Hace unas semanas viajé nuevamente a Fátima. Este santuario mariano, uno de los mayores de la cristiandad, es
lugar de peregrinación de multitud de fieles venidos de todas las partes del
mundo.
En Fátima no solo se habla
portugués. Paseando por las calles de esta localidad puedes escuchar español, francés, inglés, italiano, polaco, etc., etc. Las misas, por ejemplo, las puedes oír en diferentes idiomas. No es,
por tanto, extraño encontrarse con grupos
de feligreses venidos de todos los continentes. Como simple curiosidad, en el
hotel donde me alojé ese día había una excursión de surcoreanos.
Fátima, para los católicos, es un
lugar muy especial. Obviamente, lo que se conoce como “turismo religioso católico”
engloba, entre otros destinos, la visita a lugares que tienen un singular poder
de atracción. Jerusalén, el Santuario mexicano de la Virgen de Guadalupe, el
Vaticano, la Basílica de San Francisco de Asís o Lourdes son algunos de los más
emblemáticos. Entre ellos, naturalmente, se encuentra las peregrinaciones a Fátima.
Es por todos sabido que infinidad
de personas, por razones religiosas, sean de una u otra creencia, se trasladan a
diferentes partes del planeta que consideran sagradas, que les brindan una cercanía con sus creencias. Una especie de
renovación de su credo reafirmando las convicciones religiosas del peregrino.
Fátima, un pequeño pueblecito en
el centro de Portugal, salió de su anonimato a principios del siglo XX para
convertirse en foco de atracción de millones de cristianos a lo largo de los años.
Si has estado allí, observarás que alrededor de la gran explanada
hay numerosos hoteles donde pasar la
noche. Quiero, en esta ocasión, recomendar uno: Estrela de Fátima (www.fatima-hotels.com).
Se trata de un alojamiento,
cuatro estrellas, con una situación inmejorable. Todo tipo de comodidades están
a disposición del huésped. Wifi gratuito, restaurante a la carta o tipo buffet,
cómodas habitaciones, excelente emplazamiento, gran desayuno, amplia terraza
interior donde tomar un café o una copa, una pequeña biblioteca, ambiente acogedor,
intachable servicio, salón de reuniones, sala de juegos para los más pequeños, etc. En definitiva, una gran elección.
La extraordinaria ubicación de
Fátima en el mapa hace que, a pocos kilómetros de distancia, encontremos
algunos de los enclaves turísticos más visitados de Portugal. Muy cerca se
sitúa el famoso monasterio de Batalha (declarado Patrimonio Mundial de la
Humanidad) y el Centro de Interpretación de la Batalla de Aljubarrota.
También, a poca distancia, descubrimos la ciudad de Alcobaça, donde podemos visitar
su impresionante monasterio cisterciense
(que también cuenta con el máximo reconocimiento por parte de la UNESCO) y conocer la historia de los amores de Don
Pedro y Dª. Inés de Castro. No quiero olvidar, quizás por ser más desconocido, la vista al cercano Parque Natural de las Sierras del Aire y Candeeiros.
Si eres amante del mar, la
cercana ciudad costera de Nazare te espera. Su amplia playa, en forma de media
luna, es destino de numerosos turistas en épocas estivales. Igualmente, la ya célebre
“praia norte” se ha convertido en un paraíso para los amantes del surf por sus
espectaculares olas. Nombres como el del surfista hawaiano Warren Mcnamara
están indisolublemente unidos a estas aguas.
En fin, a Fátima suele venirse a
orar, a pedir ayuda o a dar gracias a la Virgen, pero también puede ser nuestro
“centro de operaciones” para conocer esta parte de Portugal que aglutina una
gran diversidad (natural, histórica, arquitectónica y paisajística).
Nada mejor, tras una agotadora
jornada por estas tierras lusas, que tener
un cómodo lugar para descansar y recordar las experiencias vividas. Estrela de Fátima puede ser perfectamente tu
alojamiento.
Finalizo recordando que el grupo "Fátima Hoteles" es, en
estos momentos, la mayor oferta hotelera de esta ciudad peregrina. Engloba un total de
cuatro unidades: hotel Estrela de Fátima, hotel Regina, hotel Coraçâo de Fátima
y hotel Cruz Alta.
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