Se
llama Ecorkhotel. Es más que una revelación en el mundo de los hoteles en
Portugal. Es una verdadera declaración de intenciones.
Las
cosas, si se quieren y se les pone empeño, se pueden conseguir. Y éste fue el
propósito de sus propietarios que han logrado erigir a pocos kilómetros de la
ciudad monumental de Évora un nuevo concepto de hotel, respetuoso con el medio ambiente,
en la planicie alentejana.
Rodeado de encinas, alcornoques y olivos, es
el último alojamiento de cuatro estrellas abierto en esta localidad, declarada
por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1986. Ni que decir tiene,
en estos tiempos de crisis, que es de agradecer que un grupo empresarial se
embarque en una novedosa oferta como ésta. Hay que reconocer que, lo que pudiera
ser una osadía empresarial, empieza a recoger sus frutos de la mejor forma
posible: una clientela constante y unas críticas extraordinarias. Lo que será
un proyecto de futuro tiene ya un sólido presente.
Diseñado
por el arquitecto José Carlos Cruz (https://josecarloscruz.com/en/) está construido
para conseguir la máxima eficiencia energética, logrando altos parámetros ecológicos.
El corcho, por ejemplo, (producto 100% natural) está presente en todo momento: en
la utilización de suelos, en
revestimientos o como aislante acústico y térmico.
La
apuesta por la ecología y el medio ambiente se expresa también en otras vertientes
que no quiero dejar de mencionar: la búsqueda de niveles mínimos en términos de
contaminación, disminuir el impacto ambiental con el uso de energía geotérmica
para la calefacción, la utilización de paneles solares o la existencia de un
pequeño canal de agua en algunos laterales del edifico principal que ayuda a disminuir
el excesivo calor en verano y amortiguar el frío en invierno.
Tiene
56 habitaciones, todas ellas suites, de 70 metros cuadrados ,
totalmente independientes, con terraza individual al exterior. Cada suite
cuenta con dos televisiones, minibar, wifi gratis y cama tamaño king size. Un
verdadero lujo en medio del Alentejo.
Se
puede decir que hay dos grandes escenarios en todo este complejo hotelero. Por un lado, el
edifico principal, donde se sitúa la recepción, el restaurante, el bar, el
spa, un patio central, el gimnasio o la
piscina exterior (ubicada en la parte alta, lo que permite, a la vez que nos damos un
refrescante baño, disfrutar de unas excepcionales vistas sobre la dehesa que
nos rodea). Por otro lado, encontramos las diferentes suites, a las que podemos
acceder, si lo deseamos, en unos vehículos eléctricos.
Muy
recomendable es su Spa. No quiero dejar de mencionarlo. Cuenta con cinco salas, piscina cubierta, circuito de
sauna y baño turco. Masajes o tratamientos con cromoterapia son algunas de las
prestaciones que se ofertan.
Placenteros momentos que ayudan a evadirse del "día a día", convirtiéndolo
en un perfecto destino para romper con la monotonía.
Ahora
bien, ya que hemos venido a disfrutar del campo alentejano, nada mejor que dar
un paseo y respirar del aire puro de estas tierras casi infinitas. Podemos
contratar excursiones para conocer la ciudad de Évora, para hacer paseos a
caballo, para descubrir algunas de las más grandes y renombradas bodegas
alentejanas o para realizar catas de vinos comentadas en una de las regiones de
Portugal con mejores caldos. El propio hotel se encarga de gestionar todas las
excursiones.
Tiene,
en otro orden de cosas, una ubicación perfecta. A una hora de Lisboa, a 10
kilómetros de Évora, a cincuenta minutos de la frontera española en autopista.
Te
aconsejo cenar en su restaurante. Aires íntimos y románticos que ayudan a construir una inolvidable la velada.
Lo primero que aprecia el comensal es la estudiada
decoración, con una agradable combinación de maderas y corcho, para acabar en
un gran ventanal con vistas al campo.
Se llama "Cardo" y se está posicionando, a pesar de su
juventud, como uno de los más recomendables restaurantes de la zona. Cocina de la
tierra con evidentes toques de autor. Corderos, "porco preto",
bacalao o quesos son platos siempre presentes en la mesa alentejana que no
faltan en este restaurante.
No
escondo mis gustos golosos y mi predilección por las "sobremesas"
portuguesas. Si comes en "Cardo" disfrutarás de una excepcional
combinación de postres de la tierra, algunos de origen conventual. Entre ellos,
destacaría la "sericaia con ameixas" (típico de la fronteriza ciudad de Elvas) o
la "encharcada". En fin, un dulce festín donde los principales partícipes se
llaman yemas de huevo, almendras, canela, azúcar y harina.
Se
aprecia que cuidan todos los detalles tratando, y consiguiendo, que esa comida
sea un momento muy especial. No sólo por la
indiscutible calidad de la materia prima sino también por la
profesionalidad del servicio y la presentación de las distintas elaboraciones,
donde el chef sabe jugar con formatos que van más allá de los platos tradicionales.
Me estoy refiriendo a pequeñas cazuelas, estuches de varias botellas de vino, tablas de
madera, etc. Simplemente magnífico.
Leyendo
diferentes opiniones en internet sobre Ecorkhotel parecen coincidir en ciertas
palabras. Unos términos que engloban a la perfección lo que quiere representar
este hotel. Vocablos como tranquilidad, descanso, fin de semana, relajamiento,
simpatía, excelente servicio o fabulosa experiencia son algunos de ellos.
En
todo caso, me gusta sobre todo la siguiente frase que escribió un huésped sobre
Ecorkhotel: "Un hogar lejos de casa". Difícil superar esta
definición.
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