En este impresionante meandro natural de casi 360º, originado por el paso del río Semois (afluente del Mosa), se eleva un promontorio que se ha convertido en una de las obras de la naturaleza más conocidas y visitadas de Bélgica.
Estamos en Valonia, en la provincia de Luxemburgo, muy cerca de la localidad de Bouillon.
Se preguntarán por este curioso y
enigmático nombre: La tumba del gigante (“Le
tombeau du Géant”). Pues bien, este antojadizo recorrido del río crea una
península, boscosa y verde en forma de U cerrada, donde la leyenda afirma que
se enterró a un “gigante” tras decidir arrojarse al vacío antes de ser hecho
prisionero por las tropas del imperio romano. La forma, algo piramidal, y su
tamaño dejan volar nuestra imaginación como viajeros dando por cierta, aún
conocedores de lo fantasioso del argumento, tan original leyenda.
Esta caprichosa formación
natural debe ser divisada desde un mirador único que permita hacernos una idea
de las dimensiones, la belleza y el rico entorno natural de este meandro.
Me refiero al archiconocido
mirador de Botassart, ubicado a 450 metros de altitud. Seguramente, las mejores
panorámicas de este idílico paisaje, rodeado de bosques, se obtienen allí.
Se puede acceder a
pie, en bicicleta o en coche y está perfectamente preparado para el visitante,
con aparcamiento, paneles informativos y un pequeño bar donde comprar algo para
refrescarnos o reponer fuerzas.
El viajero, con ese
paisaje como telón de fondo donde hay posibilidad de realizar –para los que
estén más en forma- numerosas rutas a pie, se reafirma ensimismado por unos momentos
en la grandiosidad de la naturaleza, de este espectáculo inigualable que frente
a sus ojos se despliega.
Necesitamos nuestro
tiempo, como no puede ser de otra forma, para procesar este fantástico lienzo
natural; para certificar su majestuosidad.
Tranquilo, en
solitario y en silencio, disfrutando de lo que la naturaleza me regala, empiezo
a recordar aquella célebre y atinada frase que afirmaba que “la naturaleza y el
silencio van mejor juntas”. ¡Cuánta razón emana de estas palabras!
Y es que este
escenario, cuya belleza parece cortar la respiración, destila calma,
tranquilidad, paz y armonía. Uno de esos lugares en los que recargar energías. El
mejor antídoto contra el estrés.
Reconocida e inscrita
como “Patrimonio inmobiliario excepcional de Valonia” y “Patrimonio natural de
interés paisajístico” es uno de los grandes argumentos turísticos naturales de
esta región belga merecedora de ser visitada.
Sin duda, uno de las
panorámicas más bellas de las Ardenas en Bélgica.
Finalizo recordando que este reportaje se publicó en la web del periódico español La Razón el 29 de julio de 2022
https://www.larazon.es/viajes/20220729/rhcyihzwlzempfue67s2ejddjq.html
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