¿Y si me pidieras que te
recomendara un alojamiento para no olvidar durante mucho tiempo? ¿Y si me
dijeras que quieres un lugar único donde el descanso y la historia se mezclen
en similares proporciones? ¿Y si desearas estar rodeado de obras de
arte con las que hacer más placentera tu estancia?. ¿Y si, además, insistieras en que te aconsejara un
hotel de los que pueden presumir con mayúsculas de la palabra “especial”?.
Podría parecer una petición
inalcanzable pero no es así. Por suerte, a lo largo y ancho de la geografía
española podemos encontrar ciertamente numerosos espacios únicos, con encanto,
singulares, sin igual, de los que “enganchan”.
Pues bien, en la localidad andaluza
de Cazalla de la Sierra, en la sierra norte sevillana, descubrirás uno de
ellos: El Palacio de San Benito.
Un precioso edificio en el que mucho tiene que ver la labor, entre otros, de
Manuel Morales de Jódar para convertirlo en este magnífico proyecto que tantos
halagos, buenas críticas, premios y reconocimientos está obteniendo.
De aquellos comienzos como ermita
erigida en el siglo XV, construida por la Orden de Calatrava, hasta nuestros
días, como suele decirse, ha llovido
mucho.
Siglos de historia donde los avatares y las trasformaciones han sido las
lógicas que ha ido ocasionando el trascurrir de los siglos: hospital de
peregrinos en la ruta del camino de Santiago, épocas de gloria, los recuerdos y
secuelas de un terremoto, años de abandono, etc.
Lo cierto es que, a día de hoy,
podemos encontrar un sitio realmente especial. De los que dan ganas de volver
porque, en cierta forma, el huésped nota que dormirá entre unos muros que
hablan de historia.
Un magnífico comedor con una
extraordinaria colección de cerámicas, una galería acristalada repleta de
muebles, cuadros, tapices, espejos, grabados, esculturas y una magnífica
biblioteca con chimenea de mármol, por citar algunos espacios, van, entre otras
cosas, envolviéndonos en esta particular
atmósfera. Se nota que miman los detalles y se busca la comodidad del invitado.
Las habitaciones (con nombres tan
sugerentes como “del Rey”, “de la Reina”, “del Dosel Azul”, “de los Grabados”,
“del Torero”, “del Infante”, “de Frederick Castet”, “del Militar” o “de los
Novios”) son todas distintas, con personalidad y decoración propia. Cada una
con su historia, con su particular mobiliario y dejando su singular impronta.
Imposible no quedar ensimismado viendo muchos de estos aposentos.
En cierta forma, la vida del
edificio gira alrededor de su patio central en la que hay una pequeña fuente, siguiendo la
conocida tradición andaluza para estos espacios abiertos, donde el constante
movimiento del agua genera una tranquilizante sensación de paz. En definitiva,
un pequeño remanso de relajación que el huésped agradecerá ¿Imaginas lo que es
tomar el aperitivo o disfrutar de una copa en tan soberbio escenario?.
¿Qué más te puedo decir? Si mis
esperanzas eran altas al ver algunas fotografías de este Palacio antes de
conocerlo, puedo asegúrate que se sobrepasaron con creces las expectativas.
No es mi pretensión ir
desgranando todo aquello que nos vamos a encontrar. Como en más de una ocasión
he escrito, se perdería esa capacidad de asombro que, sinceramente, creo que es
buena para el huésped cuando pisa por primera vez este edificio. Digamos que se
sale, y para bien, de lo habitual.
En mi opinión, no se trata tanto
de enumerar y relatar cuanto ofrece como como de incidir en la sensación
personal de haber tenido el privilegio de pernoctar abrazado por siglos de
historia. Una vivencia, seguramente, irrepetible.
¿Cómo explicar lo que es el Palacio de San
Benito? Complicado clasificarlo en pocas palabras.
No es un hotel al uso. No
es un alojamiento rural y sólo eso. Las palabras hotel o alojamiento rural se
quedarían incompletas para describirlo. Hay mucho más. Una especie
de poliedro donde confluyen diferentes caras: la arquitectura, la escultura, la
decoración, la historia, el trato amable al huésped, el entorno, el mobiliario,
los recuerdos familiares, la comodidad, el ambiente, ….
Define el diccionario de la Real
Academia Española de la Lengua la palabra especial, entre otros significados,
como el “que está por encima de lo normal
o habitual por significativo o estimado”. No es posible encontrar mejor vocablo
para referirme al Palacio de San Benito.
Podría decirse que el final de
estos párrafos se viene anunciando con anterioridad. Y es que, lógicamente, la
conclusión es clara: si viajas por estas tierras andaluzas cercanas al sur de
Extremadura (donde interminables extensiones de dehesas y serranías abrigan sus
pueblos) no dudes en elegir el Palacio de San Benito para pasar la noche.
Para finalizar, indicar que este reportaje se publicó en la web del diario español LA RAZÓN el 7 de febrero de 2017. Os dejo el link:
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