sábado, 1 de diciembre de 2012

"Maridando" vinos en Almendralejo


              
    Estoy en Almendralejo, en la capital vitivinícola de Extremadura, en la ciudad del Cava, en la ciudad del Romanticismo, en la ciudad de la Música, en la ciudad de la Cordialidad. De todas estas formas es conocida esta emprendedora ciudad, una de las más activas de la provincia de Badajoz.




               
    Paso obligado para quienes desean saber algo más de la denominación del origen Ribera del Guadiana (www.riberadelguadiana.eu). Aquí se encuentra su sede central. No podía ser de otra manera. Se entiende, pues, y mucho, en estas tierras de vinos. Hay tradición y conocimientos.




              
    El más emblemático alojamiento de esta localidad es, sin duda, el Hotel Acosta Centro. El único cuatro estrellas de la ciudad. En su restaurante, desde hace meses, se celebran, con una periodicidad quincenal, cenas donde probar y disfrutar vinos de diferentes bodegas. No sólo de Extremadura sino también de otras partes del país.
             
    En mi caso, tuve la fortuna de catar los excelentes vinos que elaboran las Bodegas Fontana (www.bodegasfontana.com). En total, tres referencias. Todas de una contrastada calidad. Sus nombres: Quercus, Esencia de Fontana y Fontal Crianza. Me gustaron, especialmente Quercus. Tres vinos de dos denominaciones de origen distintas: La Mancha y Uclés. Reconozco que no sabía mucho de la última. Me sorprendió gratamente.




                
    La extraordinaria cocina que se prepara en los fogones del restaurante Olivares de este hotel estuvo, como siempre, a la altura de las circunstancias. Elaboraron unos platos dignos del mejor de los chef. Combinaron a la perfección. Recuerdo con especial agrado la tortilla de espárragos trigueros y la carrillera de ibérico estofada. Manjar de dioses.
                
    No exagero si digo que, a día de hoy, es la mejor tortilla de estas características que he probado.


         




    Esta de moda en los ámbitos gastronómicos hablar de "maridajes". No es una palabra que me guste especialmente mucho. En mi opinión, tenemos en castellano otras más explícitas.
 


            
    La velada resultó francanente agradable. Unas veinte personas (un número adecuado para estos eventos) en un marco perfectamente acondicionado. Hay que repetirlo. 





               
    No puedo más que felicitar a mi amigo Juan Manuel, director del hotel, por esta iniciativa que es casi agenda obligada para los amantes del vino en Almendralejo. 



               


1 comentario:

  1. sabrias decirme si esto es por invitación o se puede reservar??

    la verdad, parece muy interesante, me alegro mucho que lo hayas publicado.

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