martes, 18 de septiembre de 2012

Kuala Lumpur, una ciudad en crecimiento

           


    Kuala Lumpur, conocida como “KL” por los malayos, es la capital federal de Malasia. Se encuentra situada en el sudoeste de la península de Malaca y su nombre significa encuentro de dos ríos, haciendo alusión al Gombok y al Kelang.




    Puede decirse que a día de hoy, gracias al desarrollo económico que disfruta el país, es una de las ciudades más apasionantes de Asia. Su continuo crecimiento y la voracidad constructora hacen que aquí se levanten algunos de los rascacielos más altos del mundo. 
   No en vano, su más famoso icono y edificio más representativo lo constituyen las famosísimas “torres Petronas” o “Twin Towers”.





    Aunque oficialmente Kuala Lumpur es la capital de Malasia muchos de los organismos oficiales se han trasladado a una ciudad llamada Putrajaya, cuya visita es también muy recomendable. 
  Aquí, en Putrajaya, se pueden ver modernos edificios, como la gran mezquita o las oficinas del primer ministro. En esta urbe se sitúan también las sedes de los ministerios. Una nueva ciudad construida “a lo grande” que, para hacerse el lector una idea, podría afirmar que Putrajaya es a Malasia lo que Brasilia es a Brasil.




    Volviendo a Kuala Lumpur, muchos son los lugares que debemos conocer. Quizás el mejor sitio para empezar sea Merdeka Square o plaza de la Independencia, donde ondea, sobre un inmenso mástil, la bandera de Malasia. Como curiosidad, recordar que el nombre oficial de este Estado federal (que comprende la península de Malaca, en la zona continental, y el norte de la isla de Borneo, a excepción del sultanato de Brunei) es Malaysia.

 

            
    La estampa más célebre, como dije anteriormente,  de  K.L.  son las conocidas torres Petronas (las torres gemelas más altas del mundo).  Las magnitudes de este edificio son abrumadoras. 88 pisos, 452 metros de altura y un pequeño pasillo central que une las dos torres, al que puede acceder el público, situado en el piso 41.
    Un edificio terminado de construir en 1998 que, de ser posible, conviene visitar. Advertir, no obstante, que las visitas son limitadas y el aforo de personas que pueden acceder diariamente hasta este pasillo se acaba pronto (especialmente, porque acuden muchos escolares) por lo que es conveniente hacer una reserva con antelación. 
    A sus pies se encuentra un ultramoderno complejo de negocios (KLCC –Kuala Lumpur City Center-), una mezquita, un parque y los modernos rascacielos que nos rodean.  
   



    El otro gran edificio en altura, que se erige de manera también sobresaliente (421 metros de altura), es la torre de comunicaciones de Kuala Lumpur –KL Tower-. Un rapidísimo ascensor nos llevará hasta un mirador desde que se puede ver prácticamente toda la ciudad.




   Kuala Lumpur permite disfrutar y ver casi de todo. Desde la impresionante Mezquita Jamek al Palacio del Sultán Abdul Samal, desde la antigua estación de ferrocarril al Palacio Real, desde la Mezquita Nacional a alguno de sus Memoriales, desde los Jardines del Lago al Monumento Nacional a los Caídos (Tugu Negara).







    Las diferencias arquitectónicas son tan grandes que podemos estar, en no mucho tiempo, en lugares tan diferentes como pueden ser el barrio Chino (en la calle Petaling) o en el Club Británico del Royal Selangor.
    Una multiculturalidad que aflora también en lo gastronómico. Por esta razón, hay restaurantes de todos los tipos y posibilidades. La comida malaya es especialmente picante. Hay también muchos restaurantes hindúes, chinos y europeos.

 

            
    Una característica de la ciudad es su diversidad. Lo apreciamos en los monumentos, en la comida, en las costumbres de quienes allí viven y en las diferentes religiones que se profesan. En Malaysia el Islam es la religión oficial, pero hay también otros cultos. Veremos, en nuestro recorrido, templos chinos, iglesias cristianas, mezquitas o templos hindúes. Esta diversidad se aprecia más, quizás, en otras ciudades como Malaca.
    Las compras son también un gran atractivo de KL. En lugares como "China Town" encontraremos de todo a precios muy baratos. No debemos perdernos el mercado central (Central Market).
    Conviene no olvidar que en Malasia se conduce por la izquierda por lo que alquilar un coche es incómodo, tanto por la dificultad que ello implica como por el caótico tráfico. 
    Los taxis no son muy caros. Aunque son recomendables y seguros, lo más cómodo es utilizar, al ser rápido y barato, un monocarril que nos llevará a muchos de los lugares más visitados. El problema es que va siempre muy lleno.
    Por cierto, la cantidad de motos en las calles es tremenda.

 


            
    La humedad es muy alta y siempre es bueno llevar ropas cómodas, transpirables y calzado adecuado. El agua siempre debemos beberla embotellada.
    Aunque es también una ciudad que cuenta con varios y buenos museos, como el Museo Nacional o el Museo Islámico, su visita la recomendaría en caso de que nos sobrara tiempo. Es preferible saborear la ciudad y patearla por nuestra cuenta.
    La moneda nacional es el ringgit o RM. No tendremos problemas en cambiar nuestros euros. El cambio actual ronda los 4,50 ringgit por un euro.
    Muy cerca de KL se encuentran las Cuevas de Batu. Hay excursiones opcionales que nos llevan allí. De sobrarnos tiempo su visita es muy aconsejable.
    Kuala Lumpur es una urbe que apasionará al viajero. Ultramoderna y, a la vez, con raíces históricas.  Multicultural y diversa. Una ciudad en constante transformación, que da la sensación de encontrarse, en algunos barrios, en construcción.

 


    Valgan estos párrafos para una aproximación a esta ciudad, repleta de contrastes y contradicciones, que tanto me gusta y que es la puerta de entrada a una país apasionante: Malasia

2 comentarios:

  1. Fantástico ese reportaje, ¿cuándo estuviste? Es un lugar fantástico. Yo estuve hace unos años y nos dieron una cena en el piso, creo recordar, 44. Tengo unos gratos recuerdos de aquel viaje.
    Un beso.

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  2. Gracias. Es un país fantástico. Un saludo.

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