viernes, 19 de febrero de 2021

Meert, los gofres preferidos del general De Gaulle



     
“Nunca te acostarás sin saber una cosa más” o “cada día se aprende algo nuevo” son frases y refranes de nuestro idioma con las que queremos referirnos a ese aprendizaje que todos los días experimentamos, por pequeño que sea

    Siempre hay algo nuevo, algo distinto, que atrae nuestra curiosidad y, por tanto, nos abre nuevos caminos. Cualquier detalle, cualquier insignificancia o una simple anécdota pueden conseguir en nosotros una cierta necesidad de saber más. Algo, lógicamente, también aplicable al ámbito viajero y gastronómico.




    Me viene a la memoria esto porque en mi último viaje por tierras galas me acerqué a la localidad de Lille, la gran urbe del norte de Francia (muy cercana a la frontera belga). Es una de las mayores áreas metropolitanas del país vecino, situada estratégicamente entre París, Londres y Bruselas. 

    Lille, a veces, pasa injustamente desapercibida para los viajeros que se acercan a Francia. Más atraídos y deslumbrados por otras urbes de mayor renombre. Sin embargo, hay mucha injusticia en ello. Su preciosa plaza central (Grand Place) es el corazón de esta capital. Se puede decir que el palpitar, el pulso y la vida de Lille pasa por este gran espacio urbano. 






   El recorrido, pausado y sin prisdas, por el casco antiguo es una verdadera delicia. Ahora bien, la ciudad mira arquitectónicamente hacia el futuro. 

   Numerosas edificaciones modernas (centro de convenciones, estación de trenes, complejos comerciales, hoteles, edificios residenciales....), de diseño, con de aires vanguardistas, han crecido como setas brindándole a esta capital francesa una nueva cara. Arquitectos de renombre internacional, como el holandés Rem Koolhaas, entre otros, han sido partícipes de este cambio




    Pues bien, estaba paseando por la ciudad, callejeando por su centro histórico, deambulando entre magníficas plazas y calles empedradas, cuando paso delante de una preciosa pastelería. De las de antaño. Ya me entienden.




    Su nombre: Méert (www.meert.fr). La verdad es que la pinta de todos sus pasteles y dulces era extraordinaria. No sabía por cuál decidirme. Me dijeron que la gran especialidad de este lugar son sus famosos gofres, reconocidos universalmente.




    A pesar de reconocerse, quien les escribe, como una persona bastante golosa, confieso no ser un gran forofo de este tipo de postre, pero, ya que me lo aconsejan, acepté la recomendación. Mi sorpresa fue mayúscula cuando descubro que la forma es totalmente distinta. Son más pequeños, estirados, muy planos. En definitiva, con un aspecto delicado. Nadie diría inicialmente, a primera vista, que nos encontramos ante un gofre.

    Puedo afirmar con rotundidad que, tras probarlos, cambió por completo el concepto que tenía de ellos. De una textura fina, delicada y muy suave, hechos con mantequilla y vainilla de Madagascar, resultan un bocado fantástico

    Son sencillamente irresistibles. Imposible tomarse uno sólo.




    La curiosidad viene cuando me explican que era el postre preferido del general De Gaulle. No me extraña. Su método artesanal de elaboración, esa cuidada combinación de ingredientes y el tiempo exacto para que estén crujientes hacen que sea imposible esquivar esta dulce tentación.

    De Gaulle nació en esta ciudad y uno no deja de imaginarse al pequeño Charles” frente al cristal de esta pastelería con su nariz apoyada en el espejo como haría cualquier niño de entonces.

    Con el tiempo se han ido elaborando con otro tipo de rellenos. Ahora, además de la tradicional  vainilla de Madagascar, los hay de pistachos, frambuesa, chocolate, merengue de limón, naranja amarga,  etc. Incluso las puedes comprar en tamaños más pequeños.

    Lo cierto es que estos gofres, además de ser una “bocatto di cardinale” se han hecho famosos también por ser el bocado dulce predilecto del general.  

   Méert y su gofres son otro reclamo turístico, en este caso gastronómico, de Lille. Como escribí al principio del reportaje, nunca nos acostaremos sin saber una cosa más.

    Ya que estamos hablando de uno de los personajes más importantes de la historia de la Francia moderna y de sus gustos, no quiero dejar de recomendaros una ciudad cercana, costera, también muy relacionada De Gaulle. Me refiero a Calais. Os dejo dos instantáneas, tomadas aquí, con monumentos en recuerdo al general y su esposa. Como curiosidad, fue en esta localidad donde contrajeron matrimonio.




    Por último, recordar que este reportaje se publicó en la web de la revista gastronómica "Con Mucha Gula", el 25 de diciembre de 2015. Os dejo el link: 

https://www.conmuchagula.com/gofres-de-meert-los-preferidos-del-general-de-gaulle/




   




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