La capacidad de diferenciación
es básica en el mundo de los alojamientos. Definir un producto con una
personalidad propia, que lo distinga del resto, es un elemento esencial para
poder destacar.
Si hablamos de balnearios es
obvio que son muchas las posibilidades y los argumentos que el viajero puede
escuchar o leer en cualquier medio de comunicación o publicitario. Debe haber
algo (el lugar, la historia, la oferta de tratamientos, el entorno, el
manantial,… etc.) que generen en el viajero el deseo de ir (o retornar) frente a otros a ese lugar.
En el caso que nos ocupa la respuesta es sencilla: se trata de un
balneario único en su género. Estas termas construidas en el siglo III d.C,
debido a las singulares propiedades beneficiosas de sus aguas, permitirán
bañarnos en los mismos lugares que, casi dos mil años atrás, utilizaron los
romanos. Además de ello, la UNESCO declaró este balneario Patrimonio Mundial de
la Humanidad. ¿Existe mayor capacidad de diferenciación?. Como curiosidad, en
uno de los patios de estas grandes instalaciones se encuentra un Ara Votiva dedicada
a la diosa Juno.
Me refiero al archiconocido
balneario de Alange, en la provincia de Badajoz, donde tuve la suerte de pasar
un fin de semana inolvidable. A pocos kilómetros, unos quince, de Mérida -la
entonces Emérita Augusta (una de las
grandes ciudades en la península ibérica)- se erigieron una termas aprovechando
este cercano manantial natural.
El mismo nombre –Alange- que significa
en árabe “Agua de Alá”, denota que, con el devenir de los siglos, otras
civilizaciones y culturas supieron apreciar y reconocer las propiedades
beneficiosas de estas aguas.
No es, desde luego, insignificante
el hecho de poder disfrutar de esta “herencia romana” mientras aprovechamos nuestra
estancia para tonificar nuestro cuerpo y relajar nuestra mente de esas preocupaciones que nos invaden día a día.
Me alojé en el Hotel Aqualange,
un precioso cuatro estrellas que ya impresiona a su entrada. En ese pequeño
oasis verde, que el balneario ha creado con árboles, mucha vegertación y césped, emerge en este
alojamiento, de pocos años, en el que la propiedad quiso darle, y lo ha
conseguido, aires decimonónicos.
El hall de entrada impresiona
por sus dimensiones y una inmensa claraboya de cristal que lo protege y da luz natural. Todo está previsto para nuestro confort: 80 habitaciones, 6 de ellas suites, preparadas
para el más exigente de los huéspedes. Por cierto, su restaurante, con impecables menús del día y cocina a la carta, no sólo destaca por la calidad de sus productos, sino por la presentación y preparación de sus platos. Para muestra, este pescado con alcachofa.
Particularmente novedoso resulta bajar a desayunar con el albornoz puesto. Preparados para encarar un día de relax y diversión.
Nos espera una jornada de relajamiento para el cuerpo y para el alma.
Tratamientos hidrotermales, baños calientes en pilas de mármol, baños fríos y
calientes en una terma romana, ducha circular, ducha escocesa, piscina de
hidromasaje suave, baño turco, oxigenoterapia, exfoliación corporal, parafangos,
masajes con aceitas vegetales, masajes con esencia de chocolate, envolvimientos,
etc. nos esperan.
Conviene recordar que el agua
mineromedicinal de Alange brota de un manantial con un caudal de cinco litros por segundo a una temperatura de 28 grados. Todas las terapias hidrotermales
giran en torno a las propiedades del agua, incluso su exclusiva y única línea
de cosmética.
Tenemos, pues, historia; tenemos
aguas curativas y tenemos un grupo humano de trabajadores, de los más diversos
ámbitos, dispuestos a conseguir que nuestra estancia sea placentera, saludable e
inolvidable.
En definitiva, unas vacaciones
de salud y tranquilidad para todas las edades en uno de los más reconocidos
balnearios de Europa.
Alange, además, se ubica en un entorno
privilegiado y único donde disfrutar de las bellezas de la inigualable dehesa
extremeña, de un embalse cercano o de
un paseo por la milenaria Mérida.
Todo ello, unido a la extraordinaria
gastronomía que podemos degustar por estas tierras donde el cerdo ibérico, criado a base de bellota, es el rey indiscutible de la cocina en esta Comunidad Autónoma.
Un
balneario con mayúsculas. De esos en lo que la referencia, el motivo y su razón
de ser son las propiedades únicas, y demostradas médicamente, de sus aguas.
Conviene mencionar que el radón
existente en estas aguas es perfecto para el tratamiento de muchas afecciones,
especialmente nerviosas. Una tradición termal de siglos que se mantiene en
nuestros días completada con unas modernas instalaciones de hidroterapia.
Sin género de dudas, un icono y
una referencia de los balnearios de España que debe ser conocido y apreciado,
no sólo por los que tienen determinadas afecciones, sino para los seguidores
del “turismo termal”.
Quizás sea éste el
momento de recordar y reivindicar el “Balneario al estilo tradicional” (donde
el poder curativo de las aguas y sus propiedades son la razón de ser de los
mismos), frente a los llamados
“balnearios urbanos o spas” cuyas aguas, utilizadas para diferentes
tratamientos, carecen de esas propiedades
medicinales. Diferencia ésta que es esencial y debe ser conocida por el futuro
cliente de ambas opciones.
La capacidad de ser vanguardia de este recinto de relajamiento, a pesar de sus orígenes milenarios, se traduce en el encuentro de blogueros y especialistas del mundo del turismo en medios digitales que recientemente se organizó en sus instalaciones.
Una apuesta por las nuevas tecnologías como medio de difusión de un destino y una muestra evidente que el turismo termal no tiene edad. Un ejemplo que conjuga novedad y tradición, un pasado glorioso con un gran presente y un futuro más prometedor aún.
Alange se convierte de esta
forma en sinónimo de salud, relajamiento y tranquilidad, y su balneario en el
estandarte visible de todo ello. Como dice su publicidad, “ideal para relajar el
cuerpo y serenar el espíritu”. Un balneario que ayuda a mejorar la calidad de
vida de las personas.
Balneario romano de Mérida-Alange:
"Diferente". "Posiblemente, el balneario más bonito de
España".
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Desde luego, es así. Sin embargo, ni siquiera con esta colección de fotografías que os cuelgo es posible imaginar las placenteras, y a veces indescriptibles, sensaciones que produce pasar un fin de semana en un entorno tan singular y especial. De verdad, no te lo pierdas.
Datos útiles:
Teléfono de información y reservas: 924 36 51
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