viernes, 14 de febrero de 2020

El "Museo de la Rendición" de Reims


    
    Si escribimos la palabra Reims, rápidamente nos viene a la memoria una ciudad del norte de Francia, el champán  y  su grandiosa catedral, uno de los templos góticos más impresionantes de Europa que fuera inspiración de muchos otros del continente, incluido alguno español. Es también, sin duda, un icono arquitectónico de Francia. 



    
    No es extraño que la UNESCO la declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad, aunque no es el único edifico de la ciudad que ostenta tan distinguido galardón. 
  Seguramente, como apuntaba anteriormente, también nos vendrán recuerdos que tienen que ver con el champán y sus preciosas bodegas subterráneas donde en decenas de kilómetros de galerías, a veces laberínticas, duerme y va "madurando" uno de los vinos más apreciados y exclusivos del mundo: el Champán. Todo un inigualable tesoro gastronómico de esta región francesa. 
    Junto a todo esto, Reims (situada a unos 130 kilómetros de París) es mucho más. Es su gastronomía, es la cultura, es el lugar estratégico donde se sitúa, es su rica historia, son los desgarros y las tremendas cicatrices que le ocasionaron las dos guerras mundiales y son, también, los recuerdos de su importante pasado y legado romano, del que quedan impresionantes restos pétreos en la ciudad aún. 



    
    Todo ello conforma la personalidad de la ciudad. Una urbe con muchas zonas peatonales, fácil y cómoda en su visita, de un tamaño aún humano, con buen transporte público, segura y muy bien comunicada.



    
    Sin embargo, hoy quiero fijarme, y poner el centro de atención,  en un detalle histórico que -quizás- sea algo desconocido para los viajeros. De tener tiempo, aconsejo acercarse al "Museo de la Rendición".  Reconozco que, para mí, resultó también un descubrimiento.



    
    Fue en esta ciudad francesa donde, un 7 de mayo de 1945, a las 2,41 de la mañana, se firmó la capitulación alemana tras la segunda Guerra Mundial.



    
    Una habitación no muy grande, cubierta de numerosos mapas militares -incluidos algunos de la zona del océano Pacífico-, situada en la segunda planta de lo que es ahora este Museo visitable ("Musée de la Reddition") fue el escenario de la firma de uno de los documentos más importantes del siglo XX
    El principio y el fin. El fin y el principio. Aquí se firmó el ansiado final de la II Guerra Mundial en Europa (la capitulación del ejército alemán). A partir de entonces, empezó a cimentarse lo que sería una nueva etapa de la historia del viejo continente y del mundo.



    
    El espacio es modesto. Se trata de una habitación no muy espaciosa, en cuya entrada se encuentran las banderas de los países aliados (Reino Unido, Estados Unidos, Unión Soviética y Francia). El recinto está, por razones obvias de seguridad, acristalado y protegido. 



    
    El escenario de esta histórica capitulación, alejado del centro de la ciudad, fue el Collège Moderne et Technique de Reims, que, en su momento, estuvo haciendo las funciones de Cuartel General de las Fuerzas Aéreas Expedicionarias Aliadas (SHAEF).



    
    La fotografía que inmortaliza aquel momento se ha hecho famosa. Es el instante en el que el general alemán Alfred Jodl (Jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas), en el centro de una gran mesa alargada, firma el documento de rendición frente a representantes aliados. 
   El documento incluía la siguiente frase: todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945”Dicen las crónicas que fue leído en varios idiomas y se le entregó copia al general Jodl en alemán para que lo leyera. Una vez que conoció en su totalidad el texto, procedió a su firma. 



     
    Tras este acto, el militar alemán se levantó de la mesa y de pie expresó que "sólo le cabía esperar que lo vencedores traten con generosidad a Alemania".
   La guerra había terminado. Periódicos de todo el mundo se hicieron eco de la deseada y ansiada noticia que llegó a todo occidente el 8 de mayo. Celebraciones y festejos se sucedieron por esta parte de Europa. Los norteamericanos llamaron a este día V. E. (Victory in Europe). 
    Es importante destacar que Stalin, nada más conocer la ceremonia de la firma, se enfadó ante el protagonismo de los aliados occidentales. La Unión Soviética exigió que se realizara una segunda capitulación posteriormente en Berlín. Es por esta razón, por la que verás muchos textos donde se habla de las dos capitulaciones de la Alemania Nazi. 
    El museo, de dos plantas, incluye una película explicativa del momento, recortes de periódicos de la época, carteles, recuerdos, medallas, condecoraciones, uniformes, maquetas, mapas, banderas, armas, etc., siendo el centro de todo la llamada "habitación de guerra o de la rendición" donde se produjo el famoso acto.
    Así pues, por la historia, por ser un lugar emblemático y por lo que supuso en el futuro devenir de Europa, te recomiendo que busques un hueco en tu agenda, si viajas a esta ciudad, para visitar el "Musée de la Reddition"
    Si deseas ver fotografías del día de la firma, puedes mirar el siguiente link: 
http://www.historiassegundaguerramundial.com/anecdotario/la-firma-de-reims/





  
    No debemos olvidar, por estar en el ADN de la ciudad,  que Reims, donde se coronaron muchos reyes de Francia durante siglos, tiene mucho que ver con la historia de Francia. No en vano, se conoce a la ciudad como la "cuna de los reyes de Francia" o "la ciudad de la coronación". 
    Debido a esa importancia histórica, así como lo mucho que tuvo que sufrir durante las dos guerras mundiales, se decidió que en el interior de su catedral fuera donde se celebrara una misa de reconciliación entre Alemania y Francia. Fue el domingo 8 de julio de 1962. 
    El acto religioso fue oficiado por unos sacerdotes franceses que habían sido torturados por los alemanes. A este insigne celebración, en prueba de la futura amistad de los dos pueblos, asistieron las más altas autoridades políticas de cada país: Charles de Gaulle y Konrad Adenauer.
    Aseguran los historiadores que el general francés le dijo al arzobispo de Reims, que les esperaba en la entraba del templo, lo siguiente: "Excelencia, el canciller Adenauer y yo venimos a vuestra Catedral a sellar la reconciliación entre Francia y Alemania"


Datos útiles:

Dirección. (Museo de la Rendición) 12 rue Franklin Roosvelt.
Teléfono (+44 0 3 26 47 84 19)


¿Dónde dormir?. Hotel Holiday Inn (46 rue Buirette)
 



¿Dónde comer?.  Petit Comptoir (127 rue de Mars) (http://www.au-petit-comptoir.fr/)  





Un café. Por su historia, por su decoración, por su ambiente y por su privilegiada ubicación, aconsejo acercarse a Café du Palais (http://www.cafedopaslais.fr/). Todo un emblema y una referencia en el centro de la ciudad. Muy cerca de la catedral. 




Visita a bodega y cata.  Posiblemente te apetecerá, ya que estás en una de las capitales del champán de Francia, probar y conocer estas interminables galerías subterráneas donde se guarda y reposa el preciado champán. Las posibilidades son varias. En este caso, te recomiendo visitar una de las más famosas: Pommery (https://www.champagnepommery.com/)  





Algo dulce. Si eres goloso, nada mejor que acercarme a un emblema de la repostería de Reims. En Maison Fossier, una céntrica pastelería, elaboran unas galletas de color rosa que se han hecho célebres. Es casi obligado acercarse para probarlas y comprar alguna de sus variedades como regalo para familiares y amigos (http://www.fossier.fr/fr/





Una escapada. Recorre, observa, fotografía, siente y disfruta esos preciosos, a veces interminables, campos de viñedos. Tuve la suerte de conocerlos en plena vendimia y puedo asegurarte que es una muy grata experiencia. Inolvidable. 







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