martes, 13 de febrero de 2024

Parlamento Rumano, la injustificable locura de Nicolae Ceaușescu


    No estamos ante una construcción al uso porque, cuando se erigió, era el edificio administrativo más grande del mundo. Sólo superado por el Pentágono estadounidense (de carácter militar). 



   Esta obra faraónica, ideada por el dictador Nicolae Ceaușescu en Bucarest, solo podría ser fruto de una mente megalómana y poco empática con su pueblo. Un derroche injustificable difícil de entender por una mente lúcida. 




    Todo, pero todo, está pensado a lo grande. Una locura arquitectónica que no deja de ser un recordatorio de la negra época comunista que durante décadas sufrió Rumanía



     Ahora, además de sus funciones como parlamento, es visita obligada por cuantos desean recorrer esta preciosa capital. 

   No obstante, no debemos olvidar que su construcción supuso miseria, la muerte de muchas personas y la demolición de una parte importante de la ciudad (más de siete mil casas, numerosos templos y el traslado forzoso de multitud de familias).



    Aquí trabajaron alrededor de veinte mil obreros en turnos, así como cientos de ingenieros y arquitectos. Veinticuatro horas al día y todos los días de la semana. No es de extrañar que fuera uno de los edificios más costosos de la historia. 



    Muchos trabajadores (no se puede saber una cifra exacta) murieron durante la construcción. Aún se cree que algunos están sepultados bajo esas inabarcables toneladas de hormigón.



    Para su construcción, en la que no se escatimó de nada, se utilizaron materiales de primera calidad de producción nacional (mármoles, arena, cristales, oro, alfombras, maderas de todo tipo). El resultado es fácil de imaginar: más mil salas, infinidad de pasillos, incontables halls, doce plantas en superficie y doce bajo tierra. 



    Todo es tan excesivo que, según me decían, aún quedan muchas habitaciones sin amueblar.  



    Inicialmente conocido -en tiempos del dictador- como “la Casa del Pueblo”, se levanta sobre la colina Spirii en uno de los puntos altos de la ciudad. Esta descomunal insensatez, que se extiende sobre una superficie de 340.000 metros cuadrados, es ahora la sede del parlamento rumano, que sólo ocupa un treinta por ciento del total.



    Con independencia de los datos, debo reconocer que quería verlo; estar frente a él. Lamentablemente, por razones de tiempo, no pude visitar su interior (es necesario reservar on line al menos con un día de antelación).



    No me quedó más remedio que fotografiarlo desde fuera e ir recorriendo su perímetro a través de una gran pared que lo protege. Mientras tanto, tomaba instantáneas desde diferentes perspectivas. 




    Como curiosidad, en 1989 (cuando se produjo revolución que acabo con el régimen) solo estaba acabado el 60% de la construcción.




    Los gastos de mantenimiento son de vértigo, por lo que, junto a las lógicas funciones legislativas y políticas ejercidas en su interior, es también un reclamo para organizar importantes conferencias, bodas, eventos de moda o rodaje de películas. Se habilita así esta posibilidad para recibir ingresos adicionales. 



    Finalizo recordando que eran muchas las ganas que tenía de conocer y visitar el famoso parlamento de Bucarest. Un deseo, aunque desde el exterior, hecho realidad.



    No obstante, me queda una sensación agridulce. No deja este viajero de pensar en la locura de un hombre y un régimen cuando en "Piața Constituției", se topa frente a sus ojos se topa con esta inmensidad arquitectónica. 



    La discutible belleza del edificio no debe enmascarar que tras esta construcción hay mucho dolor, miles de familias desalojadas de sus casas, un país endeudado y mucha desolación para millones de personas.

    A veces, es conveniente ahondar en la historia de los edificios y de los lugares que se visitan para entender los motivos y razones de numerosos episodios históricos. 

    Este edificio, que en sí mismo es un testimonio de la historia de Rumania, no deja de ser también, a pesar de la majestuosidad, el vergonzoso testimonio de la ambición desmedida de un dictador.



    Os aconsejo ver detenidamente este video de YouTube donde podéis haceros una idea más precisa sobre cómo son algunas estancias de su interior.




    Estos párrafos fueron publicados en la edición escrita de la Revista Grada en su edición de febrero de 2024.






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