viernes, 23 de octubre de 2020

¿Te gustaría dormir en una yurta ?. En Quinta do Ragal, puedes


    Lo que os voy a contar hoy es una experiencia diferente, al menos para mí. Desde pequeño había oído hablar de las yurtas, esas tiendas (viviendas) tradicionales que utilizan los pueblos nómadas de Asia central. Normalmente, en nuestro imaginario, las asociamos a Mongolia. Son fáciles de transportar, muy resistentes, aislantes de altas y bajas temperaturas y, en cierta forma, bastante cómodas. 



    Como curiosidad, lo relativo a esa artesanía tradicional de la yurta mongola fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el 2013. En el 2014 obtuvo también este preciado reconocimiento la artesanía de la yurta kirguí y kazaja. 



    Hace poco tuve la suerte de dormir en una de ellas. De verdad. Puede parecer curioso, pero es una de las propuestas de alojamiento más originales que puedas encontrar en Portugal

    Quinta do Ragal, en Lavacolhos, cerca de Fundâo (Portugal), nos ofrece disfrutar esta experiencia. 




    Últimamente, seguro que lo habrán oído, está de moda un tipo de alojamiento que llaman "Glamping". Hay muchas posibilidades que entran dentro de esta palabra. Pues bien, éste es uno de sus ejemplos. 

  No lo dudé ni un momento. Quería pernoctar allí, sentir esa curiosa sensación de pasar la noche en un espacio (veintiocho metros cuadrados con chimenea incluida) tan inédito. Las yurtas, hay que decirlo, son originales, traídas y confeccionadas en Mongolia. 

    Son amplias, cómodas, novedosas y,  para nosotros, algo tremendamente original. Tres, de distintos colores (rojo, azul y naranja), son las que tiene Quinta do Ragal como propuesta para sus huéspedes. Desde luego, no me extraña la buena aceptación que, un alojamiento con tan poco tiempo de vida, está teniendo entre sus clientes (tanto portugueses como de otras nacionalidades).




    Pero hay mucho más. Hay unas cabañas de madera que también tienen todo lujo de detalles para pasar la noche, hay piscina (una antiguo estanque de riego), un huerto ecológico y unas dependencias comunes (perfectamente equipadas) donde, si lo deseas, puedes prepararte tu propia comida. Posibilidades para todos los gustos. Cerca de veinte hectáreas de extensión en los que aún quedan muchos nuevos proyectos por llevar a cabo



    Mi estancia en estas latitudes, cercanas a "Serra da Gardunha", fue a principios de septiembre. Aún lo recuerdo con mucho cariño. Un alojamiento rural muy especial y diferente que es el sueño, hecho realidad, de un matrimonio (Paulo y Joana) que decidió cambiar el modo de vida propio de una gran ciudad, como Lisboa, por la paz, la tranquilidad y el sosiego que ofrecen el campo y la naturaleza que ahora les envuelve. Lo que era un antiguo lagar de aceite, en su momento casi ruinoso, se fue transformando a base de muchos esfuerzos (económicos y personales) en lo que ustedes pueden ver ahora



    No son, pues, solo las yurtas. Es también el amplio edificio principal que hace de recepción y donde ofrecen el desayuno.

    Es, sobre todo, la naturaleza por los cuatro puntos cardinales; es la deseada soledad del silencio del campo y es otra forma de vida que los turistas, a veces, buscan para olvidar el estrés diario de lo cotidiano.

   



    El 21 de octubre de 2020 estuve hablando para Canal Extremadura Radio de esta experiencia. En concreto, en el programa Lusitania Express, dirigido y presentado magistralmente por el periodista José María Da Silva. Un programa, referencia en su ámbito, que trata de ser una especie de plataforma radiofónica y punto de encuentro de España y Portugal abordando todo tipo de temas (política, gastronomía, cultura, turismo, eventos, folclore, etc.) de interés para ambas orillas de la Raya/Raia.

    Os dejo el link de mi intervención, en dos formatos digitales, para que os hagáis una idea de cuanto dije sobre Quinta do Ragal. 




https://www.canalextremadura.es/audio/lusitania-express-211020 (empieza en el minuto 27,10)

https://www.ivoox.com/turismo-portugal-quinta-do-ragal-audios-mp3_rf_58325739_1.html

    Sólo queda, como en otras ocasiones hago en este blog viajero y gastronómico, ir salpicando el post y el audio con fotografías de un lugar tan único y especial. No os lo perdáis. La amabilidad como seña de identidad. 



    Os aconsejo, por ser muy explicativo, si podéis leer algunas de las impresiones que los huéspedes dejan en el libro de visitas. Seguro que coincidiréis con la mayoría de ellos

    ¿Sabías que puedes hacer talleres de alfarería, practicar yoga, recoger aceitunas o disfrutar viendo las estrellas por la noche? Esto es también Quinta do Ragal. Un espacio que huele a naturaleza, a paz, a tranquilidad. El antónimo de los nervios y el agobio.


     

    Por cierto, el nombre es un homenaje a ese antiguo lagar. Ragal es Lagar escrito al revés. 

Consejos útiles: 

1.- Web.  www.quintadoragal.com

2.- Turismo minero. Es una posibilidad que aconsejo realicen. Muy cerca, descubrimos las Minas da Recheira (www.minasdarecheira.pt). Estas antiguas minas de wolframio fueron explotadas durante la segunda guerra mundial para suministrar este mineral al ejército alemán. Podrás adentrarte, junto a un guía, en las entrañas de estas minas, conocer su historia, su importancia y simpáticas anécdotas. 





3.- Piscina natural fluvial. A pocos kilómetros encontrarás esta refrescante opción para bañarte si el calor aprieta. Una idea que no debes pasar por alto cuando las temperaturas son altas. (www.freguesiadelavacolhos.pt/videos)



4.- Lavacolhos. Este pequeño pueblo, que podía pasar perfectamente desapercibido, tiene un aliciente que le hace famoso en todo Portugal. Son sus "bombos". Lo mejor, para profundizar un poco en la historia de estos grandes instrumentos de percusión, es visitar la "casa do Bombo", instalada en una antigua escuela de primaria. 




5.- Otras escapadas.  Dos pequeños pueblos:

A.- Silvares, donde os recomiendo ver la  capilla de "Santa Luzia e Santa Eufémia". Para acceder a ella hay que subir por una gran escalinata que se encuentra flanqueada, en ambos lados, por escenas de la pasión de Cristo. 





B.- Castelejo. Dos edificios religiosos me impresionaron en mi visita. La iglesia de "Nossa Senhora da Silva", con una espectacular fachada de azulejaría portuguesa y el santuario de "Santa Luzia". 





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