El municipio alentejano de Grándola tiene, en el sentir general de la mayoría de los portugueses, unos recuerdos que provienen de esa famosa canción (“Grándola, Vila Morena”) que adquirió relevancia internacional al ser la señal establecida para el comienzo de la Revolución de los Claveles de 1974.
Pues bien, en el término municipal de esta localidad (cuya visita recomiendo), en medio de “montados” (dehesas) y pinares, descubrimos este original hotel, cuatro estrellas, con un elegante diseño que impacta desde el principio positivamente al visitante.
Un inigualable refugio de paz en el campo alentejano que cuenta con más de una veintena de cómodas y espaciosas habitaciones, incluyendo villas y suites, con un sencillo y elegante diseño de aires minimalistas.
Inmerso en este paisaje rústico de veinticinco hectáreas, se puede afirmar que consigue esa fusión, esa simbiosis, entre la naturaleza que nos rodea y la moderna arquitectura de las distintas construcciones del hotel. Prueba de ello, es la sensación de armonía que se experimenta desde las amplias terrazas de sus habitaciones, gracias a las privilegiadas vistas a los alcornocales y pinos piñoneros que se encuentran frente a nosotros.
Tonos claros y serenos -con el blanco como protagonista-, estancias con mucha luminosidad y un diseño arquitectónico de líneas rectas (tan característico últimamente en Portugal), son detalles que definen a Sobreiras Alentejo Country Hotel (www.sobreiras.pt). Se puede decir que “confeccionan” una atmósfera irrepetible para crear momentos inolvidables para quienes allí se hospedan.
Esa paz y tranquilidad que se respira a lo largo y ancho de esta heredad, que podemos acrecentar gracias a los magníficos tratamientos de masajes y relajación que ofrece el hotel, no es incompatible con dar paseos a caballo, en bicicleta, hacer senderismo o disfrutar de las cuidadas pistas de tenis y pádel que allí encontraremos. En fin, un amplio abanico de actividades a prueba del más exigente de los huéspedes.
Una preciosa piscina, tipo infinity con vistas a ese horizonte alentejano, puede ser el culmen para un refrescante baño tras un ajetreado día disfrutando de alguna de las experiencias que nos ofrecen desde el hotel.
La inmejorable ubicación de “Sobreiras” (como comúnmente se conoce a este recomendable cuatro estrellas) permite disfrutar, si así lo deseamos, de unas de las líneas de playa más grandes y extensas de mundo y la mayor de Portugal. Y eso, a una distancia de apenas veinte minutos de coche.
Especial notoriedad tiene su apuesta por el buen comer, incluyendo un buen desayuno. Un precioso restaurante, en el que unos grandes ventanales nos permiten ver el trabajo en cocinas (algo siempre digno de resaltar), es el mejor marco posible para disfrutar las maravillas que ofrece la archiconocida gastronomía de esta región, incluidos sus excepcionales vinos.
Esos aires de privacidad (especialmente en las villas), de exclusividad y de cercanía con la naturaleza (con esa singular mistura entre campo y diseños contemporáneos) permiten al cliente apreciar y constatar la belleza del paraje que nos circunda sin renunciar a las comodidades que ofrece un hotel moderno.
Un lugar donde el silencio solo es quebrado por los sonidos de la naturaleza y donde el alegre trinar de los pájaros parece ser la música que acompañe nuestro despertar.
Para finalizar, no quiero olvidar un dato importante para los amantes de los animales. Se trata de un hotel “Pet Friendly” en el que las mascotas son bienvenidas. Como curiosidad, “Sobreiras” cuenta con un “dog park” para el disfrute y ejercicio de esa otra parte de la familia.
Este reportaje se publicó en la web del diario español LA RAZÓN el 9 de octubre de 2023.
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