A veces, una experiencia se
convierte en algo inolvidable. En ocasiones, las positivas sensaciones de un
día duran toda una vida. Esto es lo que ofrece “The Presidential”, un viaje
único en el antiguo tren presidencial del Presidente de la República de
Portugal.
Una concienzuda y estudiada labor
de reconstrucción, salvándolo del olvido y del lamentable estado de
conservación en que se encontraba, consiguió dar una nueva vida a este emblemático
tren portugués. Su historia y la de los pasajeros que viajaron en él, como no
podía ser de otra manera, convierten el trayecto en una constante sucesión de
anécdotas y curiosidades.
Digamos en el nuevo siglo le
encomendó otra función: la de deleitarnos con un conjunto sensaciones difíciles
de encontrar en otro lugar.
En todo el itinerario se agolpan un
variado cúmulo de circunstancias: el denso
pasado que circula sobre estos railes, su decoración, una minuciosa labor de
rehabilitación, su extraordinaria
gastronomía, el entorno paisajístico por el que se viaja y la calidez y
profesionalidad en el trato.
Más que un tren. Más que un viaje.
Más que una experiencia gastronómica.
Desde la conocidísima estación de
ferrocarriles de “Sâo Bento” en Oporto (famosa por sus inigualables azulejos e
icono turístico de esta ciudad) parte “The Presidential” para, viajando paralelo
a las aguas del río Duero, ir asombrándonos con todo aquello que nos ofrece.
Un reluciente tren, color azul
oscuro, situado en uno de los andenes laterales de la estación, es lógicamente
objeto de la curiosidad de numerosos turistas y viajeros que por allí pasan. No
es de extrañar. Esos lujosos vagones respiran historia. La fotografía es casi obligada.
Nada más entrar y tomar asiento,
un Porto blanco nos espera como aperitivo. ¡Gran comienzo! Empezamos así a
abrir boca porque minutos después nos llaman para ir a comer. Una magnífica vajilla, una excelente cubertería
y una extraordinaria mantelería, además de la singularidad histórica del vagón
comedor, consiguen crear esa increíble atmósfera
para el comensal.
Todo está preparado para una comida
donde prestigiosos chefs portugueses, alguno con estrella Michelín, hagan las delicias de todos. En mi caso, fue
el gran cocinero Pedro Lemos el que ese día nos regaló una sensacional “ementa”
propia de su buen hacer (“Atum rabilho com caviar”, “Lavagante azul com tuberculos”,
“Peixe do dia com feijâo maduro”, “Porco bísaro”,…). Gastronomía con
mayúsculas.
A este recorrido culinario aún le
queda mucho. En el viaje de vuelta nos esperan excepcionales embutidos y quesos
portugueses, algunas conservas de altísimo nivel, una reconstituyente sopa
verde con espuma de chorizo y una gran selección de dulces y bombones ¡Calidad.
Sobre todo, calidad!.
Pero como no todo va a ser comer. De regreso las sorpresas van apareciendo, según avanza la tarde, cuando en uno
de los vagones oímos las dulces melodías de un piano y, en otro, nos quedarnos
boquiabiertos con un concierto con guitarra portuguesa.
El diccionario de la Real
Academia Española de la Lengua, al referirse a la palabra único, la define, entre otras acepciones, como
irrepetible. Esto es “The Presidential Train”: un viaje irrepetible e inigualable. Una
novedosa y singular oferta turística, digna de ser conocida, donde se cuida
hasta el último detalle. Imposible que no guste.
Un poco
de historia
Hasta el año 1970 en el “Comboio
Presidencial” viajaron varios Jefes de Estado (Presidentes de República y
Monarcas). Estaba compuesto por cinco vagones de lujo: uno para el Jefe de
Estado, uno para los Ministros, uno para la comitiva y seguridad de las
autoridades, un vagón restaurante y el último para los periodistas que
acompañaban.
Obviamente, un cualificado equipo
de profesionales de diversos ámbitos, llamado “A Brigada Presidencial”,
acompañaba durante el trayecto. Entre otros, personal de seguridad, revisor, inspectores
de tracción, maquinistas, cocineros o camareros.
Quinta do Vesúvio
Es la parada enológica del viaje.
Conoceremos, además de hacer una cata de sus vinos, esta histórica Quinta a orillas del Duero donde
se elaboran algunos de los grandes caldos de esta tierra (www.quintadovesuvio.com).
Como anécdota, en la época en que
realicé el viaje pude contemplar cómo aún pisaban las uvas para exprimirles
todo su jugo. Procedimientos tradicionales que acaban en vinos que son referencia.
En definitiva, un inolvidable viaje, plagado de historia y sensaciones nuevas, que me devolvió a Sâo Bento, en Oporto.
Solo puedo finalizar diciendo que ¡Quiero volver!
Web: www.thepresidentialtrain.com
Indicar, por último, que estos párrafos se publicaron en la edición escrita del periódico español LA RAZÓN el 13 de octubre de 2017.
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