lunes, 14 de abril de 2014

Conociendo la biblioteca Arturo Gazul, en Llerena


         
              
    No hace mucho tiempo, recorriendo la localidad portuguesa de Óbidos, escribí sobre una iglesia, la de Santiago, que había sido transformada en una gran librería. Un proyecto arquitectónico y literario que salvó este edificio histórico del incesante proceso de deterioro en el que se encontraba. 

    Comentaba, en su momento, que son de agradecer iniciativas de este tipo que protegen el rico patrimonio de muchas ciudades, a la vez que le dan una utilidad a estos edificios salvándolos de una futura ruina.
              
    Pues bien, puede decirse que la historia se repite, pero en este caso en España
    Estaba por el sur de Extremadura, en la ciudad de Llerena, recorriendo esas calles que parecen supurar historia por los cuatro costados. Tuve la suerte de contar con tiempo suficiente para "empaparme" un poco de esa "Llerena histórica" que quería conocer.             
    Iba por la calle Santiago cuando me dicen que aquí se encontraba la biblioteca municipal Arturo Gazul. 
    Si el viajero no la conoce, al principio, lógicamente le cuesta localizarla. Te lo explico. Lo que, por fuera, parecía ser una iglesia tenía en la fachada unas curiosas esculturas de libros, dentro de unas hornacinas a ambos lados de la puerta principal, que pretenden avisar de lo que en su interior se escondía. La imagen de Óbidos me vino inmediatamente a la cabeza. No podía ser de otra manera.



                
    Naturalmente, entré. Mi sorpresa fue mayúscula al ver cómo el interior se había transformado en una impresionante biblioteca. Es como si todas las piezas de un gran puzle encajasen a la perfección: mobiliario, estanterías, iluminación, escaleras, libros y un impresionante edificio histórico que no podía perder la fuerza que otorgan los siglos que "a sus espaldas" tienes esos gruesos muros y pilares. 
    Una estancia sin igual para los aficionados a la lectura en un entorno muy especial. 
    Una armónica concatenación entre pasado y presente; entre lo que fue y lo que es.
   Quería saber más sobre esta construcción, ahora “vestida” con mesas y estanterías de libros. Según me comentaron, estas nuevas instalaciones culturales están situadas en parte de lo que fue el establecimiento hospitalario más importante de Llerena, perteneciente a la Orden de San Juan de Dios, una orden hospitalaria católica dedicada a la ayuda de las personas enfermas y más desamparadas.


 


               
     Fue el año 2010 cuando se inauguró, con la presencia del Secretario de Estado de Cooperación Territorial, tan singular recinto para estos menesteres culturales. 
   Para la “reconversión” a su novedoso destino hubo, naturalmente, que realizar cuantiosas obras. Entre otras, restaurar la espectacular bóveda al encontrase  muy deteriorada.



 
                
    Lo importante de todo esto es que se vuelve a dar “vida” a lo que antaño la tuvo y que por el trasncurso del tiempo y la dejadez del  hombre se condenó al olvido, al ostracismo y a la ruina. Centenarios muros que ayudaron a los más necesitados y escucharon plegarias y rezos son ahora el hogar de miles de libros y un acogedor espacio de reposada lectura. Un histórico espacio que cumple funciones totalmente diferentes de aquellas para las que fue erigido.

    Lo cierto es que hay algunos países donde muchas instituciones religiosas se van quedando sin recursos económicos para afrontar los múltiples gastos que supone mantener sus templos
    Por tal razón, ante la disminución del número de fieles asistentes a los oficios religiosos, deciden desacralizarlas y venderlas. Se han convertido en hoteles, restaurantes, discotecas, museos, almacenes, bares, viviendas, cafeterías, colegios, bibliotecas.... Un ejemplo de lo último es famosa librería Selexyz, en Maastricht (Holanda), considerada como una de las más bonitas del mundo, donde puedes leer un libro mientras disfrutas de un buen café. Se encuentra enclavada en una iglesia gótica. Te invito a que navegues por la red y veas fotografías de ella. Es impresionante. 


 
               
    Los años y los siglos pasan, pero esa sensación de tranquilidad, de silencio y de calma, bien sea para rezar o para leer, parece una tónica constante en el devenir de los años en este emblemático edificio de Llerena. Puede decirse que el placer es doble: junto al de la lectura están las agradables sensaciones que el lector percibe al estar entre estos muros que, en este caso, invitan a leer.



                   
    Ya sé que cuando te acerques a Llerena querrás, lógicamente, ver la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, que desearás saber más sobre la impronta de Zurbarán en la localidad, que recorrerás palacetes y fachadas de estilo mudéjar, que fotografiarás el palacio de los Zapata, que tomarás un aperitivo en la plaza mayor o que descubrirás, por ejemplo, que el primer europeo que vio el Gran Cañón del Colorado (García López de Cárdenas) era natural de esta tierra…  Sin embargo, te aconsejo visitar esta biblioteca.
    Puede que conozcas otras de estas características, pero, hazme caso, te gustará verla. 



               
    Entrando en este "templo de la cultura" recuerdo las palabras del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa que decía: "Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado. Casi setenta años después recuerdo con nitidez esa magia de traducir las palabras en imágenes".




    Datos de localización

Calle Santiago, 42 (Llerena)
Teléfono: 924 87 09 23
Correo electrónico: biblioteca@llerena.e.telefonica.net



            
    Como final de este reportaje, os comento que los arquitectos de la obra fueron David Zapata Mena y Vicente López Bernal. Han tenido la amabilidad de dejarme las fotografías que seguidamente os pongo. Muestran claramente la situación de abandono en que se encontraba el edificio y los trabajos realizados.






 
 

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