martes, 4 de noviembre de 2025

Descansando en Moura Suites


     Évora, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, tiene tantas opciones (culturales, urbanísticas, arquitectónicas, históricas, museísticas, gastronómicas, etc., etc.) que cualquier viajero necesitará más de un día para hacerse una idea de lo mucho que ofrece. 

     Para los españoles, además, posee el aliciente de estar próxima, apenas noventa kilómetros, de la frontera de Caya/Caia



    Su espectacular Catedral, el templo romano de Diana, la plaza de Giraldo (epicentro de esta ciudad), la “Capela dos Ossos” y la iglesia de San Francisco, la Universidad (del siglo XVI es una de las más antiguas de Portugal), el acueducto, el palacio de Don Manuel, la “Igreja da Graça”, el palacio de los Duques de Cadaval, la iglesia de San Juan Evangelista o el cercano “Cromeleque dos Almendres” (considerado el monumento megalítico más antiguo del continente) son, entre otras, algunas de las visitas que no nos podemos perder.




    Así pues, parece necesario buscar un buen alojamiento donde pasar la noche. A ser posible, tranquilo, cómodo, con buena relación calidad/precio y bien situado. 




  Eso es lo que ofrece Moura Suites (www.mourasuiteshotelevora.com): la elegancia de un hotel, ubicado en un edificio del siglo XVII, perfectamente restaurado y acondicionado, que se ha convertido en un lujoso alojamiento.



    Además, dato a tener en cuenta, nos encontramos en pleno casco histórico, junto a la fuente renacentista del “Largo das Portas de Moura” que le da nombre. 



    Lo cierto es que viendo su privilegiada situación, la historia de estos muros y el magnífico trabajo arquitectónico y decorativo realizado en este coqueto cuatro estrellas, puede calificarse perfectamente como un muy recomendable  “hotel boutique”



    El tamaño (veinticuatro habitaciones), la atmósfera íntima, el singular diseño, la cercanía en el trato, el esmero tomado en su decoración, ubicarse en un edificio histórico, atesorar una identidad propia o prestar una experiencia única al huésped son avales suficientes para denominarlo así. 



    Modernas habitaciones con todo tipo prestaciones (cada una con su personalidad y particular decoración), adaptadas en extensión al trazado arquitectónico original del edificio, conforman un extraordinario hotel, de tamaño humano, ideal para que cualquier turista que se acerque a conocer una de las ciudades más bonitas de Portugal. 




    Una piscina exterior de agua salada, un pequeño gimnasio, sala de lectura, un muy aconsejable restaurante & bar llamado 1556, aparcamiento gratuito o lavandería son otros de los servicios que ofrece.

    Aquí, quiero recalcarlo, las aglomeraciones no existen y las prisas se dejan a un lado. 




    Sin duda, el recuerdo más preciado que nos vamos a llevar es la amabilidad y calidez de su personal, deseoso de ayudar en todo momento para hacer nuestra estancia inolvidable.



    Así pues, nada como alojarnos en Moura Suites para, en pocos minutos de paseo, situarnos ante la mayoría de los monumentos más emblemáticos de Évora.



    Habiendo pernoctado entre estos muros recientemente, no puedo dejar de transcribir una de las opiniones de un huésped que leí en un buscador on line. 

    Sus palabras, claras y precisas, concuerdan perfectamente con lo vivido durante mi estancia: “Nos encantó. Atención al detalle y bonito diseño. Nuestra habitación estaba bellamente decorada. Tenía vistas a la plaza, la cama era cómoda y el desayuno de cien. Ubicación perfecta y cómodo de aparcamiento. Fue una sorpresa encantadora, superó las expectativas”.



    Uno de los detalles que no debemos olvidar, a riesgo de repetirme, es ese trato personal y cercano que, sin duda, se agradece. Mucho de ello es debido al tamaño del hotel, lo que les permite estar atentos, siempre con una sonrisa, a cualquier circunstancia.



     Es de justicia destacar el magnífico esfuerzo decorativo realizado por su directora, y diseñadora de interiores, Carla Belfo dotando a esta casa señorial de una personalidad diferencial. Es, claramente, otro de sus atractivos

    Haciendo un recorrido por sus instalaciones apreciaremos ese certero trabajo en la elección de las lámparas, del mobiliario, de los elementos decorativos o conseguir, por citar otro ejemplo, que muros históricos del vecino Convento do Carmo queden perfectamente integrados entre los pasillos de Moura Suites. 

    Todo ello, dándole el protagonismo que se merecen a los elementos originarios del edificio como escaleras, balcones o marcos de las puertas.  





    Évora (capital de la región del Alentejo), como es sabido, es un gran reclamo turístico de Portugal y posee una extraordinaria oferta hotelera.

    Siempre es de agradecer que este coqueto cuatro estrellas forme parte de ese gran abanico de hoteles en los que fijarnos para nuestra estancia.



    Agradecimiento que se hace mayor si tenemos en cuenta, por un lado, su ubicación (en pleno casco antiguo, con calles y construcciones llenas de historias) y, por otro, el hecho de que proyectos de este calado ayudan a mejorar el patrimonio arquitectónico de la ciudad gracias a la rehabilitación y reforma de un edificio centenario, que como curiosidad, histórica, fue durante muchos años la sede de la oficina de Correos de Évora. 



    La gastronomía en el Alentejo es una de sus grandes e irresistibles bazas. Reconocida más allá de las fronteras portuguesas en un valor cada día más en alza.



    Moura Suites, conocedor de su importancia, apuesta por este mundo culinario a través de su restaurante 1556, donde los protagonistas indiscutibles son los productos de la tierra y las recetas de toda la vida de esta región. En este caso, se añade un toque contemporáneo que actualiza algunas de estas elaboraciones.




    Tradición e innovación en un ambiente muy agradable. Un escenario perfecto y muy cuidado, para finalizar el día con una buena cena antes de irnos a dormir mientras comentamos las bellezas de esta preciosa ciudad que, por cierto, ha sido elegida Capital Europea de la Cultura para el 2027.



    No quiero pasar por alto su desayuno. Tipo buffet, ofrece una variada selección de productos perfectamente presentados y una carta para huevos, tostadas o tortillas que hacen en el acto. 
   Recuerdo, como curiosidad, que durante mi estancia estábamos en tiempos de "Sâo Martinho" (una celebración muy arraigada en Portugal). 




   Para rememorarlo, durante el "pequeno almorço" se servían también castañas asadas, orejones, higos y batata dulce, típicos de esta festividad. Otro atención más hacia el huésped buscando que conozca algunas de las tradiciones de esta tierra.



    ¿Se imaginan llegar de noche a nuestro lugar de descanso y encantarse con esta bonita fachada?  




    
    Recuerden, para finalizar estas líneas, que en Évora tienen una buena dupla: Moura Suites y restaurante 1556. 





jueves, 30 de octubre de 2025

Tumbagón, el dulce mexicano de la fidelidad

Cortesía Turismo de Guanajuato

    A veces, las formas y las presentaciones en gastronomía son ciertamente importantes porque delatan las historias (reales o ficticias) que hay detrás de una elaboración.

    Eso es lo que ocurre con el tumbagón, el más famoso de los dulces de la ciudad de San Miguel de Allende, una preciosa localidad del estado mexicano de Guanajuato.

    El nombre de este postre proviene de un anillo (“tumbaga”) que solía entregarse a los monjes al ordenarse como símbolo de fidelidad a su fe y a sus votos.


Cortesía Turismo de Guanajuato

    Debido a la aleación que lo conformaba, era tremendamente frágil y quebradizo. Motivo por el cual había que tener mucho cuidado en que no se rompiera.

    De origen francés, esta receta (traída por unos frailes que se instalaron en la ciudad) se elabora a base de harina, azúcar glass, agua, naranja agria, anís y canela.

    Éstos son sus principales ingredientes, aunque, como suele ocurrir en cualquier receta, siempre hay quien le pone su pequeño toque personal y secreto para diferenciarlo de los otros.

    En todo caso, con el paso de los años han ido apareciendo nuevas “actualizaciones” hasta encontrarlos en las vitrinas y mostradores de las pastelerías con sabores a fresa, nuez, chocolate, cajeta (muy parecido al dulce de leche), coco o vainilla.

    Si se pide en restaurantes y cafeterías de la ciudad (para acompañar un café o como postre) se pueden ver presentados en el plato con una bola de helado o una base de crema.

    Con textura de oblea crujiente y forma cilíndrica de anillo, no solo hay que probarlos, sino que es uno de esos regalos, para familia y amigos, con los que siempre se acierta. Suele ser también un bonito detalle para regalar en bodas y todo tipo de eventos.

    La bonita leyenda que gira en torno a esta golosa tentación tiene mucho que ver con la manera de comerlo.


Cortesía Turismo de Guanajuato

    Debe introducirse en su interior el dedo menique y morderlo por la mitad. Éste es el momento decisivo porque, si en ese instante, se rompe significa que la persona es infiel. Todo un atrevimiento comerlo delante de la pareja. Un gracioso juego “delatador de infidelidades”.

  Este clásico de la repostería sanmiguelense puede encontrarse en la mayoría de sus dulcerías y pastelerías.

    Les podría hablar de esta bellísima ciudad, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en el 2008, desde diferentes vertientes.




    Entre otras, de su importancia histórica durante el virreinato de la Nueva España y su privilegiada ubicación (defendiendo el antiguo Camino Real que formaba parte de la Ruta de la Plata que lo conectaba con Zacatecas), de su arquitectura, de sus iglesias (en la que destaca especialmente la parroquia de San Miguel Arcángel) y conventos, de la figura de uno de los más importantes personajes de la historia de México como Ignacio Allende, de su animada vida cultural y de la cantidad de galerías de arte que tiene, de su ambiente cosmopolita o del gran número de extranjeros que la eligieron como residencia permanente por su buena calidad de vida.





    Una ciudad con tantas vertientes y posibilidades que no pueden aglutinarse en pocas palabras.



    Por tal razón, hoy quiero céntrame es la faceta culinaria poniendo especial atención en este dulce porque, si viajar es descubrir, también se descubre con el paladar.

    En definitiva, un aliciente más, de los muchos que hay, para conocer San Miguel de Allende.



    Finalizo indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 21 de octubre de 2025.

Tumbagón, el dulce mexicano de la fidelidad



Datos útiles.

¿Dónde dormir? Un precioso hotel boutique muy recomendable, con una buena relación calidad/precio, es Casa Primavera  (Hotel Casa Primavera - Hotel En San Miguel de Allende).




¿Dónde comer? La oferta gastronómica y de restaurantes en San Miguel de Allende es amplia y variada. Aconsejaría, entré otros, los siguientes:  restaurante Los Milagros, restaurante La Doña, restaurante Florios y restaurante Hanks. 



Guía Local. Si el viajero desea conocer con más profundidad datos, circunstancias y anécdotas históricas de esta preciosa ciudad virreinal es muy conveniente ir acompañado de un guía local. Sin duda, la mejor forma de saber más de una de las localidades más bonitas de México.