Permítanme que les describa mi
experiencia en uno de los spas más bonitos y grandes que conozco. No en vano, se
ubica en un lugar envidiable: dentro del prestigioso hotel Anantara Villa
Padierna Palace Benahavís Marbella Resort, uno de los cinco estrellas más reconocidos
y famosos de España.
He disfrutado de las bondades de muchos spas en diferentes partes del mundo y, háganme caso, pocos como éste.
El simple nombre de Anantara, una
de las firmas más acreditadas a nivel mundial en temas de relajación y spas de
lujo, ya nos anuncia dónde estamos y lo que nos vamos a encontrar. Con
mencionar esta marca, no sería necesario profundizar más.
Agradecimiento Anantara Spa
Aun así, sin ánimo de ser
exhaustivo, sí quiero indicar que el abanico de posibilidades (en más de dos
mil metros cuadrados) abierto al cliente en este universo de tranquilidad es amplísimo.
Rituales de todo tipo, tratamientos únicos o masajes realizados por acreditados
profesionales son parte de esta amplia oferta relajante. Hamman, diferentes
tipos de saunas, piscina cubierta con chorros de masajes, aromaterapia, sala de
relajación, salón de belleza, piscina exterior rodeada de jardines, tratamientos
faciales embellecedores, cuidado de manos y pies, asesoramiento personal e
individualizado, etc., etc., son sólo algunas de las muchas opciones que
ofrece.
Si me preguntaran, siendo difícil
decantarse por algo, con qué me quedaría, posiblemente lo tendría claro: la
atmosfera de paz que logran crear gracias a esa calculada simbiosis de multitud
de vertientes (el magnífico trabajo de personal que allí se encuentra –entre
otros, recepcionistas, fisioterapeutas, masajistas y esteticistas-, las atenciones
que se reciben, la calidad de los servicios, el edificio donde se ubica -de
inspiración italiana y aires palaciegos-, las modernas instalaciones, los
cuidados jardines que nos circundan, etc., etc.). Todo es sobresaliente.
No puntualizo, como pueden
apreciar, con minuciosidad, la multitud de posibilidades que existen. No es lo
que deseo plasmar de estos párrafos. Hay, no obstante, detallados catálogos e
información al respecto.
Quiero centrar el foco de
atención en lo que me parece importante: en las sensaciones, en los recuerdos,
en las impresiones. En definitiva, en mi inolvidable experiencia.
La Real Academia Española de la
Lengua define la palabra oasis, en una de sus acepciones, como “tregua,
descanso, refugio de las penalidades o contratiempos de la vida”.
No cabe duda que este vocablo encaja perfectamente con la idea que quiero trasmitir. Estamos ante un verdadero antídoto contra los nervios y sinsabores del día a día y, si me permiten la expresión, “un medicamento” para el alma y el cuerpo.
Todo ello, anudado de manera
inquebrantable a la calidad, al lujo, a la profesionalidad, a la competencia,
al buen hacer y a la contrastada eficacia tanto de las instalaciones como del
equipo que lo hace posible.
No parece pues, tras lo escrito,
que sea aventurado titular este reportaje con las palabras “soñar despierto” al
referirme a este Spa Anantara de la Costa del Sol.
En este magnífico cinco estrellas,
cuya notoriedad y reconocimiento sobrepasan las fronteras de nuestro país (elegido
por muchas personalidades de fama internacional en diferentes ámbitos), estas
palabras no son antónimos. Al contrario, van de la mano.
La conclusión es clara. Disfruten,
aprecien, experimenten y sientan ese cúmulo de agradabilísimas relajantes
sensaciones que ofrece uno de los mejores spas de Europa.
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