Hay visitas que dejan dulces y
golosos recuerdos. Hay visitas en las que, además de catar y probar algún
manjar, también tienes la suerte que adentrarte, hasta donde es posible, en las
entrañas de la fábrica en la que se elaboran esas delicias gastronómicas recibiendo
todo tipo de explicaciones. En definitiva, aprendiendo y asimilando cuantas enseñanzas
vas recibiendo.
Pues bien, esto me ha ocurrido recientemente, a principios del mes de octubre, cuando conocí, gracias a Vanesa y Rosa Manzano (tercera generación de la empresa) la fábrica de mantecados y polvorones El Santo (www.el-santo.com).
Todo un referente en el sector situado en el polígono industrial Sierra Sur, en la avenida de la Canela, número 35, de la localidad sevillana de Estepa.
Pude comprobar como todos los
sentidos, todos los esfuerzos y toda la sabiduría, de más de una generación al
frente (desde el año 1966 en que la familia Manzano comenzara en un obrador
artesanal) están dedicados a que el cliente saboree un producto que logra la
excelencia.
Un cuidadoso, impecable y estudiado proceso de elaboración, garante de los máximos estándares de alta calidad y seguridad alimentaria, que culmina con esos dulces en nuestras
mesas en épocas navideñas.
Por cierto, si quieren que se les haga la boca agua, naveguen por el catálogo de su web:
https://el-santo.com/wp-content/uploads/2020/06/CAT%C3%81LOGO-EL-SANTO-2020.pdf
Es verdaderamente impresionante apreciar la variedad de dulces y sabores con las que nos podemos encontrar.
Permítanme que les relacione algunas de estas delicias, más allá del tradicional mantecado y del riquísimo polvorón: cortadillos de sésamo, alfajores de almendra y miel, delicias de naranja y chocolate, roscos de vino, hojaldradas, bolitas de coco, estrellas de naranja y chocolate, nevaditos de vainilla y chocolate, pastas surtidas, tortitas de polvorón, bombón de hojaldre, delicias de almendra, nevados de hojaldre, etc.
Imposible elegir sólo uno.
Una sucesión de fábricas y obradores
tradicionales hacen que la ciudad de Estepa, cuya visita es una de mis
recomendaciones en este post, sea conocida con razón como la capital del
mantecado.
Los “Mantecados y Polvorones de
Estepa” cuentan con una Indicación Geográfica Propia (I.G.P.) con su Consejo
Regulador (www.mantecadosypolvoronesdeestepa.com)
como mejor la mejor garantía de que el comensal está consumiendo unos auténticos
mantecados y polvorones de calidad contrastada que cumple todos los requisitos
exigibles.
Desde esta pequeña plataforma digital, dada la calidad del producto, alumbro una pequeña propuesta. Sería una fantástica idea crear una Cofradía Gastronómica del Mantecado de Estepa. Una agrupación que trataría de ensalzar las virtudes del mantecado, animaría su consumo, explicaría sus características y diferencias frente a otros promoviendo e incentivando, a la vez, su conocimiento.
Una iniciativa, en mi humilde opinión, que no debe dejarse en el olvido y una forma adicional también de publicitar y dar a conocer un dulce de muchísima calidad.
Dice un atinado refrán español que “es de bien nacidos ser agradecidos”. Desde este blog, no puedo más que agradecer y reconocer la hospitalidad y amabilidad con la que fui recibido por la propiedad de Mantecados y Polvorones El Santo y, cómo no, agradecer también el detalle que tuvieron con la Academia Extremeña de Gastronomía (www.aexgastronomia.es), de la que me enorgullece formar parte, al enviarnos un selecto surtido de sus dulces. Créanme si les escribo que les recordaremos los académicos con mucho cariño y con un goloso sabor de boca.
Sucumbimos, afortunadamente, a esa dulce tentación que nos ofrecieron.
¿Por qué solo en Navidades? Es una pregunta que me la hago también con
otros productos.
Sabemos que un cava se puede tomar cualquier día del año. Hay que incentivar que así sea. Claro que sí. Lo mismo podríamos decir del mantecado o de los polvorones.
¿Por qué no acostumbrar al consumidor, si le apetece, a disfrutar un buen mantecado de Estepa en otras épocas? Es cuestión de tradiciones y costumbres. Así lo pienso.
Lanzo, pues, esa posibilidad.
Imagino y sé que hay muchas dificultades logísticas que lo dificultan, pero
nada impide que en un futuro pueda ser.
Quien les escribe se reconoce como un forofo del mantecado y del polvorón. En más de una ocasión he pensado que si los hubiera en las estanterías de las tiendas, por ejemplo en primavera o en otoño, los compraría. ¿Soy el único?.
Por último, quiero recordar que este dulce es originario del Convento de Santa Clara de Estepa (www.santaclaraestepa.com), fundado en 1599 por los marqueses de Estepa y situado en la parte alta de la ciudad (en el Cerro de San Cristóbal). En uno de sus muros hay una escultura que recuerda este hecho.
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