lunes, 21 de marzo de 2011

“Talavera Poblana”, una cerámica única en el mundo




   Una de las cosas agradables, entre otras muchas, que tienen los viajes es la capacidad de asombrarse ante las experiencias nuevas que se nos presentan. Ese ejercicio de admiración y sorpresa es, quizás, otro de los grandes alicientes de cualquier escapada que realicemos.
   Si el lector decide, en alguna ocasión, visitar la preciosa ciudad mexicana de Puebla, bastante cercana a México D.F., descubrirá una urbe única en el mundo. No en vano, fue declarada por la U.N.E.S.C.O. Patrimonio Mundial de la Humanidad.






    De ella podríamos escribir, sin parar, sobre multitud de rincones realmente bonitos. Entre otros, su impresionante catedral (una de las mayores de América), sus dulces, la inigualable capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo, la biblioteca Palafoxiana, la iglesia de la compañía de Jesús, el Zócalo (centro neurálgico de la ciudad), los fuertes de Loreto y Guadalupe, “El Parían” (un precioso mercado digno de ser visitado), el palacio municipal, etc., etc. 
  Si a todo ello le unimos una sucesión de calles, de historia, de gastronomía sin igual (como el celebérrimo mole poblano) y de gente hospitalaria, hemos encontrado un buen destino para viajar en nuestras próximas vacaciones.
  Sin embargo, debo reconocer que hay algo que me sorprendió gratamente: la conocida como “Talavera poblana”.


    Efectivamente, a lo largo de sus calles se ven diseminadas multitud de tiendas donde se vende una preciosa cerámica vidriada multicolor que se ha hecho ya universal.
   Dos cosas nos llamarán de inmediato la atención: El nombre de “Talavera” (que recuerda a Talavera de la Reina) y la perfección de los trazos, los colores, los diseños y el trabajo realizado. Pues bien, la “Talavera poblana” es consecuencia de una especial simbiosis entre las raíces de esta tierra y lo hispano.
    Las comunidades indígenas autóctonas conocían esta artesanía del barro de manera muy rudimentaria. Fueron posteriormente los españoles, al parecer personas procedentes de la toledana ciudad de Talavera, quienes les enseñaron nuevas técnicas de trabajar el barro, la cocción y los colores. Dicen que, allá por el  XVI, religiosos dominicos españoles pidieron a unos artesanos de la cerámica y el barro de Talavera de la Reina que viajaran a esta ciudad con el fin de enseñarles este arte que, posteriormente, permitiría decorar magistralmente los nuevos edificios religiosos que se iban construyendo en esta parte de América. 
    Esta particular mezcla, la pericia de las manos de los artistas poblanos y siglos y siglos de trabajo conjunto (donde se unieron también influencias italianas y chinas) ha conseguido auténticas obras de arte de fama mundial.



            
    Tan es así que esta cerámica no se queda sólo en la realización de vasos, platos, vajillas, floreros, jarrones o repisas. Este arte alcanzó su máxima expresión decorando fachadas de edificios (aunque también civiles, sobre todo, religiosos), escaleras, portales, mesas, lámparas, cocinas, patios, baños y todo tipo de monumentos y esculturas.


 
    Son, por ello, numerosas las fábricas donde, en la actualidad, trabajan multitud de personas en esta cerámica que se exporta a todos los lugares de la tierra. Sus característicos vivos colores (superando los iniciales azul cobalto sobre fondo blanco), sus originales diseños (tan amplios, a día de hoy, que van desde motivos prehispánicos a líneas florales o de diseños de animales a "art nouveau", por poner algún ejemplo), su conocida policromía y su capacidad de adaptación a los gustos actuales, hacen de esta forma de trabajar el barro un referente mundial.


        
    Debo reconocer que durante mi estancia por estas tierras fui muy afortunado al tener como guía a uno de las personas que más conoce la historia de esta parte de México. Me refiero a D. Alfredo Torres Cuautle, cronista oficial de la cercana ciudad de San Andrés Cholula, quien me ha ido desgranando datos, anécdotas y curiosidades históricas. En fin, todo un libro abierto y el mejor "cicerone" posible.  


Datos útiles:
1)Una fábrica para visitar: Cerámica Uriarte (www.uriartetalavera.com.mx).
2)Un alojamiento: Hotel Casa Reyna (www.casareyna.com). Aquí encontraremos un soberbia utilización de esta cerámica en lavabos, accesorios de baño, escaleras, decoración de interiores, etc.

4)Moneda: Peso mexicano.



    
    Finalizo comentando que, aunque en este post incido especialmente en la "Talavera Poblana", el 13 de julio de 2008 publiqué en la edición escrita del diario español LA RAZÓN un reportaje de dos páginas, titulado "La ciudad más chula de México", sobre esta preciosa localidad. 
    Para quien desee saber un poco más de su famoso mole (que supera los trece ingredientes) o la razón por la que se utiliza la expresión "Qué chula es Puebla", cuelgo esas dos páginas 





1 comentario:

  1. Muy chulo Juanito........ has aparendido pronto, eres un tio listo.
    Precioso todo, sigue asi.
    Por cierto en puebla hay unos dedales pintados a mano preciosos, y yo no he visto ninguno..... me tienes olvidada eh?.
    felicidades por el blog

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