Reconozco las ganas y los deseos que
anidaban en mí de estar en esta ciudad del norte de Portugal, relativamente
cercana a Oporto. Una preciosa localidad donde su imponente Monasterio (la más
impresionante construcción granítica en su género de Portugal), la huella de la
“Santa Reina Mafalda”, su variedad de dulces conventuales, el asombroso GeoPark de estas tierras (incluido en la red de Geoparques de la UNESCO), los
famosos pasadizos de Paiva o la carne bovina D.O.P. arouquesa son algunas de
sus señas de identidad.
Ahora bien, tras su reciente inauguración,
hay un novedoso y atrayente reclamo -un puente- que ha supuesto un enorme polo de atracción
de turistas y viajeros deseosos de ver “in situ” esta obra de la ingeniería
portuguesa cuyas cifras y dimensiones son ciertamente únicas. Todo un icono y
un hito para esta zona norte con ecos mundiales que permite generar empleos y
asentar población en el territorio.
Me refiero al “Ponte Arouca 516”,
el puente peatonal suspendido más largo del mundo. Así es, sus 516 metros de
longitud lo hacen, en este sentido, imbatible a día de hoy. Construido sobre el
río Paiva, con 175 metros de altura, es imposible no acercarse cuando el
viajero se encuentra por estas latitudes.
Fácil es pues entender por qué se
le bautizó así. Hace referencia a la ciudad donde se sitúa (perteneciente al
distrito de Aveiro) y a su longitud record.
Obviamente, las vistas que regala
al visitante son únicas y no deja de ser un magnífico pretexto para que los
aficionados a la fotografía saquen sus cámaras e inmortalicen la belleza de la
naturaleza que les rodea junto a la típica, y casi obligada, estampa de los que
por allí pasan intentando que el recuerdo quede plasmado para toda la vida.
El suelo del puente está realizado
por una resistente reja metálica. Esto permite que, mientras caminas sobre él, puedan
verse bajo los pies la imagen del vacío de 175 metros hasta llegar al rio.
Totalmente seguro es, desde
luego, más que una atracción. Es toda una experiencia en medio de un GeoParque
rico en flora y fauna que cuenta además con la singularidad de su patrimonio geológico de relevancia internacional.
Dos grandes pilares en forma de V,
situados a cada orilla del río, sirven de sujeción a unos inmensos cables de
acero sobre los que se suspende este peculiar “pasillo” de 516 metros de largo.
Aunque, obviamente, no es apto
para las personas que sufran vértigos, sí es conveniente recordar que no
plantea ningún problema su recorrido. Cómodo, reitero que seguro, y positivamente
impactante, es algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver. Sensaciones
irrepetibles para una escapada diferente.
Tras su inauguración al público en
2 de mayo de 2021, se ha convertido en la referencia mundial en este tipo de
puentes superando en 16 metros al anterior (el puente suizo Charles Kounen).
Mis deseos se cumplieron,
disfruté con la experiencia y no puedo más que recomendar al lector que haga un
hueco en su agenda y se acerque hasta Arouca. Estoy convencido que le gustará.
Una obran de ingeniería así, que también
está creando riqueza entre los habitantes de estas tierras, no le quedará
indiferente.
Busquen pues una fecha, hagan sus reservas y vengan a conocer “Arouca 516”.
Os comento que el 28 de agosto de 2021 estuve hablando para el programa "A todo Sábado" de Cope Sierra Norte de Sevilla de este precioso destino llamado Arouca. Os dejo el enlace:
No es extraño pues que la
prestigiosa revista Time lo incluyera en la famosa lista “The World´s Greatest Places 2021” (
Web: https://516arouca.pt/
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