No hace mucho tiempo, recorriendo
la localidad portuguesa de Óbidos, escribí sobre una iglesia, la de Santiago,
que había sido transformada en una gran librería. Un proyecto arquitectónico y
literario que salvó este edificio histórico del incesante proceso de deterioro
en el que se encontraba.
Comentaba, en su momento, que son de agradecer iniciativas de este tipo
que protegen el rico patrimonio de muchas ciudades, a la vez que le dan una
utilidad a estos edificios salvándolos de una futura
ruina.
Pues bien, puede decirse que la
historia se repite, pero en este caso en España.
Estaba por el sur de
Extremadura, en la ciudad de Llerena, recorriendo esas calles que parecen
supurar historia por los cuatro costados. Tuve la suerte de contar con tiempo suficiente para "empaparme" un poco de esa "Llerena histórica" que quería conocer.
Iba por la calle Santiago cuando me
dicen que aquí se encontraba la biblioteca municipal Arturo Gazul.
Si el
viajero no la conoce, al principio, lógicamente le cuesta localizarla. Te lo
explico. Lo que, por fuera, parecía ser una iglesia tenía en la fachada unas curiosas
esculturas de libros, dentro de unas hornacinas a ambos lados de la puerta principal, que pretenden avisar de lo que en su
interior se escondía. La imagen de Óbidos me vino inmediatamente a la cabeza.
No podía ser de otra manera.
Naturalmente, entré. Mi sorpresa
fue mayúscula al ver cómo el interior se había transformado en una
impresionante biblioteca. Es como si todas las piezas de un gran puzle
encajasen a la perfección: mobiliario, estanterías, iluminación, escaleras, libros
y un impresionante edificio histórico que no podía perder la fuerza que otorgan los siglos que "a sus espaldas" tienes esos gruesos muros y pilares.
Una estancia sin igual para los
aficionados a la lectura en un entorno muy especial.
Una armónica concatenación entre pasado y presente; entre lo que fue y lo que es.
Quería saber más sobre esta
construcción, ahora “vestida” con mesas y estanterías de libros. Según me
comentaron, estas nuevas instalaciones culturales están situadas en parte de lo
que fue el establecimiento hospitalario más importante de Llerena,
perteneciente a la Orden de San Juan de Dios, una orden hospitalaria católica
dedicada a la ayuda de las personas enfermas y más desamparadas.
Fue el año 2010 cuando se
inauguró, con la presencia del Secretario de Estado de Cooperación Territorial,
tan singular recinto para estos menesteres culturales.
Para la “reconversión” a su novedoso destino hubo, naturalmente,
que realizar cuantiosas obras. Entre otras, restaurar la espectacular bóveda al encontrase muy deteriorada.
Lo importante de todo esto es que se
vuelve a dar “vida” a lo que antaño la tuvo y que por el trasncurso del tiempo y la dejadez del hombre se condenó al olvido, al ostracismo
y a la ruina. Centenarios muros que ayudaron a los más necesitados y escucharon
plegarias y rezos son ahora el hogar de miles de libros y un acogedor espacio de
reposada lectura. Un histórico espacio que cumple funciones totalmente diferentes
de aquellas para las que fue erigido.
Lo cierto es que hay algunos
países donde muchas instituciones religiosas se van
quedando sin recursos económicos para afrontar los múltiples gastos que supone
mantener sus templos.
Por tal razón, ante la disminución del número de
fieles asistentes a los oficios religiosos, deciden desacralizarlas y venderlas. Se han convertido en hoteles, restaurantes, discotecas, museos, almacenes, bares, viviendas, cafeterías, colegios, bibliotecas.... Un
ejemplo de lo último es famosa librería Selexyz, en Maastricht (Holanda), considerada como una de las más
bonitas del mundo, donde puedes leer un libro mientras disfrutas de un buen café. Se encuentra enclavada en una iglesia gótica. Te invito a que navegues por la red y veas fotografías de ella. Es
impresionante.
Los años y los siglos pasan, pero
esa sensación de tranquilidad, de silencio y de calma, bien sea para rezar o
para leer, parece una tónica constante en el devenir de los años en este
emblemático edificio de Llerena. Puede decirse que el placer es doble: junto al
de la lectura están las agradables sensaciones que el lector percibe al estar
entre estos muros que, en este caso, invitan a leer.
Ya sé que cuando te acerques a
Llerena querrás, lógicamente, ver la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, que desearás
saber más sobre la impronta de Zurbarán en la localidad, que recorrerás
palacetes y fachadas de estilo mudéjar, que fotografiarás el palacio de los
Zapata, que tomarás un aperitivo en la plaza mayor o que descubrirás, por
ejemplo, que el primer europeo que vio el Gran Cañón del Colorado (García López
de Cárdenas) era natural de esta tierra…
Sin embargo, te aconsejo visitar esta biblioteca.
Puede que conozcas
otras de estas características, pero, hazme caso, te gustará verla.
Entrando en este "templo de la cultura" recuerdo las palabras del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa que decía: "Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado. Casi setenta años después recuerdo con nitidez esa magia de traducir las palabras en imágenes".
Como final de este reportaje, os comento que los arquitectos de la obra fueron David Zapata Mena y Vicente López Bernal. Han tenido la amabilidad de dejarme las fotografías que seguidamente os pongo. Muestran claramente la situación de abandono en que se encontraba el edificio y los trabajos realizados.
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