De todos es sabido que uno de los pueblos portugueses con más encanto
es Monsaraz.
Fronterizo con España, esta localidad fortificada es uno de los grandes
reclamos turísticos del Alentejo. Cierto es que su visita puede
realizarse en un día, pero no es menos cierto que más allá de esta histórica
villa amurallada existen otros argumentos turísticos que no deben olvidarse.
Me
refiero, por ejemplo, a su gastronomía, a la naturaleza que le rodea (rica en
flora y fauna) y la cercana presa de Alqueva, una de las grandes obras de la
ingeniería hidráulica de los últimos años que ha convertido a esta interminable
masa de agua en uno de los mayores embalses de Europa. Todo un mar interior en
medio de Portugal.
Tenemos, en consecuencia, numerosos motivos para pernoctar por
estas tierras. Quiero, por
esta razón, recomendarte un alojamiento cercano, con mucho encanto. Su nombre
es Horta da
Moura (www.hortadamoura.pt).
Mi experiencia ha sido francamente positiva y, en muchos aspectos,
inolvidable. Entretenidas actividades esperan al huésped que se decida por
Horta da Moura (paseos en bicicleta, paseos a caballo, visitas guiadas a
Monsaraz, “recorridos megalíticos”, visitas a Sâo Pedro de Corval para conocer
su famosa artesanía del barro, paseos en barco por Alqueva, catas comentadas en bodegas cercanas para disfrutar de la riqueza vitivinícola alentejana, paseos en carruaje, piscina,
pistas de tenis, etc., etc.).
Conviene recordar cuando escribo "recorridos megalíticos"
(con numerosos menhires y dólmenes) que el Alentejo es una de las regiones más ricas en monumentos de estas
características de toda Europa. Un excepcional pasado megalítico visitable al alcance del viajero.
Naturalmente, por lógicas razones de tiempo, no pude probar la mayoría
de estas actividades (ya me hubiera gustado). Sin embargo, tuve la fortuna de
realizar un magnífico paseo en carruaje, recorriendo las orillas de Alqueva, un embalse que en Portugal también se conoce como
"o grande lago".
Este gran proyecto empresarial llamado Horta da
Moura nació en 1991, siendo comprado por los actuales propietarios en el 2009, que acometieron durante los dos años siguientes
una profunda renovación para darle su actual cara.
Un precioso cuadro de turismo rural que se dibuja a base de pinceladas de una bonita secuencia de tonalidades
azules y blancas, colores alentejanos por excelencia, rodeando el intenso verde de un cuidado jardín
con todo tipo de plantas. Como fondo, el mejor: la centenaria silueta de Monsaraz.
Seguramente te preguntarás por tan curioso nombre: Horta da Moura. Su razón no la digo en estos momentos; la conocerás allí. Simplemente, te adelanto que tiene que ver con una leyenda sobre los amores de un soldado portugués y una mujer musulmana durante la reconquista de estas tierras.
Ocho hectáreas dan mucho de sí. Hay un total de veinticinco habitaciones
(diecinueve de ellas suites) en un espacio rodeado de flores donde
descubriremos un gran jardín, salón para eventos, bar, huerto agrícola
ecológico (utilizado por el restaurante), viñedos, cuadras para caballos y una
soberbia sucesión de olivos milenarios difíciles de encontrar en otro lugar
del planeta. Como escribí anteriormente, un bonita sucesión de azules y blancos emergiendo en medio de la dehesa.
Sobre la piscina poco voy a escribir. Es tipo "infinity". Te
dejo unas fotos. Imposible resistirse a la tentación de nadar en sus aguas rodeadas de
lomas repletas de encinas.
Sería injusto no mencionar uno de los grandes descubrimientos de este
viaje: sus
milenarios olivos. Algunos con más de dos mil años de antigüedad
que han visto pasar por estas tierras numerosas civilizaciones (fenicios, romanos, árabes.....). A día de hoy, a pesar de tiempo transcurrido, se mantienen erguidos dando
excelentes aceitunas y una sombra que puede calificarse como "única".
Técnicos
especialistas de la Universidad portuguesa de Trás-os-Montes y Alto Douro han
certificado esta antigüedad, siendo estos olivos los indiscutibles protagonistas
de programas de radio y televisión.
No es extraño que sean objeto de numerosas visitas. Su estado
de salud, según me comentaron, es extraordinario; lo que ha permitido organizar en torno
a ellos un más que famoso "Caminho das Oliveiras". Para que te hagas una idea, se encuentra
perfectamente señalizado y junto a cada árbol encontrarás una placa indicativa de su
antigüedad.
Estos olivos de inmensas proporciones, en su lento crecimiento a lo largo de
los siglos, han ido formando caprichosas formas en sus troncos. La naturaleza esculpió libremente a su antojo.
Habrás visto en muchas ocasiones un famoso cuadro, pintado por Edvard
Munch llamado "el grito", que se encuentra en la Galería Nacional
Noruega, en Oslo. Es quizás su obra más conocida y uno de los más destacados
ejemplos del expresionismo. Mira estas fotografías y ya me dirás.
No quiero olvidar, finalmente, su extraordinario restaurante “Feitiço da
Moura”. Está dirigido por el chef Narciso Paulo Peraltinha.
Desde luego, un gran descubrimiento. Tiene un menú degustación que te
recomiendo.
El ambiente es muy acogedor. Una decoración moderna donde destacan
sus amplios ventanales dotando de gran luminosidad al local. Decididamente,
invita a comer. Cocina alentejana con mayúsculas. Como dice su página web:
"los ritmos de la tierra mandan".
Existe además un
programa de actividades donde podemos preparar, junto al chef, auténticas obras de arte
de la gastronomía alentejana. Una manera didáctica de conocer
los productos, los aromas, los condimentos y sus
elaboraciones.
Del variado repertorio de platos de su carta (con lógico predominio de la cocina alentejana) te voy a poner unas fotografías de dos. Guardo un especial un especial recuerdo de ellos.
A) Bifé de
vitela Mertolenga: Extraordinaria ternera, con denominación de origen
propia, que se sirve acompañada de uno de los mejores quesos de Portugal, el de Serpa. Te invito a conocer un poco más de esta carne visitando la web de la
"Associaçao de criadores de bovinos mertolengos" (www.mertolenga.com)
B) Encharcada de ovos. Dulce típicamente alentejano, elaborado a base de yemas de huevo y azúcar, presentado sobre unas láminas de manzana y acompañado por un helado de aceite de oliva. Un toque moderno y colorido a un postre de toda la vida.
Ya que estamos hablando de dulces, si eres goloso, también es muy recomendable su "trilogía de doces regionais".
Intento humildemente en este blog recomendar lugares
que tienen algo de especial, alojamientos ciertamente diferentes, que le dicen algo
al huésped, que salen de la monotonía, que dejan huella en el viajero o que aportan un placentero recuerdo en quien lo conoce. Por ello, te sugiero, si deseas viajar a
esta parte de la península ibérica, que tengas en cuenta esta web: www.hortadamoura.pt
Por cierto, ¿sabías que muchas de sus habitaciones tienen nombre de plantas que
crecen en estas tierras?. Nos vemos en Horta da Moura.
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