Gibraltar, territorio británico de ultramar situado estratégicamente en el estrecho del mismo nombre, es una colonia situada en el sur de la península ibérica.
Su gran peñón, un macizo rocoso de 426 metros de altura que parece nacer en las aguas del mar, así como su posición privilegiada al ser vigía de cuantas embarcaciones entran y salen del mar Mediterráneo, han determinado su historia, siendo durante siglos lugar codiciado por ejércitos y distintas civilizaciones.
Con menos de siete kilómetros cuadrados de extensión y una población que no supera los cuarenta mil habitantes, a pesar de no tener recursos naturales, ostenta una de las rentas per cápita más altas del mundo.
Mucho tiene que ver con ello el ser puerto franco, la casi inexistencia de impuestos, ser una de las mecas de las empresas que gestionan las apuestas on line en el mundo y la proliferación de multitud de empresas de carácter financiero que domicilian su sede en este "paraíso fiscal" protegidos por una legislación que les ampara.
Otra curiosidad, en este caso demográfica, es que se trata de uno de los territorios con mayor densidad poblacional del planeta, contando con la comunidad judía mas antigua de la península ibérica que, durante trescientos años, fue la única existente. Por cierto, a sus habitantes se les llama coloquialmente "llanitos"
Lo primero que hay que decir es que este enclave es considerado por la O.N.U. como una colonia y, por tanto, según el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas, un territorio a descolonizar junto a otros tantos del planeta, en su mayoría británicos.
En todo caso, con independencia del anacronismo que supone la existencia de una colonia en el sur de la península ibérica, cuyos orígenes se remontan al tratado de Utrecht de 1713, hoy deseo poner el foco de atención de este post en una calle, la más conocida y famosa del peñón: "Main Street". Una peatonal que, atravesando el casco histórico, va desde la plaza de Casemates (repleta de restaurantes y terrazas donde comer) hasta "Southport Gates".
Esta transitada arteria urbana, la más importante y centro neurálgico de la ciudad, es el lugar de compras por excelencia. Se puede decir que hay de todo y para todos. A lo largo de ella se encuentran, además de algunos de los edificios más emblemáticos (políticos y religiosos) gibraltareños, innumerables tiendas.
Una calle, con aires multiculturales, también apreciable en los edificios que la conforman.
Más allá de algunos de sus grandes atractivos turísticos (como disfrutar de las vistas desde lo alto del peñón, conocer el único lugar donde hay macacos -más de trescientos- en libertad en Europa, ver el faro de Punta Europa, tener una de las pistas de aterrizaje más pequeñas del mundo, conocer algunos de las decenas de kilómetros de túneles horadados en el interior de esta gran roca a lo largo de los siglos, visitar el monumento de las Torres de Hércules, conocer la sorprendente cueva de San Miguel o bañarse en la playa de La Caleta) la mayoría de los turistas que se acercan a Gibraltar no resisten la tentación de ir de compras en la más comercial de sus calles.
Tiendas de todos los tamaños y de la más diversa índole (joyerías, de electrónica, perfumería y cosmética, de moda, de recuerdos y suvenires, de alimentación, pastelerías, ópticas, estancos, de vinos y licores, de porcelana, de chocolates, etc., etc.) se suceden lo largo de esta bulliciosa calle donde restaurantes, pubs y algunos bares suelen ser el lugar de descanso de los agotados turistas para reponer fuerzas.
Junto a todo esto, como escribí con anterioridad, se encuentran algunos de los más emblemáticos y representativos edificios de Gibraltar. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a la oficina del Gobernador, a la Catedral católica de Santa María La Coronada, al Palacio de Justicia o a la oficina del Primer Ministro.
A la hora de pagar no hay ningún problema en hacerlo en euros o con tarjeta de crédito. Por cierto, Gibraltar tiene su propia moneda, la libra gibraltareña ("Gibraltar Pound"), que tiene el mismo valor que la libra británica, aunque no es moneda de cambio fuera del territorio gibraltareño.
Conviene informarse (aunque si vamos en viajes organizados nos lo dirán con precisión), sobre las cantidades que están permitidas comprar de determinados productos. En caso de excederse, habrá que hacer una declaración adicional en la aduana y un pago extra.
También es importante saber que el paso de la frontera a pie es bastante más rápido que en coche. No obstante, muchos turistas que van en vehículo aprovechan, ya que están allí, a llenar el depósito por los bajos precios de la gasolina y el gasoil.
Acabo, por último, recordando que actualmente los ciudadanos españoles pueden pasar la frontera con el DNI en vigor, no siendo preciso pasaporte o visado.
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