Ubicado en “la milla de oro lisboeta”,
en plena “Avenida da Liberdade”, destaca, desde el exterior, por una preciosa
fachada clásica que nos recuerda a muchas de las existentes en Londres. En este
privilegiado enclave urbano descubrimos uno de los cinco estrellas más icónicos
del centro de la capital portuguesa.
El edificio donde se asienta fue
objeto de una profunda transformación, restauración y decoración, digna de
admiración, en la que cada rincón, cada habitación y cada estancia, incluyendo
la parte que fue ampliada, tiene un ambiente propio y singular con el
denominador común de su comodidad y elegancia.
Inaugurado en el año 2014,
esconde en su interior un oasis de distinción donde mobiliario, grabados, obras
de arte o antigüedades se entremezclan con atinadas pinceladas de modernidad.
Todo ello, junto a un coqueto
patio interior en el que, además de una piscina exterior de agua caliente,
macetas, árboles y una frondosa vegetación envuelven este espacio haciéndolo
ciertamente acogedor. Ideal para tomar un té o para disfrutar de un coctel de
autor. Tranquilidad, paz y calma en contraposición al cercano bullicio de la
arteria urbana más famosa y cosmopolita de Lisboa.
Su nombre, recuérdenlo, es
Valverde Hotel (www.valverdehotel.com)
Muchos argumentos y muchas razones para elegirlo. Una confortable elegancia que, gracias a sus pocas habitaciones (no superan las cincuenta), permite un trato más personalizado e intimista, adecuado al gusto de cada cliente.
Una calidad en la forma de
recibir y tratar al huésped que destaca desde el primer momento. Es parte de su
ADN.
Ése es uno de sus grandes testimonios:
un hotel de tamaño “humano”, donde la privacidad y la exclusividad son señas de
identidad irrenunciables.
Estas irrebatibles credenciales
han posibilitado que se encuentre bajo el paraguas turístico de “Relais &
Châteaux”, posiblemente, la más prestigiosa asociación de hoteles del mundo. Y
es que esas dos célebres palabras francesas significan una oda a la
hospitalidad y al arte del buen vivir, a través de una gastronomía y un
alojamiento sin igual. Son, sin duda. creadores de incomparables atmósferas
para el huésped.
En este sentido, conviene
recordar que este hotel es una de las últimas incorporaciones portuguesas a tan
acreditado sello de prestigio y distinción hotelera. Un compromiso con la
excelencia y los detalles a medida.
Es imprescindible, si queremos abordar todas las posibilidades que ofrece Valverde Hotel, mencionar su magnífica apuesta gastronómica, representada por su restaurante “Sitio”, dirigido por el chef Bruno Caetano Oliveira.
Estamos en uno de los espacios
más sobresalientes y recomendables del hotel, donde este prestigioso cocinero
da rienda suelta a su imaginación, en un local ciertamente bonito
(espectacularmente decorado e iluminado).
Una cocina de autor asentada en
la gastronomía clásica portuguesa y en la primacía del producto autóctono. Un
deleite para el paladar presentado en cuidados emplatados donde la originalidad
y la creatividad son parte de su trabajo.
Cuelgo seguidamente estas fotografías (con algunas de las elaboraciones y vinos ofrecidos) como testimonio de una inolvidable velada celebrada en un restaurante verdaderamente "muy recomendable".
Tuve la suerte de cenar ese día junto al conocido cineasta y fotógrafo portugués Carlos Sarguedas con quien compartí unos momentos únicos.
Por cierto, un clásico de este hotel es el té de las tardes. Todo un protocolo que sobrepasa el simple hecho de beber una infusión. Desde luego, una experiencia muy recomendable.
Más aún, si el lector es amante
del mundo de los cócteles de autor, en su bar encontrará un pequeño paraíso
donde disfrutar de estas bebidas con firma y autoría propia.
En definitiva, un céntrico cinco
estrellas, de renombre en la ciudad, donde aires vintage y modernos parecen
convivir al unísono. Una combinación perfecta de emplazamiento, diseño,
servicio, atención y comodidades.
Un hotel donde el arte de la
hospitalidad se disfruta todos los días.
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