Budapest está de moda. El incremento de turistas que ha experimentado en los últimos años es muestra clara de ello.
Los reclamos turísticos (históricos,
urbanísticos, culturales, gastronómicos, etc.) son incontables,
convirtiéndose la capital de Hungría en un gran foco de atracción de viajeros
procedentes de diferentes partes del mundo y, a la vez, la mayor
puerta de entrada al país.
Este relevante aumento de
visitantes ha generado la inauguración en los últimos años de numerosos
hoteles, muchos de ellos de altísima calidad.
Entre ellos, descubrimos uno con
personalidad propia, y muy diferente al resto, que impresiona al huésped nada
más entrar, sabedor de encontrase en un alojamiento singular e inédito hasta su
apertura por su originalidad. Un privilegio pernoctar entre esas paredes
que rezuman historia, singularidad, elegancia y distinción.
Su nombre es Párisi
Udvar. Un cinco estrellas, con ciertos aires palaciegos, ubicado en
el centro de la ciudad (parte de Pest) y muy cerca del Danubio.
No cabe duda que estamos en el
alojamiento ideal para ofrecer una experiencia memorable. Un reclamo más
dentro de los muchos que atesora Budapest.
Párisi Udvar se sitúa dentro
de un edifico histórico, que fuera una icónica galería comercial iluminada
con la luz natural que se colaba a través de su impresionante cúpula y techos
de cristal.
Y es que todo nos anuncia que no
es un hotel cualquiera, ofreciendo experiencias que van más allá del simple
hecho de pernoctar en un lujoso cinco estrellas.
Después de una gran remodelación,
y tras sobreponerse a años de abandono, este edificio (construido en 1817 con
una fachada recubierta con miles de piezas de cerámica) ha pasado a ser un
fastuoso hotel, referencia en la ciudad, perteneciente al prestigioso
grupo Hyatt.
No olviden pues este
nombre: Párisi Udvar Hotel Budapest.
Hay mucho de simbolismo en él y
de viaje a tiempos pasados. No debe extrañar, argumentos hay de
sobra, que se le considere uno de los mejores de la capital húngara.
Estamos en un rincón único de
Budapest que merece ser visitado, incluso aunque no se pernocte.
El lobby de entrada, en el
interior de la antigua galería, mantiene los recuerdos decorativos Art
Noveau y góticos que nos sumergen en una época, en ciertos aspectos atemporal,
donde el lujo, la elegancia y la exclusividad eran señas de identidad.
Si la recepción de un hotel es, como espacio donde se da la bienvenida, una carta de presentación, en este caso resulta además toda una declaración de intenciones y un adelanto de las agradables sensaciones que nos esperan.
Un magnífico restaurante (donde
degustar las exquisiteces de la gastronomía húngara), un emblemático café (que
sabe honrar el arte de la repostería) o un bar donde la cultura del champán es
protagonista, son propuestas gastronómicas de primer nivel para todo comensal
que quiera disfrutarlas. Todo ello, inmerso en la elegancia de un escenario tan
mágico que nos retrotrae a tiempos, otrora gloriosos para el edificio,
envolviéndonos en una atmosfera sofisticada y acogedora.
Una especie de añorado viaje a un
glamuroso pasado, no tan lejano, donde el huésped se siente protagonista en un
marco que no renuncia a las comodidades y lujos de la actualidad.
En definitiva, un sueño
que merece ser vivido.
Podría escribir de su magnífico
spa y los diferentes tratamientos que ofrece, del gimnasio, de la amplitud y
modernidad de sus habitaciones (con un relajante y estudiado minimalismo
decorativo), de sus espectaculares suites (dos de ellas, categoría "Presidential"
y dimensiones inimaginables), de la atención personalizada y el mimo con el que
trabajan para hacer nuestra estancia inolvidable, de la posibilidad de
organizar diferentes tipos de eventos y celebraciones gracias a sus versátiles
espacios y salones o de otras vertientes más que lo hacen merecedor de estas
cinco estrellas.
Unas estrellas, dicho sea de
paso, que aquí parecen brillar con mayor intensidad.
Es importante destacar su magnífica
ubicación. A pocos minutos a pie de muchos de los monumentos de esta parte de
Budapest, posee un emplazamiento envidiable.
Lo cierto es que han creado una
atmosfera tan particular, inmersa dentro de esta joya arquitectónica, que se
potencian los felices recuerdos que nos llevaremos a casa. No hay muchos
hoteles, créanme, que lo consigan.
Finalizo estos párrafos
reproduciendo cuatro palabras que resumen la experiencia de una pareja que se
hospedó en Párisi Udvar: "un diamante en Budapest". Difícil
explicarlo mejor.
Con fecha 5 de julio de 2025 se publicó este reportaje en la web del diario español LA RAZÓN.
La excelencia en Budapest se llama Párisi Udvar Hotel
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