El 7 de octubre de 1571 en las
aguas cercanas a la ciudad griega de Nafpaktos (Lepanto) tuvo lugar una de las
mayores batallas navales de la historia. Dos colosales contendientes medían sus
fuerzas. Por un lado, la casi invencible armada otomana, bajo el mando de Ali
Pashá. Por otro, la Liga Santa, al mando de Don Juan de Austria, hermanastro de
Felipe II.
Este enfrentamiento histórico supuso una sonora derrota otomana, el freno
en sus ansias expansionistas por el Mediterráneo y un gran respiro para los
dominios cristianos. Se puede decir que el anonimato, desde entonces, fue
incompatible con Lepanto que aparecería en todos los mapas del mundo.
Nombres como Juan de Austria,
Álvaro de Bazán, Alejandro de Farnesio o Luis de Requesens quedarían grabados
para la historia.
Pues bien, aquellos aires bélicos contrastan con la actualidad de esta pequeña y coqueta localidad griega, llamada Nafpaktos, que es bañada por las agradables aguas de un golfo que va a parar al mar Jónico. La localidad, que no olvida su pasado a través de numerosas celebraciones que recuerdan la conocida y célebre batalla –procesiones, representaciones teatrales, regatas, conferencias, coloquios, exposiciones, certámenes, etc.- se ha convertido en destino perfecto para el descanso de griegos y extranjeros. Frente a aquellos vientos bélicos, estas brisas de tranquilidad.
Unas murallas almenadas con dos torres defensivas protegen el puerto y las embarcaciones que allí amarran. Se respira paz en el ambiente. El tiempo transcurre sin prisas. La vida late con más lentitud; sin agobios, con mucha clama. Es lugar de conversaciones y diálogos con los amigos. Se presta a ello. En cierta manera, esta forma de vida genera algo de envidia. No parece que el estrés tenga cabida en Lepanto.
Un castillo, situado en lo alto de un gran promontorio rocoso, ofrece las mejores vistas. Estratégicamente situado, ha sido testigo de la importancia que estas tierras tuvieron siglos atrás.
Aunque existe una carretera para llegar hasta él, mi consejo es subir,
de tener tiempo, a pie, a través de unas calles estrechas y empinadas que, aunque
pueda resultar algo cansada la subida, el regalo de las panorámicas que vamos
teniendo mitiga cualquier incipiente fatiga.
Un agradable café junto al puerto
(uno de los más bonitos de Grecia), tranquilos paseos en barco, numerosos
restaurantes donde disfrutar la variada gastronomía griega, mucho sol, bañarse en estas aguas o disfrutar de su paseo
marítimo son opciones muy recomendables. Desde luego, un tipo de veraneo muy alejado
de las grandes aglomeraciones que pueden verse en otros destinos.
Nafpaktos (a unas dos horas en coche de Atenas), con seguridad, no está en esas “rutas turísticas” más conocidas que elaboran los grandes turoperadores sobre Grecia. Algo, en mi opinión, tremendamente injusto. Sin embargo, alberga atractivos y argumentos suficientes para una escapada cuando viajemos a este país. De verdad, no debes perdértela.
Nafpaktos (a unas dos horas en coche de Atenas), con seguridad, no está en esas “rutas turísticas” más conocidas que elaboran los grandes turoperadores sobre Grecia. Algo, en mi opinión, tremendamente injusto. Sin embargo, alberga atractivos y argumentos suficientes para una escapada cuando viajemos a este país. De verdad, no debes perdértela.
Cervantes está presente
Junto a la muralla, en la parte
baja del pueblo, descubrimos una estatua de Miguel de Cervantes (1547-1616),
obra del escultor mallorquín Jaume Mir, que recuerda la presencia del insigne escritor
en la batalla. Conocido también como “el
manco de Lepanto” fue en esta contienda naval donde el autor de “El Quijote” resultó
herido quedándole, desde entonces, inútil su brazo izquierdo. Aseguran que
siempre se mostró orgulloso de las heridas recibidas. Para los españoles, y
para el resto de turistas, es una foto casi obligada.
Museo de la batalla
Otra visita imprescindible es este
museo, situado junto a la torre Botsari, donde encontraremos cuadros,
estandartes, escudos, banderas, dibujos, mapas, etc. relativos a lo acaecido
ese imborrable día. Incluso una reproducción a escala, en miniatura, de la
famosa “Galera Real” (la mayor galera de su tiempo), buque insignia de la Liga
Santa, construido en los astilleros de Barcelona, al mando de Don Juan de
Austria.
Consejos útiles:
¿Cómo llegar? Aegan Airlines
ofrece vuelos diarios que conectan Madrid con Atenas (www.aegeanair.com)
¿Dónde dormir?: Hotel Nafpaktos (www.hotelnafpaktos.gr). Un magnífico tres estrellas muy bien situado.
Webs. https://www.discovergreece.com/es , www.nafpaktos.gr
¿Dónde comer? Mi consejo es
hacerlo en alguna de las muchas tabernas griegas donde, por precios bastantes económicos,
disfrutarás de un representativo repertorio de la gastronomía del país.
Dos detalles finales:
1.- Este reportaje se publicó en la edición escrita del diario español LA RAZÓN el 14 de octubre de 2016.
Lo podéis leer también en su edición digital:
2.- Agradecer al Ayuntamiento de esta preciosa ciudad griega el detalle que tuvo con este bloguero de viajes.
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