertad (con su característico color verde) y el de Isabel (bautizado así en honor a la emperatriz Sissi -Isabel de Baviera-).

    A nuestros pies, un majestuoso Danubio cuyas aguas (transitadas por numerosos barcos, en su mayoría dedicados a pasear a los turistas) van formando una suave curva que define la orografía del lugar.

   Y, como fondo de tan espectacular escenario urbano, Pest con esa cautivadora mezcla de edificios clásicos y modernos donde son perfectamente reconocibles las torres de muchas de sus iglesias y, sobre todo, la gran cúpula de la basílica de San Esteban (la mayor iglesia católica de todo Hungría)

  En cierta forma, el viajero comprende, desde este emblemático emplazamiento, por qué se conoce a Budapest como la “Perla del Danubio”.



    Conviene recordar que esta gran arteria fluvial es el río más grande de Europa occidental, atravesando o haciendo de frontera de diez países hasta desembocar, formando un gran delta rico en biodiversidad, en el mar Negro.

  Aunque son muchas las ciudades (Belgrado, Viena, Linz o Bratislava) que son bañadas por estas aguas, no hay duda que con Budapest hay un idilio especial.



    En definitiva, junto a un recomendable paseo en barco para ver la belleza de esta ciudad desde otra perspectiva, nada como subir hasta este mirador del castillo/palacio de Buda para darse cuenta de la importancia y el eterno romance entre Budapest y el Danubio.

Datos útiles

1.- Webwww.visithungary.com

2.- ¿Dónde comer? Ya que estamos en la zona de Buda, una buena opción para disfrutar de la cocina austrohúngara es el restaurante Ida (www.idabistro.com).




    Su carta ofrece un magnífico repertorio de la gastronomía de estas latitudes en un ambiente relajado y elegante. Sin duda, el escenario perfecto para saborear un plato húngaro tan representativo como el “goulash” acompañándolo con alguno de los magníficos vinos que se elaboran en el país.




3.- Baños termales. Reconocida como una ciudad de balnearios, es una de las experiencias que hay que probar.



   El más conocido de todos ellos, cuya visita recomiendo, es el balneario Széchenyi (www.szechenyibath.hu), uno de los más grandes de Europa y un símbolo de Budapest.



    Es icónica la imagen de sus tres piscinas exteriores, de intenso color azul, rodeadas por espectaculares edificios neobarrocos de tonalidades amarillas.




    Estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 13 de julio de 2025.