Tuve la suerte, hace pocas semanas, de viajar hasta esta preciosa isla del archipiélago balear. Era mi primera vez. Volé de Madrid a Ibiza y, desde aquí, en ferry hasta Formentera. Apenas media hora separan estas dos islas Pitiusas en un trayecto en barco ciertamente agradable.
Formentera es sinónimo de paz, de vacaciones tranquilas, sin excesivos agobios. La bicicleta o la moto son las mejores aliadas para nuestro periplo por este pequeño enclave en el mar Mediterráneo que, a la vez, tanto ofrece al turista.
Aquí no encontrará el viajero torres de apartamentos, ciclópeas construcciones cerca de las playas o aglomeraciones imposibles como ocurre, en ocasiones, en otros destinos turísticos. Ni están ni se les espera.
Una preciosa puesta
de sol
Dicen que es una más
bonitas del Mediterráneo y tienen razón quienes lo aseguran. Así es. Hay que acercarse a Cap de Barbaria a
esa hora que tanto gusta a los fotógrafos (bautizada por ellos como la “hora
mágica”). Es, créanme, una experiencia sin igual. Estaremos rodeados en un
entorno único, con la inmensidad del Mediterráneo a nuestros pies, sobre un
acantilado y este gran faro como vigía permanente de cuanto acontece a nuestro
alrededor. Como curiosidad, en este escenario natural se rodaron algunas
secuencias de la película “Lucia y el sexo”.
Un mercado muy
personal
Me refiero al mercado artesanal de La Mola. Pequeño y atractivo. La pericia y maestría de esos artesanos de la más diversa índole se deja sentir en sus creaciones. Pintura, trabajos con madera, barro o cuero, orfebrería o reutilización de vidrios, piedras, tejas y telas. Imposible salir de allí sin comprar algún recuerdo. Todo ello aderezado -el día que estuve- con buena música en directo.
Ensalada payesa
Ingredientes humildes
para un resultado excelso. Un plato estrella que encierra parte de la historia
de la isla. Los antaño tiempos duros y complicados se reflejan también en esa
gastronomía que aporta indicios de las costumbres de estos isleños.
Tomate, pan seco,
aceite de oliva, patata, sal, pimiento, cebolla y pescado seco (el ingrediente
básico que da personalidad a esta elaboración). Un bocado que encierra mucho
pasado de esta tierra.
Playas de ensueño
Nombres como Cala
Saona, Ses Illetes, Es Pujols, Cala des Mort, Playa dels Trucadors, playa de
Migjorn, etc., son ejemplos de playas, de diferentes tamaños,
donde disfrutar de un relajante baño en sus cristalinas aguas. La finura de su
blanca arena, el reluciente sol que brilla la mayoría de los días del año, el
llamativo azul turquesa de estas aguas, la tranquilidad del mar y su poco
oleaje hacen que toda instantánea que saquemos con este Mediterráneo como fondo
rivalice o se confunda perfectamente con cualquier playa paradisiaca caribeña.
Y es que, sin duda, Formentera es un paraíso en el Mediterráneo.
Si, además, el viajero quiere una privacidad casi total descubrirá playas, de acceso algo más complicado, donde disfrutar de ese bien tan preciado en estos días como es el aislamiento y la tranquilidad absoluta en medio de espacios naturales sublimes.
Un monumento a Julio Verne
Cerca del imponente
faro de La Mola, donde se encuentra una de las zonas más altas de la isla, descubro
un pequeño monolito dedicado al gran escritor francés. Al parecer, en su obra Hector Servadac se refiere a este lugar. La peculiar orografía de la isla
(casi totalmente llana excepto es este extremo donde se encuentran los acantilados
de La Mola) ayuda mucho a dejar volar la imaginación.
Curiosamente, no
existe constancia alguna de que el genial novelista hubiera estado en
Formentera.
Tierra de vino
Esta isla es
productora de grandes vinos, aunque, obviamente, en pequeñas cantidades. Cerca
de algunas carreteras se pueden ver viñedos que delatan la existencia de esta
industria vitivinícola.
Sería bueno
acercarse a alguna de estas bodegas para hacer una cata y conocer un poco más
sobre la historia, las variedades de uvas y lo que les aporta su cercanía al
mar. Les encantará.
El “llaüt”
Es el nombre de la
embarcación tradicional balear, hecha de madera, que se utilizaba para pescar.
Aunque originariamente eran de vela el paso de los tiempos los ha ido
lógicamente motorizando. Son muy apreciados, en la actualidad, por turistas para
dar un paseo en barco por la costa. La belleza de Formentera desde otra óptica.
Algunos consejos
útiles:
¿Dónde alojarse?. Hotel
Roca Bella, en es Pujols, Hotel Casbah, (www.hotelcasbahformentera.com) y
Hotel Cala Saona (www.hotelcalasaona.com)
¿Dónde comer?. Hay
muchos restaurantes, buenos y para todos los bolsillos. Aconsejaré algunos: Can
Rafalet (www.canrafalet.es),
Chezz Gerdi (www.chezzgerdi.com),
Capri, (www.restaurantcapriformentera.com), Casbah (
Recomendación.
Alquilar una bicicleta y recorrer tranquilamente esta isla tan plana es una
magnífica opción para descubrir rincones únicos
Las higueras de
Formentera. Realmente curiosa la forma en que crecen,
moldeadas por el hombre, permitiendo dar sombra y cobijo a ganado y personas al
expandir sus ramas horizontalmente a través de unas horquillas de madera que
sujetan las ramas. Esto facilita la recolección de los higos y resguarda el
fruto. Se crea, gracias a la conjunción de la naturaleza y el trabajo del hombre, unas formaciones
arbóreas ciertamente fotogénicas e inusuales.
Os comento que estos párrafos se publicaron en el diario español LA RAZÓN, tanto en su edición escrita como en la web.
https://www.larazon.es/viajes/formentera-la-grandeza-de-una-pequena-isla-HI19335640/
Finalmente, recordar que en el programa "A todo sábado" de Radio Cope Sierra Norte estuve hablando de una escapada a esta preciosa isla.
Os dejo el enlace:
https://radiosierranorte.es/narrogeographic-radio-formentera-8-9-18/
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