La historia de la Primera Guerra
Mundial es la historia de un gran fracaso: el de Europa y, por extensión, del
mundo. Individualismos, vanidades, patriotismos mal entendidos, egocentrismos, revanchas,
rencillas, vendettas, represalias, disputas, imperialismos….. Un infernal caldo
de cultivo que apenas necesitaba una pequeña chispa para estallar.
Se considera que el detonante del
conflicto bélico fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria
y su esposa Sofía Chotek en la ciudad de Sarajevo a finales de junio de 1914. Desde esta fecha
hasta 1918 el mundo se vio envuelto en lo que se conoció como la Gran Guerra;
la mayor vorágine de devastación hasta entonces conocida. Un enfrentamiento que
involucró a las grandes potencias económicas y militares de la época.
Bélgica, debido a su posición
estratégica, situada entre dos grandes colosos como Francia y Alemania, fue uno
de los grandes campos de batalla de la Primera Guerra Mundial y uno de los
países que más sufrieron sus estragos. Lieja, Mons o Messines fueron, por citar algunos, escenarios belgas de grandes batallas. Fuertes como el de Loncin, que defendía la ciudad de Lieja, junto a otros once más, quedarán grabados en la historia militar belga como muestra de valentía de unos soldados ante el avance del ejército alemán, muy superior en número y armamento.
La huella de esta Guerra está presente en todo el país. Museos, conmemoraciones, nombres de calles y plazas, estatuas, tumbas, etc., etc. Recorriendo el país de norte a sur, del este al oeste, advertiremos, por ejemplo, que muchas de sus ciudades tienen cementerios donde se encuentran enterrados soldados de ambos bandos.
Debido a que en este año 2014 se
cumple el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, en la ciudad de
Bruselas se ha inaugurado una gran exposición temporal que trata de recordar lo que fueron aquellos años de tanto horror, sufrimiento y dolor.
La exposición tiene un recorrido secuencial. De un modo cronológico va "narrando" cómo era la situación en Europa a principios del 1914, el comienzo de la guerra en Bélgica, los frentes, la dureza de la vida durante la ocupación, el armisticio de 1918 y las consecuencias del conflicto.
Descubriremos, igualmente, con la ayuda de fotografías y pertenencias personales, la historia de algunos protagonistas de aquellos años como el Rey Alberto I de Bélgica y el Emperador Guillermo II de Alemania.
Podremos hacernos una idea, a
través de un didáctico recorrido, sobre cómo era la vida de los belgas durante la ocupación alemana. Videos, fotografías, recortes de
periódicos, uniformes, revistas, tácticas militares, mapas, condecoraciones,
armas, audios, zonas multimedia, objetos cotidianos, representaciones de
espacios de la vida diaria de entonces como una tienda, recuerdos,
planos, cartas de soldados a sus familias, testimonios, vehículos, prendas de vestir, documentos…. todo trata de recrear lo que fue esta guerra, cómo tenía que sobrevivir la población y lo
que supuso la invasión alemana para Bélgica.
Una forma de conocer y hacer comprender al público asistente esta gran
barbarie, la inmensa catástrofe humana y el desastre económico que
ocasionó. En definitiva, es un recuerdo y un homenaje a tantas personas que
sufrieron durante algunos de los años más negros de la historia de la
Humanidad.
Las trincheras, donde una infinidad de soldados perdieron la vida, se convirtieron en uno de los símbolos más característicos de esta guerra. Los frentes se eternizaban a uno y otro lado durante meses; sin avances ni retrocesos. Tanto que también es conocida como "la guerra de las trincheras".
Pues bien, como dato curioso, cuando recorras la exposición pasarás por la recreación de una trinchera.
Fue una guerra no sólo fotografiada, sino también filmada. Gracias a ello se mantienen intactos numerosos documentos visuales. Algunos de estos valiosos archivos, propiedad del Museo del Ejército y de la Historia Militar, están expuestos durante estos meses.
Como habrás podido comprobar, hoy
no escribo de la Bruselas turística. No pongo fotografías de la Grand Place, de los gofres, del chocolate,
de las cervezas, del Atomium, del Manneken
Pis, de la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, de las galerías Saint Hubert
o del Palacio Real. Hoy te recomiendo que
visites otro lugar; en este caso una exposición.
Mi consejo es que dejes unas
horas, tras tu periplo por la capital europea, para acercarte. No te la pierdas. Creo que te
gustará.
Web: www.expo14-18.be Aquí encontrarás (junto a galeria fotográfica, dossier de prensa, horarios, contactos, etc.) un video, bastante explicativo, de lo que es “Expo 14-18, es nuestra historia“. (http://www.expo14-18.be/en/video)
Finalizo diciéndote que este reportaje se publicó en la web del diario español LA RAZÓN el 22 de septiembre de 2014
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