¿Qué pueden tener en común
personajes tan dispares como Picasso, Maria Callas, Churchill, Luis Miguel
Dominguín, Jean Cocteau, Christian
Lacroix o Yves Montant, por citar algunos ejemplos significativos?. En
principio, parece que poco. Cada uno dedicó su vida a una faceta muy diferente
(la pintura, los toros, las letras, la música, la política, la moda…).
Sin
embargo, forman parte de ese selecto club de personas conocidas a nivel internacional
que eligieron un alojamiento tan singular para pernoctar.
Estamos en la ciudad de Arles, en
su centro histórico, en la plaza del Forum. Esta urbe, bañada por el Ródano, fue
una de las primeras colonias fundadas por el imperio romano fuera de la
península itálica.
Los restos pétreos de ese insigne legado son perfectamente visibles
por el casco antiguo sobresaliendo, entre todos, su gran anfiteatro. Un
majestuoso escenario que acoge multitud de eventos: teatro, conciertos, representaciones,
recitales, …, incluso corridas de toros.
No quiero dejar pasar por alto
que en 1888 Vincent Van Gogh, que vivió más de un año en esta localidad, pintó
su famoso cuadro “Les Arénes de d´Arles” donde se ve al público asistiendo a un
espectáculo taurino en este monumental coso.
Así pues, nos encontramos en una
ciudad con densa y dilatada historia (declarados muchos de sus monumentos Patrimonio
Mundial de la Humanidad en 1981 por la U.N.E.S.C.O.).
Presume, con razón, de
ofrecer al visitante una variada agenda cultural.
Su poder de atracción para
el viajero es innegable. Aquí se encuentra también, los amantes de la tauromaquia lo saben de sobra, una de las ferias taurinas más importantes y
reconocidas de Francia.
Todos estos datos quizás nos
ayuden a entender qué supone Nord-Pinus en Arles. Fue, es y será una referencia
hotelera en varios aspectos.
El currículo de muchos de sus huéspedes, el aire
vintage que rezuma su mobiliario, la galería de fotos que habla de décadas
pasadas, las explicaciones y anécdotas que pueden contarnos algunos de sus
trabajadores, esa atmósfera a tauromaquia que recorre todas sus plantas (con
una sublime colección de carteles taurinos –algunos con más de un siglo de
antigüedad-), la decoración “Art Déco” o el propio edificio que tiene en su
fachada dos grandes columnas del antiguo foro romano... Nord-Pinus no es sólo un alojamiento para pernoctar.
En este hotel se oyó cantar flamenco,
hablar de toros, opinar sobre pintura, recitar versos, debatir sobre nuevas
tendencias literarias, discutir de política, oír consejos de maestros de la
moda internacional o conversar sobre cine y pintura. Y lo más importante, ¡quiénes eran los protagonistas de esas conversaciones!.
Con esta presentación, ¿cómo no
elegir Nord-Pinus si viajamos hasta Arles?.
Creo que es una recomendación
acertada para quien busque algo más que un lugar donde pasar la noche. Aquí sí
que las paredes parecen hablar. Pero no sólo las paredes. También el
mobiliario, los cuadros, la decoración, las fotografías y el peculiar ambiente que
todo ese conjunto de circunstancias crea.
¡Quién no se dejaría seducir ante
tan irresistibles encantos!. Es, desde luego, toda una experiencia.
Esta antigua mansión trasformada
en hotel con encanto, repleta de antigüedades, atesora todos los argumentos
para ser nuestro campo base si recorremos estas tierras.
Los detalles cuentan, y mucho. Un simple radiador, una vidriera, una galería repleta de fotografías, un traje de luces en un rincón del bar, multitud de recuerdos repartidos por todo el hotel, un espejo, unas escaleras, un cartel, una mesa, unas alfombras o el restaurante evocan un tiempo donde la palabra “glamour” tenía mucho que ver con Nord-Pinus.
No es, desde luego, un hotel cualquiera. Ni creo que desee serlo. Hay cierta magia y se aprecia en su decidida filosofía de vida que apuesta por mimar su inigualable pasado. La historia siempre presente.
De pocas habitaciones, cada una
diferente, con una decoración distinta y con una personalidad definida, nos adentramos
en un icono de Arles y de la Provenza.
François Hébel afirmó, refiriéndose
a este hotel, lo siguiente: “Esto debe llamarse
gusto y confort, simplemente sublime”.
Ante estas palabras, ¡Qué más
puedo escribir!.
Web: www.nord-pinus.com
Indicar, finalmente, que este reportaje se publicó en la web del diario LA RAZÓN el 24 de octubre de 2018.
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