Hace algunos años tuve el honor de participar en la confección del folleto que "Turismo de Holanda" realizó, en castellano, sobre algunas ciudades de este país. Concretamente, escribí sobre tres preciosas localidades: Rotterdam, La Haya y Delft.
Es curioso apreciar que, a pesar de su proximidad, sin embargo, son tan diferentes. Os pongo, seguidamente, el reportaje de Rotterdam, una de las urbes que, no exagero, más me han asombrado de cuantas conozco del mundo.
Visitarla es descubrir una ciudad que, como el Ave Fénix, ha sabido renacer de sus cenizas para postularse como una de las más modernas y cosmopolitas capitales de Europa. Devastada por los tremendos bombardeos que hubo de soportar durante la segunda guerra mundial, ha sabido salir adelante creando una nueva Rotterdam. De la antigua ciudad apenas quedan edificios, como el Ayuntamiento o Correos, entre otros.
Por derecho propio, se ha convertido en una referencia en el mundo de la arquitectura. Muchos de los más sobresalientes arquitectos e ingenieros han diseñado y proyectado algunas de sus múltiples construcciones. No en vano, aquí se encuentra en Instituto de arquitectura de los Países Bajos.
No hay mejor reflejo de este aire innovador que sus célebres “casas cúbicas”, en las que el arquitecto Pier Blom creó un nuevo esquema de hogar. Por cierto, una de estas casas es un museo que se puede visitar.
Desde luego, no debemos pasar por alto que nos encontramos en el mayor puerto de mar de Europa y, actualmente, el segundo del planeta (www.portofrotterdam.com). Kilómetros de muelles y amarres permiten recibir productos y mercancías de todos los lugares.
El famoso Europoort (“Puerta de Europa”) da trabajo y prosperidad a muchos de sus habitantes. Si es posible, es muy recomendable hacer una pequeño crucero, de aproximadamente una hora, por este inmenso puerto (www.spido.nl).
Pero si deseamos tener una panorámica única del puerto nada mejor que subir al famoso Euromast (www.euromast.nl), una moderna torre de comunicaciones (supera los 180 metros de altura) que brinda increíbles vistas de la ciudad y permite comer a bastantes metros de altitud en un extraordinario restaurante.
Resulta también particularmente curioso y atrayente hacer un recorrido por los puentes que comunican las diferentes orillas. Es el caso de Erasmusbrug, Willemsbrug y De Hef. Éstos son una muestra clara de los avances tecnológicos en la ingeniería a lo largo de los años.
Quien conozca Rotterdam se asombrará al saber de la calidad y cantidad de museos existentes. Entre ellos, podemos destacar el Museo Boijmans van Beuningen (con una extraordinaria pinacoteca, entre las que se hallan obras de Salvador Dalí), el Museo del Puerto, la Casa Sonneveld , el Kunsthal (con una enorme variedad de exposiciones), etc., etc.
Podemos pasear por la céntrica Lijnbaan, por la avenida Coolsingel y por sus concurridas calles adyacentes (muy cerca veremos la iglesia de San Lorenzo –St. Laurenskerk-). Por esta animada zona, siempre transitada, se encuentra el edificio de la Bolsa de Comercio y el World Trade Center. Es también muy recomendable dar una vuelta por lugares como Oude Haven, próximo al antiguo puerto, en cuyos viejos muelles hay terrazas, bares y un ambiente francamente agradable
No debe olvidarse una visita al Diergaarde Blijdorp, un precioso zoo que cuenta, entre sus atracciones, con uno de los mejores “oceanarium” del mundo. Aquí el visitante experimentará la curiosa sensación de pasear por un túnel transparente en medio del agua mientras los tiburones nadan tranquilamente.
Rotterdam ofrece una enorme diversidad de posibilidades de ocio para el viajero. Si lo que desea es diversión y un atractivo ambiente, multitud de restaurantes, bares, pubs y discotecas le esperan.
No hay, pues, vacilaciones en definir a esta urbe como glamurosa, de contrastes, alternativa, cosmopolita y de aires modernos. Todos estos calificativos son parte de la actual Rotterdam.
Ese original contraste permite divisar extraordinarios rascacielos que parecen mirar al cielo junto a grandes parques, perfectamente cuidados, que son oasis y remansos de paz para sus habitantes. Un tranquilo paseo por Het Park, junto al puerto, con la omnipresente silueta del Euromast permite realizar unas preciosas fotografías.
La ciudad cuenta con una amplia agenda cultural. En el año 2008, por ejemplo, el festival internacional de cine, el festival de jazz, prestigiosos torneos deportivos como el World Tennis Tournament y su maratón, espectáculos de danza y de baile al aire libre, el “Bavaria City Racing” (www.rotterdamracing.nl), conciertos de música, etc.
Se puede decir que viajar a Rotterdam es realizar un recorrido por las tendencias arquitectónicas de la última mitad del siglo XX y principios del XXI. Esta circunstancia ha sido un polo de atracción para artistas, arquitectos y especialistas del mundo del urbanismo. Veremos construcciones modernas, innovadoras, rompedoras o continuistas. Hay de todo y para todos los gustos. Resulta particularmente complicado seleccionar algunos, pero no cabe duda que el edificio Montevideo (fácilmente localizable, junto al Hotel Nueva York, por la gran “M” que hay en lo alto), el rascacielos de la multinacional National Nederlanden (forrado de espejos, junto a la estación central, parece cambiar de color según el día) o la Biblioteca Central son ejemplos emblemáticos.
La prestigiosa universidad Erasmus tiene su sede en la ciudad. Esto le confiere un lógico ambiente universitario, con pubs, restaurantes y multitud de centros preparados para la diversión.
Quizás no exista mejor forma de definir a Rotterdam que considerarla como “la ciudad de la arquitectura”. Una urbe orgullosa de haberse hecho a sí misma, tremendamente cosmopolita y que presume de salir adelante a pesar de haber sufrido duras adversidades en su historia.
En la web www.rotterdam.info encontraremos toda la información necesaria sobre esta ciudad.
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