sábado, 1 de septiembre de 2012

Lausana, capital del Olimpismo


    En 1994 fue designada Suiza capital Olímpica, siendo la sede  definitiva del Comité Olimpico Internacional (CIO). Además, las principales Instituciones del Movimiento Olímpico, desde 1915, junto a más de treinta federaciones internacionales de diferentes deportes, tienen su base en Lausana. Es por ello que tiene el estatus de Capital Administrativa Mundial del Deporte.
    En mi reciente viaje por Suiza tuve la suerte de conocer esta localidad ribereña del lago Ginebra, el mayor de este país.




    Como no podría ser de otra forma, me desplacé hasta el Museo Olímpico, que actualmente se encuentra en obras, de manera que hasta 2013 no abrirá nuevamente sus puertas.





    El 2012 ha sido un año olímpico, por lo que está en boca de todos el éxito de las recientes Olimpiadas celebradas en Londres.


 
                 
    Visitar el Museo Olímpico es revivir parte de historia del Olimpismo. Aunque –ciertamente- es una exposición temporal hasta que no se reabra su sede original, no deja de ser atrayente que durante este tiempo una nutrida y representativa colección de recuerdos tenga su residencia temporal en un barco de la Belle-Époque llamado Helvétie, atracado en el lago.




 
                 
    Entre los objetos que podemos ver hay cosas tan interesantes como las diferentes antorchas que se encendieron durante las distintas ediciones (tanto las de verano como las de invierno), los diseños de las medallas (oro, plata y bronce) que se entregaron a sus ganadores, los carteles publicitarios o, por citar otros ejemplos, objetos (como zapatillas, patines, bicicletas, camisetas, esquís, gorros, etc.) de algunas conocidas estrellas del deporte.





 
              
    Me acerqué a la vitrina donde se mostraba todo lo relacionado con Barcelona 1992. Un numeroso grupo de españoles tuvo la misma idea ese día.



 
                  
    Lausana es la ciudad donde se decide el futuro del movimiento olímpico, donde se toman las decisiones y se acuerdan las normas que afectarán a numerosas especialidades deportivas. 




    Una tranquila capital suiza, situada en la parte francófona, que ha sido por su belleza y por sus espectaculares alrededores lugar de descanso de muchos artistas durante décadas. Te invito a conocerla, a recorrerla y  a disfrutarla.
   Como curiosidad, este reportaje lo estoy escribiendo en el tren que me lleva desde Berna al aeropuerto de Zurich. El transporte público, especialmente el ferroviario, es la mejor forma de desplazarse por Suiza. Cómodo, puntual, limpio y muy competitivo. Sacarse la Swiss Pass es la mejor de las decisiones si nos movemos por bastantes lugares de este país.


 
                
    Aunque las circunstancias hicieran que mi recorrido por esta singular “historia del Olimpismo” se redujera a esta fantástica exposición temporal, imagino la cantidad de sorpresas que debe deparar al viajero este museo a partir 2013. Si únicamente estaba visible al público una parte de este formidable “archivo”, no dejo de pensar en la suma de objetos, recuerdos, cartas, reconocimientos, correspondencia, biografías, fotografías, galardones, esculturas, pinturas, etc. que podremos ver. 
    El Olimpismo es una de esas “organizaciones” que aglutinan el  consenso general de todos los países en un mundo donde los egoísmos patrios, los recelos y las dudas en la política internacional parecen ensombrecer un futuro común. Es bonito pensar que el deporte, en este caso, sea el mecanismo de acercamiento de culturas, naciones y civilizaciones.



 

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