Esta
cerveza negra, de fama mundial, es una de las embajadoras de Irlanda.
Además
de ser la más conocida de las bebidas del país, es todo un símbolo y un icono
de la “isla esmeralda”.
Para
saber más de su historia (más que centenaria), de su elaboración y de sus características
nada mejor que acercarse en su capital, Dublín, a su centro neurálgico:
Guinness StoreHouse (en St. James´s Gate Steeven´s Lane, en el distrito 8 de la ciudad).
Como
decía uno de los comentarios que se pueden leer en las redes sociales sobre
este escenario urbano tan especial, “no es una fábrica de cerveza, es un
recorrido por la historia de la Guinness”.
No
exagero cuando escribo que es una de las atracciones más visitadas de todo el
país. Salvo en estos tiempos de pandemia, más de un millón y medio de personas
se acercaban anualmente a conocerla.
Y
es que agua, lúpulo, levadura y cebada, combinados de esta manera tan singular,
logran que esta bebida sea, de verdad, única en el mundo. Su color negro -debido
a que la cebada está tostada a 232 grados- y la persistencia y cremosidad de su
espuma la hacen ciertamente especial.
Es
en la planta séptima de este edificio, ahora un recomendable museo dedicado a
este emblema liquido irlandés, donde les recomiendo que disfruten de una buena
pinta de Guinness.
Me
refiero al Gravity Bar, situado en la mayor altura de esta construcción. Unas
importantes obras de adaptación, con refuerzos y columnas, fueron necesarias
para soportar el peso de esta gran estructura de acero.
Con
unas vistas de 360º sobre Dublín, al estar totalmente acristalado, el visitante
descubrirá unas panorámicas inigualables de la ciudad.
Es
el broche final y perfecto para esta visita, sobre todo si eres amante de la
cerveza.
No
deseo desvelar mucho, pero créanme que mi paso por el Gravity Bar de Guinness
StoreHouse dejó un recuerdo sólido e imborrable: Dublín bajo mis pies, en un
día claro y soleado, mientras degustaba una pinta de esta cerveza (tirada con
la maestría que la ocasión merece) de la que tantas anécdotas había ido
escuchando durante mi visita a este didáctico y entretenido museo.
Es
un lugar tan emblemático que esta Guinness, cortesía de la casa (está incluida
en el precio de la entrada), parece saber aún mejor al beberla acompañado de las
vistas que nos regalan estas alturas.
Obviamente,
un típico pub irlandés con su música en directo, acercarse a Temple Bar o
beberla junto a unos amigos en Irlanda son motivos suficientes para disfrutar de
una cerveza tan especial. Sin embargo, hoy me centro en ese lugar, en esas
alturas, en uno de los puntos más altos de la ciudad y en esos recuerdos.
No
lo olvidarán fácilmente.
Web:
www.guinness.com
Acabo recordando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 18 de enero de 2022.
https://www.larazon.es/viajes/20220118/37f6b5srznd7vdj6jf6ylv3jtq.html
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