sábado, 1 de abril de 2023

La Veranda, una propuesta gastronómica de primer nivel


    Una insuperable selección de impresionantes restaurantes, de la más diversa índole, para satisfacer todo tipo de gustos y predilecciones (italiano, japonés, cocina mediterránea, de inspiración healthy, beach club, etc., etc.) son la tarjeta de presentación, en temas culinarios, de uno de los hoteles más significados de la península ibérica. Su nombre: Anantara Villa Padierna Palace Benahavís Marbella Resort.



    Todo, pero todo -créanme-, es la excelencia hecha realidad. Un spa inigualable de dos mil metros cuadrados, amplias habitaciones con todo tipo de comodidades, amenities de primera calidad, espectaculares villas, piscina de ensueño, magníficos jardines, impresionantes campos de golf, una inmejorable atención al huésped, excelente desayuno buffet o modernas instalaciones de altísimo nivel, denotan que este alojamiento, uno de los más famosos de Andalucía, es referencia en este escogido mundo de los hoteles de lujo.




    Pues bien, su restaurante La Veranda, el más emblemático de todos y su buque insignia, está sin duda a la altura del privilegiado y selecto recinto donde se sitúa.



    Su propuesta, ciertamente recomendable, es todo un anuncio de intenciones. Un regreso a las raíces reviviendo y reactualizando platos y elaboraciones que han sido icónicos para los comensales que por estas paredes han pasado a lo largo de sus años de vida. Todo un reconocimiento implícito de la excelente labor realizada por estos acreditados fogones.



    La elegancia de su decoración en tonos azulados (con el espectacular añadido de tapices centenarios en las paredes, diferentes obras de arte y una acogedora chimenea) nos dan una clara idea del arduo trabajo que hay detrás de esta cuidada escenografía.




    Este incomparable marco, al que hay que añadir una magnífica terraza para cuando el tiempo acompañe, es el envidiable entorno en el que vamos a saborear y disfrutar los platos (elaborados y servidos) gracias a un magnífico equipo de cocina y sala capitaneado por el chef Santiago Altuna.



    Hay que reconocerle, por lo agradablemente impactante y llamativo que supone, el hecho de que muchos de sus platos se finalicen frente al comensal. Un bonito detalle que, además de gustar, expresa seguridad sobre lo que se está sirviendo.



    Entrar en este templo del buen comer de la Costa del Sol es sentir el privilegio de ser testigos, en un acogedor edificio con aires palaciegos, de una magnífica carta a la que hay que añadir, no quiero olvidarlo, una muy escogida y variada selección de magníficos vinos de todo el mundo.





    ¿Se imaginan unas vieiras asadas coronadas con anguila ahumada? ¿Qué me dicen de un soberbio tartar de atún rojo de almadraba? ¿Les apetece un ceviche de lubina? ¿Y una paletilla de cordero lechal asada a baja temperatura con unas mollejas a la parrilla? Como verán, apenas menciono el plato sin detallar datos sobre guarnición, acompañamientos o aliños. Quiero así dejar viva esa imprescindible capacidad de sorpresa que todo comensal debe experimentar cuando, por primera vez, entra en un restaurante.




    Un producto de altísima calidad, un impecable servicio, apetecibles emplatados, mimo en cualquier detalle (vajilla, cubertería, cristalería o mantelería), magnífica selección de panes, una muy aceptable separación entre las mesas y un extraordinario sumiller son otras de las piezas de este sugerente y apetecible puzle llamado La Veranda.



    Imposible no recomendarlo.




    Permítanme, para finalizar estos párrafos, hacerles un consejo final. En este caso, con tintes golosos y azucarados. Pidan un postre llamado “Crépe Suzette”. No les anticipo más, pero estoy seguro que les gustará.




    Acabo recordando que estos párrafos se publicaron en al edición digital del periódico LA RAZÓN

https://www.larazon.es/gastronomia/veranda-propuesta-gastronomica-altisimo-nivel_2023032764220b2a97e6800001d3f15f.html 







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