Cuando el comensal entra en un restaurante,
en ocasiones, busca una cierta capacidad de sorpresa que haga de esa comida una
pequeña fantasía gastronómica. Esa dosis de asombro la lleva implícito el
simple hecho de salir de lo cotidiano, de comer fuera de casa, de probar otras
elaboraciones o de disfrutar con otros condimentos.
A veces, es suficiente con la forma de
presentar un determinado plato, con la manera de cocinar un alimento, con la envolvente
decoración del local, con la música que pueda acompañarnos o con los vinos que
riegan nuestra comida.
En fin, un indeterminado número de circunstancias que envuelven un acto tan
placentero, y para muchos tan cotidiano, como salir a comer a un restaurante.
De la multitud de restaurantes que puedan
cumplir estas premisas hoy nos acercamos a la ciudad lombarda de Saló, en la
provincia de Brescia (al norte de Italia).
Aquí tendremos el honor de degustar
algunos platos tradicionales de esta tierra, acompañados por una inmejorable selección
de vinos autóctonos. Concretamente, visitaremos el restaurante Antica Trattoria Alle Rose, dirigido por las expertas
manos del reconocido chef Gianni
Briarava.
Me gusta el nombre del local porque no hace
sino destacar que aquí se mantiene la cocina tradicional de esta zona del lago
de Garda. Algo de agradecer en tiempos en los que parece que hay que innovar en
el mundo de la gastronomía casi por obligación. Pero me gusta, sobre todo, por
la contrastada calidad de los productos, y por el mimo y cariño con el que los
trabaja.
Además de ello, este afamado cocinero se ha convertido, como conocedor
del potencial gastronómico de su tierra, en uno de los paladines de un proyecto
consistente en sumar esfuerzos en defensa de esta centenaria cultura culinaria
del lago y sus alrededores. Un ejemplo
significativo es, por ejemplo, trabajar junto a un grupo de conciudadanos en evitar
la extinción de una variedad de pez, única de las aguas, que hizo durante
siglos las delicias de emperadores, reyes y príncipes.
Mi consejo es pedir un menú donde
podamos disfrutar de la asombrosa variedad de pescados de agua dulce y de las diferentes
formas de prepararlos. Creo que no se arrepentirán si me hacen caso. Aunque no
está de más recordar que la también variedad de entrantes, carnes (aconsejo, si se
decantan por ellas, pedir su elaboración de conejo) y de pastas es realmente recomendable.
Sean estas fotografías claro manifiesto de cuanto escribo.
Como curiosidad, tras terminar nuestro
postre, este pequeño festín gastronómico
lo vamos a finalizar a cinco minutos de paseo. En concreto, en “La Locanda
del Benaco”, otro singular espacio, frente a las aguas del lago de Garda,
particularmente atractivo para disfrutar de un buen café o de una agradable
copa en compañía de unos amigos. Aquí, los aires minimalistas parecen fusionarse sin
problemas con este paseo fluvial repleto de terrazas y viandantes.
Así pues, la propuesta de Gianni Bravaria
para nuestro viaje a Saló engloba dos buenos argumentos culinarios: Antica
Tratoria Alle Rose y La Locanda del Benaco.
Dos sugerencias que, para
posteriores visitas, pueden ser ampliadas por otro proyecto del mismo chef: Osteria
dell”Orologio. ¿Hay alguien que a nivel de restauración ofrezca más en Saló?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario