viernes, 10 de febrero de 2012

Un sueño hecho realidad llamado Monte do Peral



           
    La historia de este alojamiento es francamente curiosa. En la aldea alentejana de Monte Juntos, dependiente del municipio de Alandroal, existe un coqueto y muy recomendable hotel rural que bien puede calificarse del "sueño de un matrimonio".

    Su nombre: Monte do Peral



             
    
    Esta hospitalaria pareja decidió trasladarse desde Holanda hasta estas tierras portuguesas, donde -no exagero- son unos vecinos más

    Integrados a la perfección y hablando perfectamente portugués, han construido una gran Herdade preparada para pasar unos días de tranquilidad en medio de la naturaleza. 

    Un espacio de paz y serenidad realmente necesario para paliar los efectos de esta vida moderna donde el estrés parece campar a sus anchas. 



    
   Como podéis ver en la fotografía de arriba, este precioso alojamiento se encuentra muy cerca de mi ciudad (Badajoz); está próximo al gran lago de Alqueva y se puede decir que es "casi vecino" de la frontera española. Un emplazamiento envidiable que debe ser tenido en cuenta si queremos hacer de Monte do Peral nuestro campo base para conocer esta preciosa parte del Alentejo.



            
  Ya he comentado en varias ocasiones que vale más una imagen que escribir numerosos párrafos
    
    En este post, voy a colgaros estas fotos como preámbulo del que deseo sea vuestro próximo destino en tierras portuguesas. 




               
    Creo que no hay mejor forma que ésta para argumentar lo recomendable de un lugar. Simplemente recordar que en su web http://www.montedoperal.com/ hay todo tipo de información, en varios idiomas, sobre localización, reservas, posibilidades, actividades, precios, etc.





                
    Quiero acabar recordando lo placentero y agradable que resulta pernoctar en un alojamiento cuyos únicos ruidos al despertar son los de los pájaros que nos rodean o donde, al anochecer, en el horizonte se aprecia iluminada la fortaleza de Monsaraz, que parece custodiar y controlar desde épocas medievales cuanto a kilómetros se mueve a sus pies.

    Serenidad, paz, sosiego, tranquilidad, calma o reposo son palabras que expresan lo que el huésped puede sentir entre estos muros en medio del campo. 



    
    Monte Do Peral es más que una apuesta turística de este matrimonio holandés. Estoy convencido. Es un proyecto de vida. Es una filosofía personal por la tranquilidad y el respecto a la naturaleza. En definitiva, vivir como ellos quieren.



    
    Solo queda recomendaros este preciso lugar. Un hogar que han construido en medio de la planicie alentejana, entre campos de cereales y dehesas, que recibe al huésped, lo escribo por experiencia propia, con los brazos abiertos.

 


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