Narrogeographic: Restaurante L´AND, en el firmamento gastronómico portugués.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Restaurante L´AND, en el firmamento gastronómico portugués.

En medio del Alentejo, en la localidad de Monte Mor-o-Novo, descubrimos uno de los grandes restaurantes de Portugal y, en este momento, el único que cuenta con una estrella Michelin en la región. Les estoy hablando de L´AND.

El marco es incomparable. Situado en las entrañas del impresionante hotel de cinco estrellas L´and Vineyards (www.l-and.com), ambos conforman la combinación perfecta para pasar un inolvidable fin de semana. La delicadeza y la excelencia que ofrece este establecimiento hotelero (magnífica bodega propia incluida) junto a un escenario gastronómico tan sublime como el que nos brinda José Miguel Tapadejo, su chef jefe. Un viaje a través de texturas, sabores, olores, técnicas, maridajes y presentaciones que cuenta con un aliado imprescindible: Gonçalo Mendes, su sumiller.

Un amplio local, con grandes ventanales y tremenda luminosidad, de techos repletos de lámparas de distintas tonalidades cuidadosamente colocadas y con preciosas vistas al castillo de Monte Mor-o-Novo crean una atmósfera que se me antoja la más idónea para esa ansiada actuación. Una gran representación que se va a celebrar en nuestras mesas y de la que seremos testigos privilegiados.

Apostando por los productos cercanos, por la agricultura biológica, dando valor a lo autóctono, potenciando lo alentejano y buscando la excelencia en cada momento, este equipo de profesionales continúa poniendo el nombre de L´AND en las más altas cúspides de la gastronomía portuguesa.

Quiero, porque me parece de justicia, recalcar un detalle adicional que no debe olvidarse. Un esmeradísimo servicio, la extraordinaria calidad de los productos y el hecho de buscar la perfección, siempre es más complicado (desde el punto de vista de la viabilidad de un restaurante) cuando se asienta en una localidad pequeña. Más aún cuando nos referimos a un establecimiento de este alto nivel. Un plus que no debe caer en saco roto.

L´AND es, consecuentemente, todo un órdago en favor del Alentejo y lo que supone esta región. Una apuesta, que continúa vigente, por esta tierra gracias a la personalidad y a la forma de entender José Miguel Tapadejo su trabajo en cocinas.

Más que un menú degustación lo calificaría como un fascinante “recorrido degustación”. Un regalo al paladar que ofrece una variedad digna de ser destacada. Pescados, arroces, algas, ostras, carnes, espumas, salsas, helados, chocolates… son algunas de las preparaciones con las que este joven cocinero nos maravilla. Magia en la cocina.

Aquellos estupendos y esplendorosos años en los que el gran Miguel Laffan tomó las riendas de este restaurante permanecen, de la mano de José Miguel Tapadejo, brillando en el firmamento gastronómico portugués. Continúa la excelencia como razón de ser, como bandera y como divisa de L´AND.

La gran guía roja puso, en su momento, sus ojos en este restaurante premiándole con una merecida estrella Michelin. En mi opinión, debe seguir afirmándola. Hay sobrados argumentos que lo avalan. Esta estrella se encuentra cómoda en la puerta de L´AND. Los motivos son tan notorios y obvios que, en ocasiones, la mejor sugerencia es aconsejar acercarse.

En esta preciosa representación en la que el comensal es el epicentro de la función sólo ha cambiado uno de sus actores. La calidad, la calidez, el mimo, la profesionalidad y la excelencia que siempre caracterizaron a L´AND permanecen brillando con la misma fuerza. La función continúa y el nuevo actor principal está llamado a muchas tardes repletas de aplausos.

Quien les escribe disfrutó hace pocos días de esta radiante representación. Degustó magníficos vinos y probó impecables elaboraciones propias de un maestro. El gran telón de este escenario está abierto al más exigente de los públicos y la consabida dedicación de sus actores sigue recogiendo el mejor de los elogios.

Háganme caso, si buscan algo especial, si están por estas entrañables tierras del Alentejo, si desean una gratificante experiencia gastronómica, acérquense al que es, por méritos propios, uno de los templos de la cocina del país vecino.