En el término municipal de la
malagueña localidad de Mijas, entre Málaga capital y Marbella, con menos de un
año de vida desde su inauguración, descubrimos uno de los grandes hoteles de la
Costa del Sol: La Zambra.
Bajo el paraguas de Hyatt, que lo
ha convertido ya en un icono entre los alojamientos de altísimo nivel de esta
provincia, renace uno de los paradigmas del lujo y la exclusividad hotelera
cuyo nombre permanecerá por mucho tiempo en imaginario general entre los
hoteles de cinco estrellas (G.L.) de estas tierras costeras del sur de España.
Ubicado en un entorno ciertamente
privilegiado y envidiable, completamente renovado, envuelto por una preciosa
arquitectura andaluza (a la que se le han añadido unos aires contemporáneos por
el estudio de arquitectura encargado del proyecto), lo que fuera el antiguo y celebérrimo
Byblos (destino de descanso de multitud de personajes de fama mundial), es
ahora una vanguardia en este tipo de alojamientos top donde todo, pero todo,
está meticulosamente preparado, sin dejar nada al azar, para el disfrute y
deleite del huésped o del comensal que decida conocer este impresionante resort. Un renacer, con otro nombre, del glamour, el
confort y la excelencia hotelera dispuesto a crear su propia historia.
El guiño por lo andaluz es
evidente. No solo se refleja en la arquitectura y decoración de estas
modernísimas instalaciones, si no que, les sugiero se informen al respecto cuando
estén allí por lo anecdótico, el nombre y el logo del hotel son, según me
comentaron, una declaración en sí mismas en recuerdo del cante y baile
flamenco.
Casi doscientas estancias, entre
habitaciones y suites, consiguen una atmósfera de absoluta relajación y paz. Terrazas privadas orientadas a los cuidados jardines del hotel o a los campos
de golf que nos rodean refuerzan esa acogedora sensación de descanso. Un
pequeño paraíso en Mijas deseoso de ser
descubierto.
De sus numerosos restaurantes
(como Palmito, La Bartola, Bamboleo, etc.), todos muy recomendables y con su
propia personalidad, quiero hacer especial mención en estas líneas a su “buque
insignia” culinario: Picador.
“Me gustó mucho”. Tres palabras
que aglutinan perfectamente mi vivencia. Toda una oda, en algunos de sus
platos, a la gastronomía andaluza (incluyendo, dentro de una variada carta de vinos,
magníficas referencias de la región) en las que se ofrece al comensal un
inolvidable viaje gustativo a través de productos, texturas y sabores envueltos
por la magia que supone el buen hacer de estas cocinas y su equipo de sala.
Todo ello, en un precioso local (tanto en el interior como en su coqueta
terraza) que, sólo con verlo y apreciar el trabajo decorativo realizado (en
muebles, paredes y techos), además de causar una positiva impresión, anuncia
que la velada será perfecta en todos los sentidos. Lo clásico y lo moderno en el plato,
tradiciones de la tierra actualizadas.
“Croquetas cremosas de choco,
puntillas y chimichurri de tomate seco”, “tartar de solomillo de vaca vieja del
país sobre pan de brioche”, “pulpo marinado con chimichurri y mayonesa de kimchi
sobre espuma de revolcona”, “arroz cremoso de bogavante y holandesa de limón
encurtido”, “gamba de cristal y huevo frito con puntilla” o “tortilla de patatas
Picador” son algunas muestras de elaboraciones donde, sobre bases autóctonas,
el toque personal de estos fogones es evidente. Por cierto, no olviden sus postres: “pequeños
delitos”, como dice su carta.
Resulta complicado y sencillo, a
la vez, escribir sobre La Zambra.
La dificultad estriba en intentar
resumir en estos párrafos, a sabiendas de su imposibilidad, lo mucho que ofrece
para el disfrute y felicidad del huésped (magnífico spa con todo tipo de
posibilidades y tratamientos, campos de golf, pistas de tenis y pádel, gimnasio,
kids club, salones para eventos y reuniones, decoración de las estancias,
amplitud de los espacios, bonitas panorámicas, etc., etc.).
La facilidad reside, por el
contrario, en lo cómodo que es ir describiendo tanto y de tanta calidad
(espaciosas habitaciones, originales detalles de bienvenida para los huéspedes,
atención personalizada, amenities de primer nivel, varias piscinas exteriores
únicas rodeadas de amplias zonas verdes, un equipo multidisciplinar políglota
dispuesto a atender cualquier requerimiento, muy buen desayuno tipo buffet, etc.,
etc.).
Sus más que bien ganadas cinco
estrellas, con el añadido de gran lujo (G.L.), son una incuestionable carta de
presentación que avisa positivamente de lo que nos espera: momentos
únicos, inolvidables, en un enclave privilegiado de la Costa del Sol. Una
fábrica de recuerdos imborrables.
Como siempre, la marca Hyatt (The
Unbound Collection) demostrando, una vez
más, por qué es una de las cadenas hoteleras más prestigiosas del mundo.
Finalizar estos párrafos indicando que este reportaje se publicó en el diario español LA RAZÓN el 12 de agosto de 2023.
https://www.larazon.es/viajes/zambra-creando-propia-historia_2023081264d7b819714dff000103d180.html
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