Es laborioso explicar con cierta precisión qué
es Hacienda Zorita. Diría que resulta casi imposible hacerlo en unos cuantos
renglones por la multitud de aspectos
que aglutina.
Abarca tantas aristas que un prisma como éste, más que definido,
debe ser narrado. Es historia, es relax, es hotel, es enología, es gastronomía,
son paseos, son bodegas, es el “Douro Valley”, son quesos, es el Tormes, es
Colón, es minuciosidad, son masajes, es Salamanca, es tranquilidad, es desconexión, son dehesas, es vinoterapia, son
los dominicos, es profesionalidad, es paz, es gusto por el detalle, es
tradición, es naturaleza, son secuoyas centenarias (seguramente las más
antiguas de Europa), es amabilidad, son viñedos…
Así, multitud de vertientes que
conforman este más que recomendable alojamiento de cinco estrellas situado a
pocos kilómetros de la monumental y universitaria ciudad de Salamanca,
declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Hacienda Zorita es un continuo torrente de positivas
sensaciones que aflorarán en el viajero. Quizás, por esta razón, la mejor manera de describirte
lo que te vas a encontrar es hacerlo a través de mis recuerdos; de mi propia
experiencia.
Llegué la tarde de un soleado viernes. Un fin
de semana en Hacienda Zorita es todo un lujo para el huésped. La recepción es
ya, por sí misma, una declaración de intenciones de lo que vamos a encontrar.
Varias repisas a lo largo de una pared, repletas de numerosas referencias
de vinos, anuncian que esta bebida tendrá durante nuestra estancia un gran
protagonismo.
Y no es para menos si vemos las dos impresionantes bodegas
que se encuentran en el interior de este gran complejo hotelero.
La mayor de
ellas, cuyo techo tiene forma de casco invertido de una carabela en honor a la
gesta de Cristóbal Colón, fue diseñada por el arquitecto y dibujante José María
Pérez González, también conocido por su faceta de humorista gráfico como
Peridis.
Es un entorno magnífico para que los vinos descansen, envejezcan y se
vayan haciendo. El interior de este soberbio edificio lo componen dos plantas.
La baja, se utiliza para dejar reposar centenares de barricas de roble. Sólo
queda que el tiempo se encargue de hacer su función para que estos caldos,
reconocidos internacionalmente, sean lo que son. La superior, por el contrario,
se utiliza para realizar catas. Una magnífica forma de adentrarnos en este
formidable mundo de la enología.
Existe otra bodega, sita en el cercano edificio
de la antigua iglesia de San Nicolás de las Viñas. Es una conjunción de toneles,
arte sacro y algún que otro “vitor”, que recuerdan la cercanía y la influencia
universitaria de la vecina localidad de
Salamanca.
Había oído hablar mucho, y muy bien, de “Zorita
Kitchen”, coordinado por el chef Víctor Gutiérrez, galardonado con una estrella
Michelin por su restaurante de la capital charra. Te lo recomiendo. No te digo
más. Simplemente, con reservar mesa descubrirás que calidad no está reñida con
precios razonables.
La búsqueda de la excelencia es el motivo de Hacienda Zorita y, en su vertiente gastronómica,
se aprecia perfectamente.
Tanto, que esa filosofía “del campo o de la granja a la mesa”, de
predominio del producto autóctono, del “slow food”, del “cocinamos lo que
cultivamos” tiene vocación de expansión e internacional. Ejemplo de ello es que
se puede disfrutar de estos fogones en Londres, Lisboa, Madrid o Stavanger
(Noruega). Mi experiencia, en este sentido, fue extraordinaria.
Una parte importante de este proyecto, inmerso
en la ideología del hotel, es Hacienda Zorita Organic Farm. Una moderna
quesería, con la última tecnología del sector, nos adentra un poco en el mundo
del slow food, en la agricultura natural y ecológica, en dar valor al tiempo y
en potenciar las especies originarias.
Para
ello, cuentan con cerca de trescientas
hectáreas de dehesas, encinas, alcornocales y campos de trigo que permiten
campar a sus anchas al ganado libremente. El resultado son quesos de leche
cruda de oveja, jamones ibéricos, panes, verduras, etc. de primera categoría.
Una cata comparada y comentada de quesos en un recinto tan singular fue, desde luego, un fantástico broche de oro para esa jornada.
Ha sido una bonita, entretenida y didáctica
experiencia en todos los sentidos. También en el histórico.
He conocido algo
más de las famosas conferencias de Valcuevo. Te lo resumo en unas líneas. Cristóbal
Colón se alojó durante algunos días entre estos muros que, por aquellos años,
era un lugar de descanso de los monjes dominicos. Vino con la idea de lograr su
sueño. Necesitaba financiación en ese gran proyecto de llegar a las
Indias por el oeste. En 1485, en estos pagos de Valcuevo, se entrevistó con catedráticos
dominicos de la Universidad de Salamanca y otras personalidades de la época.
Una posibilidad en la que pocos creían, llegar a las Indias cruzando el Atlántico, se hizo realidad.
Me gusta pensar, antes de conciliar el sueño en mi habitación, que entre estos muros se gestaron muchas ideas que acabaron con el descubrimiento del Nuevo Mundo.
He degustado magníficos vinos y quesos, he
catado excelentes aceites, he disfrutado de un muy recomendable restaurante, he
recorrido la dehesa salmantina y he descansado en uno de los más emblemáticos
cinco estrellas de la península ibérica. No se puede pedir más.
Te invito a
descubrirlo, a que lo saborees, a que lo disfrutes, a que te empapes de la
filosofía del “somos lo que comemos”.
Quiero mandar desde aquí un cariñoso
agradecimiento a Jaime Boville, una de
las “almas de este proyecto” que me ha ido desgranando, con su contagioso entusiasmo durante sus explicaciones, muchos de los secretos
de uno de los alojamientos más interesantes que conozco. Sin duda, un gran "cicerone".
Podría contarte mucho más. Hacienda Zorita da
para ello: la elaboración de mozzarella a base de leche de búfalas de agua
africana, sus proyectos de futuro, The Haciendas Club, etc.
Sin embargo, quiero que seas tú quien
lo descubras, quien disfrutes de sus villas, quien degustes un desayuno mañanero en la
terraza del restaurante mientras un canalizado Tormes discurre tranquilo bajo
tus pies, quien conozcas la historia del Marqués de la Concordia, quien pasees
por estos parajes o quien tengas el privilegio de disfrutar de una cata con
excelentes quesos, vinos y aceites (muchos de ellos reconocidos y galardonados
a nivel mundial).
No te digo más. Hazme caso. Decídete por Hacienda Zorita y déjate mimar.
Web: www.the-haciendas.com En esta web podrás encontrar mucha información (reservas, precios, ubicación, cómo llegar, teléfono, email, fotogalería, ...) en una página tremendamente ágil y fácil para navegar.
Qué mejor lugar para disfrutar de todos los quesos de la zona. Los veo y se me hace la boca agua, ahora que se acerca la hora de comer.
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