Quiero, en estos párrafos, poner el foco de atención en
la única fotografía que cuelgo en este reportaje porque creo que, en cierta
forma, dice mucho de lo que es la ciudad de la que os deseo hablar. Hay
historia, hay literatura, hay leyenda, hay pasado y hay presente.
Sólo es una, lo sé, pero, al verla, me invaden los recuerdos
de mi inolvidable viaje a una de las localidades más bonitas de Francia. Si has
estado en Auch, pateado sus empinadas y, a veces, serpenteantes calles, y si has
recorrido muchos de sus históricos rincones, seguro que la reconocerás y, en
cierta forma, volverás a repasar tu periplo por estas tierras. Te lo aseguro, cualquier
viajero que estuvo allí se llevó como recuerdo la misma fotografía.
Os cuento. Bajando por la monumental escalera que une la
ciudad nueva con la vieja de esta localidad (capital histórica de Gascuña)
descubro, en un rellano de esos 370 escalones que la componen, la estatua de
uno de los mosqueteros más célebres de la literatura universal.
Nada más y nada
menos que el intrépido y valiente d,Artagnan, que hiciera universalmente famoso
el escritor francés Alejandro Dumas en su libro “Los tres mosqueteros”
publicado en 1844. Una novela de “capa y espada” que todos leímos cuando éramos
pequeños y cuyas historias y andanzas hemos recreado en incontables ocasiones con
nuestros amigos.
Tiene su lógica que se encuentre aquí, en estas tierras
francesas que son el corazón de Gascuña, porque en un pueblo cercano nació
el que fuera siglos antes capitán del cuerpo de mosqueteros del Rey de Francia.
Este personaje, que murió durante la guerra franco-holandesa en 1673 en la
ciudad de Maastricht, fue la inspiración de Dumas.
¿Quién se atreve a pasar por alto ante esta escultura sin
hacerse la obligada fotografía?. La instantánea, además, parece estar pensada
para encuadrarse en el mejor marco posible. Al fondo, de espaldas a
d´Artagnan, la centenaria torre de D'armagnac (con cuarenta metros de altura, fue una antigua prisión del siglo XIV e icono de la ciudad). Una atalaya, con aires defensivos, que se
encuentra contigua a la Catedral Basílica de Nuestra Señora (declarada
Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO como bien incluido en los
caminos de Santiago de Compostela en Francia). Digamos que
estos dos emblemas de la arquitectura de Auch, uno de ellos visible en la
fotografía, parecen, desde su gran
promontorio rocoso, dominar la ciudad.
Como podéis
imaginar, desde aquí se obtienen unas panorámicas magníficas. El río Gers,
afluente del Garona, las colinas que nos rodean y la ciudad moderna que, con el
devenir de los tiempos, va irremediablemente extendiéndose.
No se puede
pedir más. Valga pues esta fotografía como recuerdo de mi viaje por una de las
urbes más apasionantes y con más historia del sur de Francia: Auch. Un
destino que desde esta tribuna digital os recomiendo.
Datos útiles:
¿Dónde comer?. Uno de los restaurantes más recomendables es "Le 9" del Hotel de France, junto al Ayuntamiento (place de la Liberation).
Un consejo. No dejes de visitar la Catedral Basílica de Nuestra Señora para admirar sus impresionantes vidrieras. Evidente ejemplo de una prodigiosa utilización de luz y colores. Este templo católico, que fue erigido donde se situaba una antigua iglesia románica, es la conjunción de varios estilos, de los que sobresalen el gótico de su interior y el renacentista de su fachada. Está, además, clasificado también como monumento histórico de Francia.
¿Cómo llegar?.
Con Iberia Express (www.iberiaexpress.com)
podemos volar desde Madrid a Toulouse, el aeropuerto más cercano a Auch. Como curiosidad, en el mes de noviembre pasado ha mantenido su liderazgo mundial como la línea aérea de bajo coste más puntual.
Indicar, finalmente, que este reportaje fue publicado en el diario español LA RAZÓN el 13 de diciembre de 2017.
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