Cualquier aficionado a los deportes, y especialmente al tenis, sabe que en Wimbledon se celebra uno de los cuatro Grand Slam (junto al abierto de Australia, Roland Garros y el abierto de Estados Unidos).
Este famoso torneo, que se juega sobre hierba, es el campeonato oficial de tenis más antiguo del mundo.
Durante el "puente de la Inmaculada", en diciembre de 2024, estuve visitando la capital londinense.
Imposible encontrar mejores fechas para una magnífica escapada, organizada por la Agencia de Viajes de Badajoz "Zona Viaje" (Teléfono 655 85 14 96), que me permitió ir recordando -era la segunda vez que estaba en la ciudad- algunos de los grandes reclamos turísticos de esta multicultural metrópoli.
Por citar algunos, el palacio de Buckingham, la Torre de Londres, el Parlamento, la Abadía de Westminster, Covent Garden, Trafalgar Square, London Eye, Piccadilly Circus o el Museo Británico con la famosa piedra Rosetta. Todo ello con un aliciente adicional porque estábamos en fechas casi navideñas y las calles del centro de Londres se encontraban especialmente engalanadas para la ocasión.
Puedo asegurar que un extraordinario grupo de personas, en su mayoría extremeños y amantes de los viajes, pasamos cuatro inolvidables días disfrutando de una megaurbe sin igual.
Una ciudad que, por muchas veces que la visites, siempre nos quedará mucho por ver. Una indiscutible ventaja que permite justificar una próxima escapada.
Pues bien, el último día, antes de tomar el avión de regreso a Lisboa, teníamos la mañana libre. Fue mi amiga Pilar (amante del tenis como pocas personas) quien me sugirió acercarnos a conocer Wimbledon.
Como el tiempo no anunciaba lluvias y el día sólo iba a estar nuboso, la decisión estaba tomada. Apenas treinta y cinco minutos (entre metro y un agradable paseo a pie de un cuarto de hora) nos distanciaban de nuestro hotel.
Hicimos la reserva por internet (con un coste de 34 euros, incluía una visita guiada de una hora y media de duración).
Puntualmente, a las diez de la mañana, estábamos en las puertas del emblemático "All England Lawn Tennis and Croquet Club de Wimbledon".
Mereció la pena la visita. Conocimos las instalaciones, nos informaron de las características del césped y de los meticulosos cuidados que necesita durante todo el año, visitamos la sala de prensa, estuvimos en las dos grandes pistas (la mayor de ellas, para muchos, la más famosa pista de tenis del mundo), observamos una colección de antiguos instrumentos utilizados para adecentar las pistas, nos adentramos en la historia del torneo y de sus ganadores, nos informaron de las diferentes categorías que compiten, etc. etc.).
Todo ello, junto a una tienda con todo tipo de recuerdos (camisetas, bufandas, toallas, pelotas, gorras, llaveros, posters, .....) y un coqueto museo que nos va recordando la historia de este campeonato a través de diferentes aspectos (vestimentas según las épocas, reproducción de antiguos vestuarios, tipos de raquetas y cordaje, número de pelotas que se utilizan por torneo, muestra exacta de los torneos de hombres y mujeres, ...).
Un ameno tour, perfectamente explicado (aunque sólo en inglés y sin traducción) en el que nos adentramos en las "entrañas" de uno de los clásicos del tenis mundial.
Por cierto, cinco han sido los deportistas españoles (entre hombres y mujeres) que han dejado su impronta como ganadores: Rafa Nadal (2008 y 2010), Carlos Alcaráz (2023 y 2024), Conchita Martínez (1994), Manolo Santana (1966) y Garbiñe Muguruza (2017).
Impresiona estar un un sitio tan especial, mítico. El sueño hecho realidad de muchas personas que quieren fotografiarse, por ejemplo, en la celebérrima pista principal (Centre Court) de techo retráctil. Es aquí donde se juegan las finales.
Los colores verde oliva y púrpura del club, junto con la obligatoriedad de vestir totalmente de blanco -tanto en categoría masculina como femenina- son clásicas señas de identidad de este Grand Slam (el tercero del año cronológicamente).
Un "Dress Code" o código de vestimenta que afecta a zapatillas, cintas del pelo, muñequeras y todo tipo de accesorios.
Como curiosidades, hay algunas más, os puedo comentar que este campeonato no lo organiza una federación internacional, sino un club (algo único entre los cuatro grandes) y es tradición comer fresas con crema durante esos días.
Sean estas fotografías que cuelgo en este post el acicate idóneo para que el lector abrigue o aumente las ganas de visitar este centenario club en su próxima visita a Londres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario