martes, 22 de abril de 2014

Las formidables manos de Ángela Costa, en Dharma Spa

 
             
    Quédense con este nombre: Ángela María Costa. Esta joven portuguesa es una de las fisioterapeutas que trabajan en “Dharma spa”.
             
    Explico un poco la historia de este viaje. Iba camino de Penhas da Saude (Covilhá). Crucé la frontera por la provincia de Salamanca, a la altura de Fuentes de Oñoro, dirección al "hotel más alto" del país vecino. 

    No te engaño. El Hotel Serra da Estrela, de cuatro estrellas, puede presumir de ser el alojamiento de estas características situado a más altura de Portugal. Hay que tener en cuenta que, exceptuando la isla de Pico, en el archipiélago de las Azores, aquí se encuentran las montañas más altas de este precioso país.  



 
              
    Había madrugado mucho. Quería llegar pronto a mi destino para ganar todo el día. Los que amamos el mundo de la fotografía, aunque sea como meros aficionados, empezamos a tener esa deformación profesional de intentar estar a tiempo para conseguir buena luz.


 
              
    Así fue. Una vez allí, dejé las maletas en mi habitación y, tras asearse, salí raudo, cámara en mano, a disfrutar de la belleza natural que me rodeaba.
             
    Estaba en el “Parque Natural Serra da Estrela”. Estas montañas, algunas aún con nieve a pesar de estar a mediados de abril, son realmente bonitas. 

    Unas horas de paseo para disfrutar de esta gran diversidad natural del parque y para respirar un aire tan limpio que parece no saber qué es la contaminación. Luego tocaba regresar al hotel a comer. Por cierto, existe un menú medieval, a base de “petiscos” y especialidades propias de la tierra, a un precio muy asequible. Ideal para reponer las fuerzas gastadas en la caminata.

 
 
               
    Por la tarde, sobre las cinco, quería probar su pequeño y coqueto spa. Me lo recomendaron en varias ocasiones. Naturalmente, les hice caso. Es algo único, comentaron. Te gustará, aseguraron unos clientes que acababan de disfrutar esos fantásticos masajes. 

    Me convenció el hecho de que, quien me lo decía, había probado otros de diferentes partes del mundo. Esta opinión, normalmente contrastada, parece más fundada.

 

              
    Lo primero que hay que decir es que el spa se encuentra en una cabaña de madera traída expresamente de Suiza. Ciertamente original. Nadie imaginaría, al ver el exterior, lo que va a encontrase al entrar. Tiene tres alturas. La primera, está preparada para realizar los masajes. En el piso principal está la recepción, las duchas y los aseos. En la planta baja, hay una pequeña piscina de agua caliente, un jacuzzi y una sauna. 

    Todo muy coqueto, decorado con multitud de velas y, como fondo sonoro, unas melodías asiáticas que  invitan a la tranquilidad.


 

                 
    Puedo asegurarte que he recibido numerosos masajes en distintos lugares del planeta. Éste, con seguridad, es uno de los más relajantes. Sin lugar a dudas, gracias a las manos de Ángela Costa.

 

         
    Te cuento un poco en qué consistió mi experiencia en Dharma Spa.

   Se llama “programa especial”. Se inició con un masaje fisionatura. Es decir, un masaje de relajamiento y técnicas terapéuticas con envolvimiento de cromoterapia serrana (“óleo quente de alecrim e eucalipto”). Todo ello, realizado junto a elementos de la naturaleza como el bambú y piedras volcánicas.

 

              
   Te aseguro que la sensación de relax que se experimenta en total. Una agradable experiencia, muy placentera, que quiero volver a repetir en otra ocasión.
              
  Seguidamente tomé, en un inmenso tonel de madera, un espectacular baño con vino, sal marina y “óleos essenciais de lavanda e eucalipto”, acompañado -para beber- de un refrescante té frio de frutas del bosque, menta, miel y canela.

                  
 
                 
    Para finalizar, pude disfrutar de un jacuzzi individual y una piscina de relajamiento. No creo que sea necesario explicar más. Simplemente te lo recomiendo.

 

                
    Un lugar mágico, en un marco incomparable donde disfrutar de un masaje realizado por esta fantástica fisioterapeuta. ¿Te imaginas lo que debe ser en diciembre rodeado del reluciente blanco de una gran nevada invernal?. Tienes que conocerlo.
               
  Fisioterapia, masaje con miel, masaje facial, chocoterapia, vinoterapia, masaje relajante, masaje deportivo, hidroterapia, masaje con velas, masaje terapéutico,…. las posibilidades son casi innumerables.
            
   Hotel Serra da Estrela es un típico hotel de montaña que ofrece todas las comodidades que precisa el viajero. Además de este espectacular spa -francamente recomendable- se organizan recorridos por los alrededores, cursos de esquí y snowboard, visitas guiadas a la ciudad de Covilhá, paseos en BTT, traslados a la estación de esquí, recorridos a pueblos serranos o catas en queserías de la región.  Se convierte, por tanto, en el alojamiento idóneo para los que deseen disfrutar de la naturaleza y conocer la diversidad natural que atesoran estas montañas de roca granítica.

 

 

               
   Ojeando, durante los días de mi estancia, el semanario portugués de viajes "Fugas", leí un reportaje sobre la Semana Santa de este país titulado de la siguiente forma: “Há tanto Portugal por descobrir”
    
   Ciertamente, lo puedo aplicar a mi viaje por Serra da Estrela. Venía a conocer este paraje natural, a degustar sus fantásticos quesos, a fotografiar estos riscos rocosos pelados ... y me vine con este descubrimiento: las increíbles manos de Ángela Costa. Desde luego, “Há tanto Portugal por descobrir”.
              
  Una de las escapadas que no debes perderte es subir hasta la estación de esquí. A pocos kilómetros del hotel y perfectamente comunicada por una buena carretera. 

  Como te comenté, aquí está el punto más alto del Portugal continental, convirtiéndose en lugar fantástico para los amantes de los deportes invernales. No obstante, tienes muchas curiosidades viajeras que experimentar. Por ejemplo, comer en el restaurante situado a más altura del país.
             
  Incluso si viajas en épocas primaverales, como fue mi caso, encontrarás algo de nieve. Los pequeños serán los que más disfruten.



               
    Por cierto, ya que estaba en Portugal era casi obligado tomarme una "bica". Tuve la sensación, en ese instante, de que nadie en este país estaba tomando un café a más altura que yo. Tenía que inmortalizarlo en esta fotografía. 



              
      Web recomendada: www.turistrela.pt 



                 
    Una última recomendación. Estamos en una zona de Portugal donde se elaboran algunos de los mejores quesos del país. No vuelvas a casa sin comprar alguno. 


 

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