“Inmenso, solitario, como tocado de la mano de Dios”. Con estas palabras se refería a Wadi Rum el oficial del ejército británico Thomas Edward Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia.
Formaciones rocosas insólitas,
como la célebre de “los siete pilares de la sabiduría”, nos esperan en un
paraje sin igual donde, si lo deseas, tienes la posibilidad de pernoctar en un
campamento beduino. Una experiencia
única que te adentra en la naturaleza y la historia de este territorio situado
al sur de Jordania.
No encontrará, por otra parte, el viajero mejor forma de disfrutar de la
hospitalidad beduina que compartir vaso de té, conversación e historias bajo un
cielo estrellado en medio de este espectacular entorno.
No debe extrañar, por tanto, que
sean muchos los viajeros que lo consideraran uno de los desiertos más bonitos
del mundo. Razones para tal calificativo las encuentras a cada paso.
Lawrence de Arabia, que generaría una leyenda a su alrededor tras la primera guerra mundial, optó por atravesarlo para atacar desde tierra a las tropas otomanas en el estratégico enclave de Aqaba, en el Mar Rojo. Una hazaña que el cine inmortalizó en la famosa película de David Lean protagonizada por Peter O'Toole.
Este magnífico largometraje ha
sido reconocido en diferentes foros como una de las mejores películas de la historia. A título de ejemplo, se
incluyó en el selecto grupo de películas que salvaguarda el Registro Nacional de Cine del Congreso de Estados
Unidos al ser considerada «cultural, histórica o estéticamente significativa».
Declarado Patrimonio Mundial de
la Humanidad por la UNESCO, el
astronauta del Apolo 15 James
Irwing, le dijo al rey Hussein de
Jordania que este desierto era lo más parecido
en la tierra a lo que se puede ver en la luna. Es por ello que, en ocasiones, se
refieran a él como el “Valle de la Luna”.
Wadi Rum tiene esa especial
capacidad de hacer sentir al ser humano pequeño y feliz, a la vez, en un paraje
casi irreal. Es como si desearas volver aunque sólo hace días que has
regresado. Aquí el tiempo tiene otras medidas y las horas pasan a otro ritmo.
Tierras rojizas, amaneceres
increíbles, noches estrelladas, silencios interminables, desconcertante grandiosidad, ecos envolventes, rocas fantasmagóricas,
fascinante soledad, granito y arenisca, paraíso de alpinistas, camellos y
jaimas, paisajes lunares, atmósfera cinematográfica, hospitalidad beduina, sombras
alargadas, tierra de aventura, huellas
milenarias y panorámicas inimaginables forman un todo llamado Wadi Rum, uno de
los más célebres escenarios de la primera guerra mundial en Oriente Medio.
Comencé con unas palabras de
Lawrence de Arabia y acabo con otros calificativos de este aventurero y militar
enamorado del mundo árabe: “Enorme, resonante,
divino”. No es preciso escribir más.
Simplemente
puedo decir que tuve la fortuna de recorrerlo, de admirarlo y, en cierta forma,
de sentirlo. Ya forma parte esa personal mochila que todos tenemos sobre nuestros
indelebles recuerdos viajeros.
Nuestra estancia en estas tierras desérticas acabaron con una agradable sorpresa: sentados en una gran jaima, disfrutando de una comida preparada en un horno realizado bajo tierra. Imposible imaginar mejor final para esta "experiencia Wadi Rum".
Os dejo, por último, el audio que grabé para el programa "Cosas que pasan" de Canal Extremadura Radio sobre este asombroso desierto.
Finalmente, recordar que este reportaje se publicó en la web del diario español LA RAZÓN el 8 de octubre de 2015. Os dejo el link:
Por cierto, no hay mejor forma de acabar estos párrafos que que poner una preciosa fotografía de todos los que formamos parte de ese inolvidable viaje de prensa.
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