sábado, 7 de junio de 2025

La Milla, un chiringuito de altura en la costa marbellí


    Si dedicásemos unos minutos a interesarnos cómo definen diferentes buscadores la palabra chiringuito, casi todos convergen en una serie de elementos comunes. Establecimiento al aire libre, cercano a la playa, especialmente enfocado al pescado, de carácter popular o muy frecuentado en épocas veraniegas y vacacionales.



    Lo cierto es que algunos chiringuitos han evolucionado con el paso de los años ofreciendo, en un local cuidadosamente decorado, una propuesta gastronómica de primer nivel que nada tiene que envidiar a muchos restaurantes de altos vuelos.



    En este grupo de templos gastronómicos situados junto al mar descubrimos La Milla (www.lamillamarbella.com), ubicado en la Playa de Nagüeles de Marbella.



    Un magnífico restaurante (al que le gusta que le sigan llamado chiringuito) donde la calidad de un producto de primera y una moderna actualización culinaria -sin olvidar las raíces de estas tierras- son señas de identidad.




    Estamos, a mi entender, en uno de los mejores chiringuitos de la Costa del Sol.

    Esta valoración personal se sustenta, además de la experiencia propia, en grandes reconocimientos como, entre otros, la consecución de un Sol Repsol o estar recomendado por la guía Michelin (la más famosa, a nivel mundial, en el mundo de la alta cocina).



    Un meticuloso trabajo (bajo la irrenunciable premisa de un producto de primera gracias a proveedores rigurosamente seleccionados), una impecable presentación, una magnífica atención al público y un servicio muy profesional se concentran en un escenario único como es esta parte de la costa marbellí.



    Déjenme aconsejarle, entre la variedad de su carta, sus famosos “brioches”. Así es, teniendo como base este inolvidable bocado, ¿qué les parece acompañarlo con tartar de atún y chocolate blanco? ¿Y si lo fuera con anchoa y queso “Payoyo”? ¿Serían capaces de resistirse a un brioche de gamba blanca y limón?



    La posibilidad de elaboraciones con diferentes productos es amplísima. ¿No se les hace la boca agua si en un mismo plato les hablo de puntillitas, huevo y caviar? ¿Se imaginan una banderilla de carabinero y piparra?



   En definitiva, espectaculares entrantes para abrir boca que pueden acompañarse posteriormente con un magnífico arroz (como el de ibéricos) o extraordinarios pescados y mariscos de estas tierras andaluzas.



    Si son amantes de los vinos, no olviden interesarse por la multitud de referencias -nacionales e internacionales- que ofrece su carta. Centenares de ellas, concienzudamente elegidas y de contrastada calidad, hacen de La Milla una pequeña/gran meca de los buenos vinos. No exagero cuando digo que no hay muchos restaurantes que ofrezcan al comensal una propuesta en este sentido tan amplia.







    Para acabar, antes de un buen café, les sugiero que pidan su formidable, sorprendente y refrescante limón helado. Nada que ver con la idea tradicional que tenemos de este postre. No les adelanto más. Les gustará el consejo. 



    En La Milla se aprecia una reinvención del concepto clásico de chiringuito hacia cotas más altas.



    Estamos en un restaurante que conjuga la meticulosidad, técnica y pulcritud en el trabajo de una gastronomía de altura con la frescura, el desenfado y la cercanía al mar de un chiringuito.



    Un atrayente desafío, en un bonito local, con zonas al aire libre y protegidas, además de un espacio con sombrillas en la playa.



    ¿Qué más se puede pedir? El lugar perfecto por estas latitudes para pasar un día inolvidable junto al Mediterráneo acompañándolo con una comida de ensueño.



Consejos únicos:

¿Dónde dormir? "The Old House Marbella". Con una privilegiada ubicación, este pequeño alojamiento rezuma encanto y buen gusto.



Un paseo: Recorrer al ponerse el sol las estrechas y cuidadas calles, de fachadas encaladas y trazado sinuoso, del casco antiguo marbellí es un verdadero placer.





    Tras disfrutar de este animado itinerario, repleto de terrazas y tiendas, nada como cenar en el Bar Guerra y disfrutar de una casi inabarcable variedad de tapas típicas de la tierra.



    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del periódico español LA RAZÓN el 6 de junio de 2025, 


















lunes, 26 de mayo de 2025

Praia do Canal, tranquilidad en la Costa Vicentina

    La costa Vicentina, un paraíso situado en suroeste de Portugal, es seguramente uno de los espacios naturales más vírgenes del viejo continente.



 

    Protegido gracias al “Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina”, este gran trecho costero de más de cien kilómetros de extensión, posee espectaculares playas y escarpados acantilados cincelados por las embestidas del mar y el viento.



    Sin duda, un reclamo indiscutible para quien disfrute de paseos entre la naturaleza en un territorio rico en flora y fauna, tanto terrestre como acuática. Estamos es una de las zonas más bellas del país vecino.




    En este paradisiaco escenario natural, con el océano Atlántico al fondo, en medio de la naturaleza y en un Algarve no masificado, encontramos un hotel, perteneciente al selecto club Small Luxury Hotels of the World (www.slh.com) donde el sosiego, el reposo y la tranquilidad parecen tener su casa entre estos muros. Su nombre: Praia do Canal Nature Resort (www.praiadocanal.pt).



    De moderno diseño (bajo la firma del arquitecto João Favila Menezes), con tonos cálidos, influencias minimalistas y una atrayente decoración obra de la diseñadora Constança de Castro Fernandes, este lujoso oasis en medio de la naturaleza ofrece todas las comodidades que el huésped pueda desear, aderezadas con una gran propuesta gastronómica (gracias a sus restaurantes Azeitona –capitaneado por el chef Marcelo Santos, Medronho -donde probar magníficos cócteles de autor- y Zimbro -situado frente a la gran piscina exterior-).



    Ese cuidado por la decoración, visible a lo largo de todo el resort, es especialmente apreciable nada más acceder al vestíbulo central al entremezclarse, con extraordinario gusto, obras de arte, una chimenea central, grandes sofás y alfombras, estanterías, piezas de corcho y madera (algunas de estas últimas, traídas desde Bali), un inmenso panel de azulejos en relieve anaranjado (obra de la artista María Ana Vasco Costa) o raíces de árboles transformadas en increíbles esculturas, mesas o lámparas.






    No hay duda que todo está pensado para el relax, la comodidad y el bienestar del huésped en este impecable cinco estrellas, el primero situado en el término municipal de Aljezur.





    Una espectacular piscina exterior tipo infinity (con "camas de piedra" sumergidas), gimnasio, spa (con baño turco, sala de tratamientos, sauna, zona de relajamiento, piscina interior de agua caliente, ducha sensorial, etc.), espacio para practicar yoga, varios miradores o una pequeña tienda donde se venden productos elaborados en Portugal son, entre otras, algunas de las prestaciones que ofrece este hotel.






    Las más de doscientas hectáreas que componen la propiedad cuentan también con senderos por donde perderse entre colinas y bosques o acercarse al inmenso océano Atlántico.




    Además, gracias a distintos acuerdos con “parceiros”, es posible contratar "jeep safari", recibir clases de surf, pasear a caballo, realizar avistamiento de aves, recorrer la costa en barco, volar en globo, participar en catas de vinos, visitar grutas o preparar excursiones para comer en medio de la naturaleza.



    Praia do Canal, perteneciente al grupo empresarial Leacock, es su primera experiencia hotelera en Portugal continental, aunque ya posee un dilatado bagaje y varias empresas dedicadas al mundo turístico en Madeira, entre éstas, dos reconocidos hoteles de la isla.



    Cincuenta y seis amplias habitaciones en diferentes modalidades. Todas ellas, un lujo para el descanso.






    Desde las junior suites con terraza al exterior y cama con dosel, a suites familiares con piscina privada o a las impresionantes Grand Suite Rooftop.



    La pregunta es evidente. ¿Por qué no dejar reloj en la habitación, acercarnos a la piscina y relajarnos dejando que el tiempo pase mientras disfrutamos del omnipresente sol del Algarve?



    En eso consiste la felicidad. En disfrutar de lo que nos gusta, en dejar aparcadas las preocupaciones y olvidarse por unos días de lo cotidiano.



    Praia do Canal Nature Resort, gracias a su ubicación, amplios espacios, diseño único, ambiente acogedor y tonalidades suaves es el sitio perfecto para desconectar en medio de la naturalezaSin agobios, sin ruidos, dedicándole tiempo a uno mismo.



    Tras esta magnífica experiencia de paz y tranquilidad, envueltos por este precioso paisaje que nos rodea, nada como finalizar el día cenando en el restaurante Azeitona (su gran apuesta gastronómica) para disfrutar las excelencias culinarias (de inspiración regional y priorizando los ingredientes orgánicos de cercanía) preparadas meticulosamente por Marcelo Santos. Todo un descubrimiento y, creo, que una acertada recomendación.





    El resumen del paso por este hotel lo aglutina con mucho atino, y en pocas palabras, uno de sus lemas: “Providing Inmeasurable Memories” (Proporcionando recuerdos inconmensurables).




    Finalizo este post indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÒN el 4 de mayo de 2025.