domingo, 17 de agosto de 2025

"JNcQUOI Avenida", un valor seguro en Lisboa


    Cualquier viajero amante de la alta gastronomía que se encuentre en Portugal, y especialmente en Lisboa, sólo con oír la palabra “JNcQUOI” (www.jncquoi.com) sabe perfectamente que se refiere a la excelencia en el mundo de la restauración.



    A través de distintas propuestas como Asia (con cuatro tipos de cocinas orientales -india, tailandesa, china y japonesa-), Frou Frou (que ofrece una experiencia gastronómica inmersiva con actuaciones y entretenimiento basaba en los años veinte en China), su espectacular Beach Club en Comporta (situado en una de las líneas de playa ininterrumpida más largas de Europa) o Avenida (en la céntrica “Avenida da Libertade”), saben sorprender, y mucho, gratamente al comensal.



    Respecto a este último, uno de los grandes estandartes del lujo y la alta culinaria en la capital portuguesa, hay que decir que JNcQUOI Avenida es una de esas experiencias que, si es posible, hay que probar en alguna ocasión.




    Entre los números 182 y 184 de esta gran arteria urbana lisboeta (y parte del icónico edificio TIVOLI) encontramos este espacio único y sin igual donde, en una atmosfera contemporánea y sofisticada a la vez, un gran esqueleto de dinosauro en medio del restaurante (convertido en su postal más representativa) parece vigilar cuanto en su interior acontece.



    Galardonado recientemente con un Sol Repsol y con el chef Filipe Carvalho al mando de estas cocinas, se nos presenta una carta variada, con un producto de altísima calidad, para disfrute y deleite del comensal.



    Un escenario cuidado y sin par con agradable música ambiental, un servicio impecable y una decoración estudiada al milímetro son también ingredientes esenciales que nos envuelven en un ambiente elegante y distinguido.



    Incluso aunque se hubiera comido aquí con anterioridad y se conociera su bien ganada fama por experiencia propia, cuando se reserva en un restaurante de estas características hay que dejarse asombrar por el trabajo de estos fogones. Siempre hay algo nuevo que seguro nos deslumbrará.



    Con una magnífica selección de vinos en bodega como mejor compañía (con lógico predominio de los de estas tierras y con algunas referencias ciertamente emblemáticas a nivel internacional), descubrimos una “ementa” que tiene como base las elaboraciones portuguesas, la cocina internacional y la libertad creativa de su chef Filipe Carvalho.





    Todo está estudiado a la perfección para evitar cualquier contratiempo gracias a un insuperable equipo de sala, atento a cualquier circunstancia. Un importante detalle que es de justicia poner de manifiesto.



    Seguro que se les hará “la boca agua” si menciono platos como una “salada russa de ventresca em conserva e atum fresco”, una irresistible “paletilha com arroz de forno e grelos”, un “bife de atum rabilho grelhado com arroz de lingueirâo” o una original “tosta mista com ovo estrelado e caviar”.




    Especialmente novedosa es su particular “tosta” de jamón y queso. Un sencillo plato que adquiere cúspides más altas cuando lo acompañamos con un “ovo estrelado” y caviar.



    ¿Se imaginan un bocadillo de pan brioche relleno de bogavante y mayonesa de trufas? Las palabras, en ocasiones, no son suficientes.



   Estamos en uno de los restaurantes más reconocidos de Lisboa donde, debido al gran poder de atracción que ejerce entre los amantes del buen comer, es necesario realizar reserva previa.



   Así pues, déjense asombrar con este formidable muestrario gastronómico que es su “ementa”.



    Los mejores productos al servicio del comensal, preparados a la perfección en un ambiente digno del más exigente de los comensales.



   ¡Cómo no mencionar sus célebres “sobremesas”! Una imponente bandeja de postres es, desde luego, el mejor final para tan formidable comida.



    Toda una golosa selección, magistralmente presentada, que invita a elegir alguno de ellos.



    Sin duda, la escenografía es insuperable. Tanto que la duda que nos asalta, en este caso, es clara: ¿por qué sólo uno?




    La palabra JNcQUOI es la contracción de la conocida expresión francesa «je ne sais quoi».




    Se utiliza popularmente para referirse a la singularidad de algo. Una peculiaridad o particularidad apreciable, pero sobre la que no hay una palabra exacta que la defina. Es como decir que tiene un “no sé qué” que atrae, agrada y cautiva.



    Sin embargo, en contraposición a su nombre, la base del éxito aquí es conocida y reconocible por el comensal.



   Detrás de sus logros y laureles hay un trabajo meticuloso en recepción, sala y cocinas, la elección del mejor producto posible, una selección de vinos de ensueño y la profesionalidad y amabilidad de todos los que conforman este gran equipo llamado JNcQUOI Avenida.



    Finalizo este post indicando que estos párrafos fueron publicados en la web del periódico español LA RAZÓN el 4 de agosto de 2025

"JNcQUOI Avenida", un valor seguro en Lisboa




sábado, 2 de agosto de 2025

Palacio Ludovice, el renacer de un edificio histórico

 


    Hay hoteles en los que, nada más ver la fachada e interesarse un poco por la historia del edificio, el huésped sabe que la experiencia que tendrá será muy especial.



    Ése es el caso de un espectacular y recomendable cinco estrellas, sito en el barrio alto de Lisboa (Rua de São Pedro de Alcântara), llamado Palacio Ludovice (www.palacioludovice.com).



    Inaugurado como hotel hace pocos años, el edificio donde se asienta, de mediados del XVIII, sobrevivió al gran terremoto de 1755.

   Esta lujosa propuesta, que fuera el palacio de João Frederico Ludovice (arquitecto del rey Joâo V) abrió sus puertas gracias a una meticulosa remodelación (perfectamente documentada para ser fiel al pasado de estos muros) que ha permitido abrir un alojamiento sin igual, con sesenta y una habitaciones en diferentes categorías (incluidas suites) y un muy recomendable restaurante.





    Una construcción con varios siglos a sus espaldas que, respetando el pasado de estas paredes y sus elementos estructurales tras una impecable rehabilitación, no prescinde de toques contemporáneos y brinda comodidades y prestaciones de un altísimo nivel.



    Desde luego, es incuestionable y meritorio el tremendo desafío que supuso su recuperación y decoración. Tanto que hoy nos topamos con uno de los más reconocidos hoteles lisboetas y justo acreedor de una llave Michelin.




    Mucho de este exitoso trabajo se debe al reconocido arquitecto portugués Miguel Câncio Martins (www.mcmarchitecture.com) que, en su dilatada carrera profesional, cuenta con numerosos e importantes proyectos en diferentes partes del mundo. Entre ellos, por citar uno portugués, el asombroso hotel Quinta da Comporta (www.quintadacomporta.com).



    Lógicamente, con una historia tan dilatada, este espectacular palacio ha tenido a lo largo de sus muchos años de vida, además de casa de la familia de João Frederico Ludovice, diferentes funciones. Entre otras, jefatura de policía, escuela, sede del instituto portugués del cine, representación diplomática de Rusia o “Solar do Vinho do Porto”.



    A pesar de tantas vicisitudes históricas, esta recuperación no quiso olvidar el fin inicial para el que se construyó: residencia privada de este insigne arquitecto y su familia.



    Por tal motivo, numerosos detalles como las antiguas cocinas, la capilla o una pequeña fuente son ahora elementos decorativos perfectamente integrados.



    Recordando la trayectoria de este importante personaje y honrando su pasado, descubriremos en un lugar tan privilegiado como la recepción del hotel un retrato de grandes dimensiones de quien en su momento fuera "Arquitecto mor do reino".



    Este impresionante palacio, con fachada de tonalidades amarillas y cinco pisos de altura, alberga en su interior recuerdos ornamentales y arquitectónicos que no pueden pasar desapercibidos al huésped: frisos, decorados de paredes, techos de madera y yeso policromados, escaleras de mármol, paneles de azulejos de época pintados a mano, espacios de ladrillo visto, etc., etc.




    ¿Cómo no dedicar unas líneas a su restaurante? Con el nombre de “Federico” y bajo la batuta del chef Ricardo Simões, este templo gastronómico se sitúa en el gran patio central (que fueran las caballerizas del palacio).



    Un espacio cuidadosamente decorado que obtiene la luz natural gracias a una gran claraboya de cristal. En este incomparable escenario sirven las comidas, las cenas y un muy variado desayuno buffet.




    Con una buena carta de vinos como apoyo, se nos presenta un trabajo bien confeccionado, con predominio de la tradición gastronómica portuguesa y evidentes toques de la culinaria francesa, a través de elaboraciones que harán las delicias de todos.





    La presentación, la técnica, el producto, el entorno, los tiempos entre plato y plato, la vajilla, la cubertería o la iluminación están meticulosamente estudiados.



    Entre la sugerente variedad de posibilidades que ofrece su carta, déjenme aconsejarles dos: un espectacular "arroz de tamboril com gambas selvagens e caldo de carabineiro" y un goloso "pastel de nata, gelado de café e caramelo". Ciertamente, insuperables.




    Impresiona, créanme, estar sentado en este imponente patio y mirar hacia arriba para apreciar, junto a las ventanas de algunas habitaciones, espectaculares lámparas colgadas a una altura inimaginable y un precioso jardín vertical en una de sus paredes. Un acogedor marco donde, tanto el huésped como el comensal, se dan cuenta de lo especial que supone encontrase allí.





    Es importante reseñar que desde 1945 a 2012 en la planta baja de esta gran mansión se encontraba el “Solar do Vinho do Porto”Aquí se servían y bebían infinidad de vinos de Porto y Douro.



    Hay pues un camino paralelo durante más de medio siglo (el vino y la historia de un palacio sin igual) que no podía caer en el olvido.



    Qué mejor homenaje que una “wine experience” para adentrarnos (acompañados por una sumiller) en una didáctica cata o la existencia de una tienda ("Instituto Vinho do Porto") en la planta baja donde comprar y catar magníficos vinos. Incluso las alfombras de los pasillos son representaciones de campos de viñedos. 




    Tras lo expuesto, es fácil comprender que el nombre completo de este singular cinco estrellas sea "Hotel Palácio Ludovice Wine Experience".



    A esta plétora de prestaciones hay que añadir un gimnasio, el reconocido Caudalie Boutique-SPA (con tratamientos relajantes y una tienda donde conseguir los productos más exclusivos) y un coqueto bar con una gran variedad de cócteles.



    En definitiva, uno de esos hoteles que, por derecho propio, pueden ser parte de cualquier catálogo de alojamientos inolvidables de Lisboa.



     Finalizo este post indicando que estos párrafos se publicaron en la web del diario español LA RAZÓN el 1 de agosto de 2025.


Palacio Ludovice, el renacer de un edificio histórico