domingo, 23 de marzo de 2025

Conociendo el cementerio de San Juan de Núremberg


    Núremberg, una de las ciudades más hermosas de Alemania, tiene infinidad de reclamos y argumentos que justifican un viaje.



    Su impresionante castillo imperial (sede de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico), las murallas medievales que -llegando a tener una longitud de cinco kilómetros- custodiaban su casco antiguo, la casa/museo del gran pintor renacentista Alberto Durero, la Plaza del Mercado (corazón de la ciudad), los numerosos puentes que cruzan el río Pegnitz (parte esencial de su paisaje urbano), el Museo Nacional Germánico, su famoso mercado navideño, sus majestuosas iglesias, etc., etc. son suficientes motivos para acercarnos a esta importante ciudad bávara.



     Su denso y rico pasado ha dejado, sin duda, un gran legado histórico, urbanístico y arquitectónico (mucho de él reconstruido tras los bombardeos sufridos durante la segunda Guerra Mundial).



    Hay pues muchas razones para acercarnos a Nuremberg. Sin duda, vale la pena dedicarle tiempo, descubrirla y explorarla.



    Sin embargo, hoy quiero recomendar la visita a un conocido cementerio, en ocasiones fuera de las rutas más turísticas, que no debe pasarse por alto.



    Me refiero al cementerio de San Juan (Johannisfriedhof), uno de los más famosos del país y de Europa. Bueno es recordar que, en el 2013, fue considerado el más bonito de Alemania.



    Muchas son las personalidades (como el pintor renacentista Alberto Durero –nacido en Nuremberg y, seguramente, el más famoso de sus vecinos a lo largo de la historia-, el poeta Hans Sachs y el reconocido escultor Veit Stoss, entre otros) que están enterradas en este camposanto situado, en la actualidad, dentro de la ciudad y rodeado de avenidas y edificios.

    Sin embargo, en su momento, este emplazamiento estaba fuera del casco histórico medieval, delimitado por sus impresionantes murallas.

    La razón de esta ubicación se debe a que en el siglo XVI se prohibieron los enterramientos dentro de la ciudad vieja. Las condiciones higiénicas en aquellos tiempos de los cementerios intramuros eran pésimas, causando epidemias y enfermedades.

    Por esta razón, en 1518, el emperador Maximiliano I ordenó que en tiempos de peste los cadáveres deberían ser enterrados fuera de la ciudad. Las autoridades de Núremberg, siguiendo esas indicaciones, buscaron el emplazamiento actual.



    Otra curiosidad a reseñar es que, debido a la gran cantidad de rosas que florecen dentro de él, suelen llamarlo ”el cementerio de las rosas”.

    Una de sus características distintivas son los numerosos epitafios de bronce (sobre tumbas de piedra arenisca) que vamos a encontrar.






    Con un gran valor artístico e histórico, en cierta forma cuentan la historia de las personas que allí descansan (profesión, poder económico, fama, gustos,…..).





    En el centro del cementerio se encuentra la iglesia de San Juan (de llamativo color rojo, sobrevivió prácticamente intacta a los bombardeos de la segunda guerra mundial) y en un extremo oriental descubrimos la capilla Holzschuher, un edificio de formas redondas atribuido al arquitecto Hans Beheim el Viejo.




    Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo se consideraba, por razones de status social, que las clases aristocráticas y acomodadas debías ser enterradas dentro de las iglesias.



    Es de todos sabido que existe un turismo (“necrotuismo”) enfocado a la visita de cementerios, camposantos, necrópolis, criptas, lápidas o panteones de todo el mundo.



    En este sentido, son mundialmente famosos, por citar algunos, el de La Recoleta (en Buenos Aires), el Père-Lachaise (en Paris, es uno de los más famosos), el Highgate (en Londres, es una joya de la arquitectura victoriana), el de Arlington (de carácter militar), el de Colón (en La Habana) o el de Okunoin (en Wakayama).




    En el caso de Núremberg, visitar este cementerio de San Juan (Johannisfriedhof) es otra forma de conocer esta ciudad; otra vertiente que, de tener tiempo, hay que explorar ya que indirectamente nos cuenta mucho sobre el pasado y sobre personajes relevantes en la historia de esta preciosa capital alemana.



    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 21 de marzo de 2025.

Conociendo, en Núremberg, el cementerio de San Juan








sábado, 15 de marzo de 2025

Un hotel que destila “pasión por Comporta”

    Comporta está de moda. No sólo en Portugal, sino más allá de las fronteras de este país. Un destino chic, donde muchos viajeros en los últimos años han puesto sus ojos para pasar unos días de vacaciones.



    Calma, una vida tranquila y la belleza natural que les rodea, son argumentos suficientes para que numerosas personalidades, de fama internacional y de los más diversos ámbitos –cantantes, políticos, empresarios, etc.-, se encapricharan por estas coordenadas del mapa para elegirlo como lugar de descanso alejado, entre otras razones, de masificaciones y agobios turísticos.



    El entorno, no cabe duda, es inmejorable. Playas kilométricas, tupidos pinares, dunas, casas pintadas de blanco y azul y un espacio natural protegido, por ahora lejos de aglomeraciones, situado entre el inabarcable océano Atlántico y el río Sado (uno de los más importantes que recorre sólo territorio portugués).

    Una serena exclusividad cuya fama va en aumento; un remanso de paz ideal para aparcar por unos días de las preocupaciones cotidianas. Un paraíso donde la naturaleza que nos rodea es el mejor de los reclamos.

    Estamos, conviene recordarlo, en el norte del litoral alentejano.



    Tan espectacular oasis turístico ha permitido la aparición de nuevos alojamientos



 Entre ellos, quiero especialmente destacar Alma Lusa Comporta (www.almalusahotels.com/comporta), uno de los tres hoteles que el grupo hotelero tiene en el país vecino y una de las referencias en estas latitudes costeras.



    Lo primero que aprecia el huésped tras conocerlo es la gran luminosidad existente en todas sus estancias. La luz, protagonista de esta construcción, como claro guiño a la multitud de días soleados que disfrutan anualmente los lugareños.



    Un alojamiento, con poco tiempo de vida, ideado para descansar y admirar la belleza de un entorno mágico, en el corazón del pueblo de Comporta, a solo quince minutos a pie de la playa.



    Cincuenta y dos habitaciones, entre las que se incluyen treinta y una suites, donde la decoración -utilizando materiales de la región y temática de la zona- permite crear espacios en el que también conocer el trabajo de diseñadores y artistas locales.



    Una bonita piscina exterior, interminables playas de arena fina que parecen sucederse sin fin (una de las más largas de Europa), recibir clases de yoga teniendo como telón de fondo el verdor de los vecinos campos de arroz, aprovechar un espectacular área de bienestar al aire libre, ofertas especiales para nómadas digitales, acuerdos con “parceiros” para practicar surf y golf o conocer la fauna del rio Sado (en cuya desembocadura podemos avistar delfines) son algunas de las propuestas de Alma Lusa Comporta.





    Lujo y un diseño distintivo, rebosante de encanto, al que sumar una oferta gastronómica adaptada al entorno donde se sitúa. Desde la preparación de un menú -tipo picnic- para los que quieran recorrer los alrededores, a la posibilidad de disfrutar de una copa en la tranquilidad del acogedor Library Bar. Desde un reconstituyente y variado desayuno en la sala Duna, a una ligera “refeição” preparada para disfrutar en la terraza de la piscina. Desde una cena en el idílico Roof Top Bar, a un café con unos pasteles en Alma Lusa Café.





    En definitiva, un tentador repertorio de opciones culinarias. A cuál mejor. Todo ello con un denominador común: la hegemonía del ingrediente cercano y de temporada.



    Diseñado para el bien físico y emocional del huésped, y tratando de causar el menor impacto en el medio ambiente (ejemplo, en muchos aspectos, de sostenibilidad), armoniza sus lujosas estancias con la riqueza natural de una de las zonas más bonitas de Portugal.




    Un hotel que enfatiza el respeto ambiental sin escatimar comodidades. Una exclusividad respetuosa y acorde con el estilo de vida relajado de los vecinos de Comporta.



    La conclusión es clara: estas paredes destilan “pasión por Comporta”.











miércoles, 12 de marzo de 2025

Descansar en un convento del siglo XVI en Fundão


    Un antiguo convento de franciscanos del siglo XVI es ahora uno de los alojamientos con encanto más emblemáticos del municipio portugués de Fundão (distrito de Castelo Branco), en Beira Baixa.



    Emplazado en un lugar idílico, en las laderas de la sierra de Gardunha, y con la icónica sierra de la Estrella (donde se encuentran las mayores alturas del Portugal continental) al frente como telón de fondo, es fácil entender por qué se eligió esta ubicación tan privilegiada para una retirada vida monacal.



    Un lugar aislado de ruidos y bullicio, rodeado de vegetación, perfecto, en su momento, para la oración.

    Tras una impecable labor de restauración de este edificio (que llegó a estar en estado ruinoso por el abandono, transcurso del tiempo, olvido y desinterés) estos centenarios muros volvieron a tener vida transformándose en un lujoso hotel boutique donde aún permanece la historia y la impronta de lo que fue y de cuantos allí vivieron. 



    Son, por ejemplo, perfectamente identificables la antigua iglesia y el claustro.




   Nos encontramos ante un muy recomendable cinco estrellas, llamado Convento do Seixo Boutique Hotel & Spa (www.conventodoseixo.com), cuya fama sobrepasa las fronteras de la región. Destino de viajeros y turistas que vienen atraídos por la historia, el confort y las lujosas prestaciones que ofrece tan singular alojamiento.




    Esta parte de Portugal es tierra de cerezos y de ondulados paisajes donde los valles se suceden entre sierras y montañas. Un territorio natural ahora protegido, digno también de conocer, perfecto para construir este convento de granito.

    Lo que durante siglos era un espacio de paz, rezos y plegarias al cielo, a día de hoy ofrece tranquilidad y calma al huésped en un entorno sin igual donde el tiempo parece pasar lentamente.




    Un confortable hotel boutique, con los más altos estándares de calidad, que cuenta (además de veinte habitaciones y cuatro villas) con un magnífico spa (con piscina climatizada, sauna y posibilidad de recibir diferentes tipos de tratamientos corporales), una piscina exterior, bar y un extraordinario restaurante llamado “O Pecado” (curioso nombre estando en un antiguo convento), donde una gastronomía de autor, basada en los productos locales -perfectamente elaborada, presentada y servida- hará las delicias del comensal.





    Esta notable recuperación del “Convento de Santo António”, conocido como “do Seixo”, lo posiciona como una referencia entre los hoteles de alto nivel de la región.



    Un espacio donde el huésped es protagonista y un servicio profesional y personalizado (gracias a su pequeño tamaño) son señas inequívocas de identidad del hotel.



    Las sensaciones son, desde el principio y nada más aparcar el coche, inolvidables. Apreciar, antes de entrar, la belleza de la fachada del hotel ya predispone al huésped imaginando lo imperecederos que serán los recuerdos de su paso por Convento do Seixo.



    Emoción que se agranda cuando, al acceder a su interior, no podemos más que admirar el escenario arquitectónico de lo que fue la imponente iglesia del convento.




    Una refrescante bebida de bienvenida, y la amabilidad de personal que nos atiende, son presagios de lo que nos espera.



    Amplias y cómodas habitaciones (algunas, antiguas celdas de los monjes), dotadas con todo tipo de prestaciones, permiten un descanso donde el silencio se convierte en compañía, apenas perturbado por el trinar de los pájaros al amanecer.





    Fundão a nuestros pies, con la idílica estampa, al ponerse el sol, de las luces de la ciudad que nos ofrecen otra imagen, también preciosa, de la capital del cerezo en Portugal al anochecer.



    No quiero olvidar un detalle importante. Además del spa del hotel, ser huésped de Convento do Seixo nos permite disfrutar del espectacular “Golden Rock Alambique Water Spa”.



    Así es, a menos de diez minutos en coche, conoceremos la experiencia que ofrece el mayor spa, en estos momentos, de Portugal.



    
Dos mil quinientos metros cuadrados (con jacuzzis, cascadas de agua, grutas sensoriales, saunas, baños turcos, camas calientes, espacios de reposo, etc.), divididos en tres pisos, conforman el área de este spa digno de ser visitado y al que podemos acceder gratuitamente siendo huéspedes de Convento do Seixo.



    
    Finalizo este post indicando que estos párrafos se publicaron en la web del periódico español LA RAZÓN el 11 de marzo de 2025.