Su clima típicamente mediterráneo, con temperaturas cálidas durante gran parte del año y un sol radiante, hacen que sea un destino ideal para disfrutar de sus aguas. En total, 14 kilómetros de extensión divididas en diferentes playas (Banana beach, Mezizim beach, Nordao Beach, Hilton beach, Gordon beach, Frishman beach, entre otras) situadas en el Mediterráneo oriental.
De fácil acceso, con rompeolas
para hacer más cómodo el baño, sin barreras arquitectónicas (adaptadas para
personas con movilidad reducida) y con todo tipo de prestaciones (duchas,
aseos, pasarelas, tumbonas, máquinas biosaludables …) son todo un refrescante
reclamo.
Estas playas, cuidadas y limpias,
aunque a veces muy concurridas, dan una idea de que sus habitantes las disfrutan
y las tienen presentes en sus vidas. Las posibilidades que ello implica son
múltiples: tomar el sol, deportes náuticos, baños en el mar, pasar el día en
familia, frecuentar sus bares y terrazas tanto de día como de noche, comer con
vistas el mar, degustar un buen pescado, etc.
Todo ello, junto a un magnífico y cuidado paseo marítimo (aconsejo ir andando tranquilamente hasta Jaffa) con restaurantes donde disfrutar de las delicias de las elaboraciones israelíes. El viajero, seguro, apreciará y disfrutará de la buena cocina de estas tierras.
Mientras, tenemos al Mediterráneo
frente a nuestros ojos con la bella imagen, entre otras posibilidades, de ver a
algunos surfistas cabalgando sobre las olas.
Conviene recordar que en algunas playas
apreciaremos que hay horarios solo para mujeres o para hombres (segregadas por
sexo para judíos y musulmanes ortodoxos), mientras que otra, como Hilton beach (frente
al hotel del que recibe el nombre) es un referente en el turismo LGTBI. En
definitiva, diversidad.
No obstante, hay que recalcar que
la mayoría de ellas son de uso mixto; para mujeres, para hombres y para las
familias sin restricciones.
Quería, con estos párrafos, dar hoy una visión muy diferente de la que normalmente tenemos de Israel, con el mar como protagonista.
Por obvias razones, la asociamos
a un turismo religioso al concentrarse en este territorio de Oriente Medio muchos
de los lugares santos de la cristiandad, especialmente en Jerusalén.
Ahora bien, más allá de esta vertiente como “Tierra Santa” descubriremos en este joven país –junto a su incuestionable legado histórico- desiertos, naturaleza, gastronomía, folclore, curiosas costumbres y ciudades preciosas.
En este caso, Tel Aviv, una animada y moderna
urbe, gran centro de negocios con importante concentración de empresas de alta
tecnología, que presume de sus aires cosmopolitas, libres, tolerantes y divertidos,
siendo además uno de los motores económicos de Israel.
¿Por qué no plantearse Israel
como destino costero? Tel Aviv es un ejemplo de ello.
Finalizo diciendo que estos párrafos se publicaron en la edición escrita y on line, del mes de diciembre de 2022, de la revista Grada.
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