jueves, 13 de noviembre de 2025

MACAM, museo y hotel con la misma sintonía



    Existen, a lo largo del mundo, hoteles centrados en las temáticas más diversas. Alojamientos de alto nivel que, por variadas razones, atesoran una especial capacidad de atracción.



    MACAM Lisboa (www.hotel.macam.pt) es uno de esos cinco estrellas que, nada más saber su ubicación, impresiona y sorprende desde el primer momento. Sentimientos que se ven afianzados cuando se conoce y se pernocta en sus habitaciones.



         Arte con mayúsculas a nuestro alrededor.



    Un espectacular museo lisboeta (gracias a la impresionante colección privada de Armando Martins reunida durante más de cincuenta años) es el hogar de este hotel que, indiscutiblemente, no solo no pasa desapercibido, sino que genera la atención y curiosidad de huéspedes y visitantes.



    Con poco tiempo de vida, recientemente inaugurado en marzo de 2025, este “hotel museo” nos sumerge en un ambiente sin igual proporcionándonos, lógicamente, experiencias únicas e irrepetibles.




    ¿Se imaginan descansar en habitaciones donde obras de arte decoran la estancia?

    Ésta es solo una de las muchas posibilidades que ofrece ya que, por citar otra, los huéspedes tienen entrada gratuita a las diferentes galerías para conocer los tesoros artísticos de MACAM (acrónimo de Museo de Arte Contemporáneo Armando Martins).



    Un concepto innovador y novedoso que es, en cierta forma, una declaración de intenciones sobre la filosofía de este lujoso alojamiento: bienestar y descanso junto a una experiencia inmersiva en el mundo del arte.



    Sesenta y cuatro habitaciones, amplias, modernas, luminosas, elegantes, con todo tipo de prestaciones (amenities de primera calidad, terraza exterior, camas de gran tamaño, catálogo con las obras de arte que hay en cada una de las habitaciones, "pillow menu", etc., etc.) a las que es imposible ponerles un pero.

    Hay un detalle importante a destacar. La gran obra arquitectónica realizada para restaurar el antiguo “Palácio dos Condes da Ribeira Grande” y construir nuevos edificios contemporáneos aledaños, ha sabido aglutinar el alma y la historia de este palacio del XVIII con la vanguardia y modernidad de las nuevas construcciones.



    Edificios de épocas distintas perfectamente ensamblados. Nada debe extrañar que este sensacional trabajo, obra de profesionales de diferentes ámbitos y especialidades, haya sido merecedor de premios y reconocimientos.




    Esa magnífica coexistencia de estilos se aprecia perfectamente cuando el huésped se sitúa, acompañado también de distintas obras de arte contemporáneo al aire libre, en el patio central del museo.



    Desde aquí, observaremos, a un lado, las hechuras arquitectónicas de un centenario palacio que transpira historia y, frente a él, la vanguardista e impactante fachada (decorada con azulejos de cerámica tridimensional, obra de la artista portuguesa María Ana Vasco Costa) de uno de los edificios donde se encuentra expuesta parte de la colección (galerías tres y cuatro).





    ¿Cómo no quedarnos ensimismados en un espacio tan singular donde arte e historia caminan en paralelo?




    Como curiosidad, el dramaturgo João Gonçalves Zarco da Câmara, primer portugués nominado al Premio Nobel de Literatura, nació en este edificio en 1852.



    En "Rua de Junqueira", entre Alcântara y Belém, descubrirán este asombroso museo (un inédito y novedoso proyecto fruto de la iniciativa privada) y su espectacular hotel, con marcados aires de excelencia, que ya empieza a decir mucho entre los grandes de Lisboa.



    Cinco estrellas bien ganadas, a la altura de la calidad del museo donde se sitúa.




    Y es que recorriendo algunas de sus diferentes estancias descubrimos una impresionante biblioteca (un recinto de tranquilidad y paz donde cada esquina está dedicada a una estación del año), el gimnasio, la piscina exterior (situada en la cuarta planta con unas vistas únicas al icónico puente 25 de abril, es el escenario ideal para refrescarse tras un ajetreado día conociendo la capital lisboeta) y, quizás la gran sorpresa de nuestro itinerario por la parte palaciega: la capilla.



    Así es, esta capilla desacralizada y perfectamente restaurada (que tiene acceso directamente desde el exterior) se ha convertido en un singular bar donde tomar una copa. No me gustaría adelantar más para que el lector no pierda la capacidad de asombro cuando acceda a su interior.



    Una decidida apuesta por la faceta gastronómica es también otra característica de MACAM.



    Su restaurante “Contemporâneo”, cuya entrada se encuentra en el patio central de este museo, ofrece una culinaria basada en las tradiciones portuguesas, con primacía lógica de los sabores portugueses y protagonismo de los magníficos productos de este país.



    Una propuesta a la que es imposible renunciar. Excelente calidad, magnífica presentación y un, gracias a sus grandes ventanales al patio, entorno ideal para una comida inolvidable. Todo ello, con el imprescindible aderezo de un magnífico servicio, una buena selección de vinos y una atrayente oferta de cócteles.

   No puedo olvidar, especialmente para los amantes del arte contemporáneo, que junto al vestíbulo de entrada encontramos una tienda donde comprar catálogos de las exposiciones y diferentes artículos para regalar.



    Bajo el lema "The House of Private Collections" se pretende hacer público y visitable esta impresionante colección privada (con artes plásticas tan dispares como, entre otras, pintura, escultura, cerámica, fotografía o collage) que supera con creces las seiscientas obras de arte.





    Siempre es de agradecer decisiones como ésta, que tratan de aproximar el arte contemporáneo al visitante y sumergir al huésped en una experiencia inmersiva difícil de igualar.




    Sólo resta felicitar iniciativas de este calado que agrandan la vida cultural de Lisboa y recomendar, por razones obvias, un hotel al que puede perfectamente calificarse en Portugal como “único”.



    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 28 de octubre de 2025.








martes, 4 de noviembre de 2025

Descansando en Moura Suites


     Évora, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, tiene tantas opciones (culturales, urbanísticas, arquitectónicas, históricas, museísticas, gastronómicas, etc., etc.) que cualquier viajero necesitará más de un día para hacerse una idea de lo mucho que ofrece. 

     Para los españoles, además, posee el aliciente de estar próxima, apenas noventa kilómetros, de la frontera de Caya/Caia



    Su espectacular Catedral, el templo romano de Diana, la plaza de Giraldo (epicentro de esta ciudad), la “Capela dos Ossos” y la iglesia de San Francisco, la Universidad (del siglo XVI es una de las más antiguas de Portugal), el acueducto, el palacio de Don Manuel, la “Igreja da Graça”, el palacio de los Duques de Cadaval, la iglesia de San Juan Evangelista o el cercano “Cromeleque dos Almendres” (considerado el monumento megalítico más antiguo del continente) son, entre otras, algunas de las visitas que no nos podemos perder.




    Así pues, parece necesario buscar un buen alojamiento donde pasar la noche. A ser posible, tranquilo, cómodo, con buena relación calidad/precio y bien situado. 




  Eso es lo que ofrece Moura Suites (www.mourasuiteshotelevora.com): la elegancia de un hotel, ubicado en un edificio del siglo XVII, perfectamente restaurado y acondicionado, que se ha convertido en un lujoso alojamiento.



    Además, dato a tener en cuenta, nos encontramos en pleno casco histórico, junto a la fuente renacentista del “Largo das Portas de Moura” que le da nombre. 



    Lo cierto es que viendo su privilegiada situación, la historia de estos muros y el magnífico trabajo arquitectónico y decorativo realizado en este coqueto cuatro estrellas, puede calificarse perfectamente como un muy recomendable  “hotel boutique”



    El tamaño (veinticuatro habitaciones), la atmósfera íntima, el singular diseño, la cercanía en el trato, el esmero tomado en su decoración, ubicarse en un edificio histórico, atesorar una identidad propia o prestar una experiencia única al huésped son avales suficientes para denominarlo así. 



    Modernas habitaciones con todo tipo prestaciones (cada una con su personalidad y particular decoración), adaptadas en extensión al trazado arquitectónico original del edificio, conforman un extraordinario hotel, de tamaño humano, ideal para que cualquier turista que se acerque a conocer una de las ciudades más bonitas de Portugal. 




    Una piscina exterior de agua salada, un pequeño gimnasio, sala de lectura, un muy aconsejable restaurante & bar llamado 1556, aparcamiento gratuito o lavandería son otros de los servicios que ofrece.

    Aquí, quiero recalcarlo, las aglomeraciones no existen y las prisas se dejan a un lado. 




    Sin duda, el recuerdo más preciado que nos vamos a llevar es la amabilidad y calidez de su personal, deseoso de ayudar en todo momento para hacer nuestra estancia inolvidable.



    Así pues, nada como alojarnos en Moura Suites para, en pocos minutos de paseo, situarnos ante la mayoría de los monumentos más emblemáticos de Évora.



    Habiendo pernoctado entre estos muros recientemente, no puedo dejar de transcribir una de las opiniones de un huésped que leí en un buscador on line. 

    Sus palabras, claras y precisas, concuerdan perfectamente con lo vivido durante mi estancia: “Nos encantó. Atención al detalle y bonito diseño. Nuestra habitación estaba bellamente decorada. Tenía vistas a la plaza, la cama era cómoda y el desayuno de cien. Ubicación perfecta y cómodo de aparcamiento. Fue una sorpresa encantadora, superó las expectativas”.



    Uno de los detalles que no debemos olvidar, a riesgo de repetirme, es ese trato personal y cercano que, sin duda, se agradece. Mucho de ello es debido al tamaño del hotel, lo que les permite estar atentos, siempre con una sonrisa, a cualquier circunstancia.



     Es de justicia destacar el magnífico esfuerzo decorativo realizado por su directora, y diseñadora de interiores, Carla Belfo dotando a esta casa señorial de una personalidad diferencial. Es, claramente, otro de sus atractivos

    Haciendo un recorrido por sus instalaciones apreciaremos ese certero trabajo en la elección de las lámparas, del mobiliario, de los elementos decorativos o conseguir, por citar otro ejemplo, que muros históricos del vecino Convento do Carmo queden perfectamente integrados entre los pasillos de Moura Suites. 

    Todo ello, dándole el protagonismo que se merecen a los elementos originarios del edificio como escaleras, balcones o marcos de las puertas.  





    Évora (capital de la región del Alentejo), como es sabido, es un gran reclamo turístico de Portugal y posee una extraordinaria oferta hotelera.

    Siempre es de agradecer que este coqueto cuatro estrellas forme parte de ese gran abanico de hoteles en los que fijarnos para nuestra estancia.



    Agradecimiento que se hace mayor si tenemos en cuenta, por un lado, su ubicación (en pleno casco antiguo, con calles y construcciones llenas de historias) y, por otro, el hecho de que proyectos de este calado ayudan a mejorar el patrimonio arquitectónico de la ciudad gracias a la rehabilitación y reforma de un edificio centenario, que como curiosidad, histórica, fue durante muchos años la sede de la oficina de Correos de Évora. 



    La gastronomía en el Alentejo es una de sus grandes e irresistibles bazas. Reconocida más allá de las fronteras portuguesas en un valor cada día más en alza.



    Moura Suites, conocedor de su importancia, apuesta por este mundo culinario a través de su restaurante 1556, donde los protagonistas indiscutibles son los productos de la tierra y las recetas de toda la vida de esta región. En este caso, se añade un toque contemporáneo que actualiza algunas de estas elaboraciones.




    Tradición e innovación en un ambiente muy agradable. Un escenario perfecto y muy cuidado, para finalizar el día con una buena cena antes de irnos a dormir mientras comentamos las bellezas de esta preciosa ciudad que, por cierto, ha sido elegida Capital Europea de la Cultura para el 2027.



    No quiero pasar por alto su desayuno. Tipo buffet, ofrece una variada selección de productos perfectamente presentados y una carta para huevos, tostadas o tortillas que hacen en el acto. 
   Recuerdo, como curiosidad, que durante mi estancia estábamos en tiempos de "Sâo Martinho" (una celebración muy arraigada en Portugal). 




   Para rememorarlo, durante el "pequeno almorço" se servían también castañas asadas, orejones, higos y batata dulce, típicos de esta festividad. Otro atención más hacia el huésped buscando que conozca algunas de las tradiciones de esta tierra.



    ¿Se imaginan llegar de noche a nuestro lugar de descanso y encantarse con esta bonita fachada?  




    
    Recuerden, para finalizar estas líneas, que en Évora tienen una buena dupla: Moura Suites y restaurante 1556.