miércoles, 12 de marzo de 2014

Ecorkhotel, un hogar lejos de casa


   
            
    Se llama Ecorkhotel. Es más que una revelación en el mundo de los hoteles en Portugal. Es una verdadera declaración de intenciones.
            
    Las cosas, si se quieren y se les pone empeño, se pueden conseguir. Y éste fue el propósito de sus propietarios que han logrado erigir a pocos kilómetros de la ciudad monumental de Évora un nuevo concepto de hotel, respetuoso con el medio ambiente, en la planicie alentejana.



             
    Rodeado de encinas, alcornoques y olivos, es el último alojamiento de cuatro estrellas abierto en esta localidad, declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1986. Ni que decir tiene, en estos tiempos de crisis, que es de agradecer que un grupo empresarial se embarque en una novedosa oferta como ésta. Hay que reconocer que, lo que pudiera ser una osadía empresarial, empieza a recoger sus frutos de la mejor forma posible: una clientela constante y unas críticas extraordinarias. Lo que será un proyecto de futuro tiene ya un sólido presente.


          
          
    Diseñado por el arquitecto José Carlos Cruz (https://josecarloscruz.com/en/) está construido para conseguir la máxima eficiencia energética, logrando altos parámetros ecológicos. El corcho, por ejemplo, (producto 100% natural) está presente en todo momento: en la utilización de suelos, en revestimientos o como aislante acústico y térmico.
            
    La apuesta por la ecología y el medio ambiente se expresa también en otras vertientes que no quiero dejar de mencionar: la búsqueda de niveles mínimos en términos de contaminación, disminuir el impacto ambiental con el uso de energía geotérmica para la calefacción, la utilización de paneles solares o la existencia de un pequeño canal de agua en algunos laterales del edifico principal que ayuda a disminuir el excesivo calor en verano y amortiguar el frío en invierno.




            
    Tiene 56 habitaciones, todas ellas suites, de 70 metros cuadrados, totalmente independientes, con terraza individual al exterior. Cada suite cuenta con dos televisiones, minibar, wifi gratis y cama tamaño king size. Un verdadero lujo en medio del Alentejo.


      
              
    Se puede decir que hay dos grandes escenarios en todo este complejo hotelero. Por un lado, el edifico principal, donde se sitúa la recepción, el restaurante, el bar, el spa,  un patio central, el gimnasio o la piscina exterior (ubicada en la parte alta, lo que permite, a la vez que nos damos un refrescante baño, disfrutar de unas excepcionales vistas sobre la dehesa que nos rodea). Por otro lado, encontramos las diferentes suites, a las que podemos acceder, si lo deseamos, en unos vehículos eléctricos.


      
             
    Muy recomendable es su Spa. No quiero dejar de mencionarlo. Cuenta con cinco salas, piscina cubierta, circuito de sauna y baño turco. Masajes o tratamientos con cromoterapia son algunas de las prestaciones que se ofertan. 

    Placenteros momentos que ayudan a evadirse del "día a día", convirtiéndolo en un perfecto destino para romper con la monotonía.


           
            
    Ahora bien, ya que hemos venido a disfrutar del campo alentejano, nada mejor que dar un paseo y respirar del aire puro de estas tierras casi infinitas. Podemos contratar excursiones para conocer la ciudad de Évora, para hacer paseos a caballo, para descubrir algunas de las más grandes y renombradas bodegas alentejanas o para realizar catas de vinos comentadas en una de las regiones de Portugal con mejores caldos. El propio hotel se encarga de gestionar todas las excursiones.
            
    Tiene, en otro orden de cosas, una ubicación perfecta. A una hora de Lisboa, a 10 kilómetros de Évora, a cincuenta minutos de la frontera española en autopista.


         
            
    Te aconsejo cenar en su restaurante. Aires íntimos y románticos que ayudan a construir una inolvidable la velada. 

     Lo primero que aprecia el comensal es la estudiada decoración, con una agradable combinación de maderas y corcho, para acabar en un gran ventanal con vistas al campo. 

      Se llama "Cardo" y se está posicionando, a pesar de su juventud, como uno de los más recomendables restaurantes de la zona. Cocina de la tierra con evidentes toques de autor. Corderos, "porco preto", bacalao o quesos son platos siempre presentes en la mesa alentejana que no faltan en este restaurante.



          
              
    No escondo mis gustos golosos y mi predilección por las "sobremesas" portuguesas. Si comes en "Cardo" disfrutarás de una excepcional combinación de postres de la tierra, algunos de origen conventual. Entre ellos, destacaría la "sericaia con ameixas" (típico de la fronteriza ciudad de Elvas) o la "encharcada". En fin, un dulce festín donde los principales partícipes se llaman yemas de huevo, almendras, canela, azúcar y harina. 


         
             
    Se aprecia que cuidan todos los detalles tratando, y consiguiendo, que esa comida sea un momento muy especial. No sólo por la  indiscutible calidad de la materia prima sino también por la profesionalidad del servicio y la presentación de las distintas elaboraciones, donde el chef sabe jugar con formatos que van más allá de los platos tradicionales. Me estoy refiriendo a pequeñas cazuelas, estuches de varias botellas de vino, tablas de madera, etc. Simplemente magnífico.


          
            
    Leyendo diferentes opiniones en internet sobre Ecorkhotel parecen coincidir en ciertas palabras. Unos términos que engloban a la perfección lo que quiere representar este hotel. Vocablos como tranquilidad, descanso, fin de semana, relajamiento, simpatía, excelente servicio o fabulosa experiencia son algunos de ellos.
            
   En todo caso, me gusta sobre todo la siguiente frase que escribió un huésped sobre Ecorkhotel: "Un hogar lejos de casa". Difícil superar esta definición.

 

           


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