La famosa abadía francesa de Saint-Pierre de Solesmes, regentada por una comunidad de monjes benedictinos, además de contar con una vasta historia (fue fundada en el 1010 por un priorato de la cercana abadía benedictina de Le Mans), es una de las referencias para aquellos que gusten escuchar y sentir el canto gregoriano. En realidad, miles de personas se acercan anualmente para disfrutar de esta “música celestial” que rezuma recogimiento, serenidad y paz.
La imponente silueta de los edificios que componen la abadía, que parece emerger de las orillas del río Sarthe, así como su gran tamaño, dejan boquiabierto al viajero cuando por primera vez la ve. Con independencia de haber ojeado con anterioridad fotografías del edificio principal, nada como estar “in situ” para apreciar la majestuosidad de cuanto escribo.
Aunque sólo puede visitarse la iglesia abacial (que alberga algunas espectaculares esculturas que son obras maestras del renacimiento francés), mi consejo es enterarse de los horarios de los oficios para asistir a algunos de ellos. Es el momento de tener el privilegio de oír este magnífico coro de monjes benedictinos rezando a través de estas melodías que parecen alzarse hasta el cielo. Imposible quedar indiferente ante la belleza de estas plegarias musicales.
Sin duda, nos encontramos en una de las mecas del canto gregoriano a nivel mundial. Un lugar de sosiego y tranquilidad que se ve acrecentado por estos sones que refuerzan la sensación de calma, armonía y serenidad.
Se atribuye a San Agustín la siguiente frase: "cantar es rezar dos veces". Bien podrían aplicarse esas palabras a este coro de voces (sin necesidad de instrumentos musicales de acompañamiento) que parecen acompañar al oyente en la oración.
Desde aquí, les invito a que profundicen en la historia de esta abadía (donde destaca la figura del sacerdote francés Prosper-Louis-Pascal Guéranger–restaurador y abad del priorato de Solesmes-), a conocer los avatares y sinsabores que durante siglos hubo de soportar y a entender por qué muchas personas desean hacer retiros por un tiempo entre estos centenarios muros en busca de cierta paz interior.
En definitiva, si alguna vez deciden viajar hasta este precioso departamento francés, llamado La Sarthe, pongan en su agenda con letras mayúsculas visitar Solesmes y escuchar esos famosos cantos gregorianos.
Acabo este post indicando que este artículo fue publicado en la Revista Grada en su número de septiembre de 2023 (tanto en su edición impresa como on line).
Gran artículo. A capela
ResponderEliminarGran artículo para los amantes del gregoriano. A capela
ResponderEliminarBravo