martes, 14 de junio de 2011

Frauenkirche, más que una iglesia para Dresde

Única en su género como muestra del barroco sajón, la iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche), recientemente reconstruida, brilla con luz propia y se levanta orgullosa tras un convulso pasado de la que ha sido testigo mudo.
Los demoledores bombardeos que sufrió la ciudad de Dresde, capital de la Sajonia alemana, a finales de la segunda guerra mundial, redujeron a cenizas este símbolo religioso del protestantismo levantado a principios del XVIII, quizás como reacción a la conversión al catolicismo de Augusto el Fuerte.

      
El empeño y dedicación de muchas personas y asociaciones, no sólo alemanas, es un ejemplo de una labor conjunta para dotar a Dresde de este símbolo, de esta gran cúpula y de este emblema que sobrepasa, desde luego, las fronteras de la ciudad y de Alemania.
Como curiosidad, en este gran proyecto participaron asociaciones norteamericanas, británicas, francesas, alemanas o suizas, entre otras. Y es que las ayudas han llegado desde todos los lados: David Rockefeller, Henry A. Kissinger o el premio Nobel Günter Blobel, amén de multitud de personas anónimas, sobre todo alemanas, que han puesto su particular granito de arena.
Otro detalle que no debe pasar desapercibido es la minuciosidad con que se emprendió y se logró la reconstrucción. Se pueden apreciar perfectamente, sobre el casi inmaculado color marrón claro de la iglesia, algunas piezas oscuras (propias del paso del tiempo, ya que esta piedra arenisca tiene mucho hierro). 
Pues bien, esto se debe a que se intentaron utilizar todos aquellos fragmentos que se pudieron salvar entre las ruinas, estudiándose meticulosamente para reubicarlos nuevamente. Un escrupuloso trabajo que, desde luego, ha conseguido sus frutos.


Simplemente, desde este pequeña “tribuna digital”, recomiendo la visita a este impresionante templo cristiano. Es la manera de apreciar sus enormes dimensiones, de disfrutar de unas vistas únicas de la ciudad desde el gran balcón panorámico  existente en la gran cúpula y admirar, en su interior, su imponente altar y su espectacular órgano. 
Os puedo asegurar que es una de las más bellas ciudades que conozco. Curiosamente, esos días estaba de visita oficial por estas calles y rincones el presidente norteamericano Barack Obama.
Se puede decir que una parte importante de ese gran puzzle, que es darle a Dresde el esplendor urbanístico que atesoró, se va terminando. Aún faltan rehabilitaciones, aún quedan trabajos por finalizar y aún hace falta dinero, pero el camino ya comenzó. 
El trayecto a la definitiva rehabilitación del casco histórico afortunadamente no tiene paradas y la más emblemática de sus construcciones es ya, de nuevo, una realidad. 


            
Por eso, nada mejor que ver estas fotografías, admirar la ingente labor realizada y disfrutar, cuando nos acerquemos a la que algunos conocen como "la Perla del Elba”, de la famosa panorámica que desde la otra orilla del río tendremos de gran parte de la ciudad
Obviamente, la iglesia de Nuestra Señora no es más que una de las piezas de una urbe única en su género, una capital que tiene sobradas razones para ser nuestro próximo destino.

        Dresde es tan variada y polifacética que requiere unos días para conocerla. Es ciudad de bellos edificios y rincones (la Ópera, la Academia de Bellas Artes, el palacio residencial, la plaza del teatro, la iglesia imperial, el Zwinger, el ayuntamiento, etc.), es ciudad de música y conciertos, es ciudad de cultura y festivales, es ciudad de su río y de barcos de vapor y es la capital de un bellísimo territorio de pueblos, castillos, lagos y bosques que es la Sajonia alemana 
  
                                                                              

Quizás, para no olvidar la historia -con sus errores y aciertos- sea conveniente conocer lo que supuso el gran bombardeo que arrasó esta ciudad. Fue realizado por la Real Fuerza Aérea Británica y el Ejército del Aire de los Estados Unidos de América, entre los días 13 y 15 de febrero de 1945. 
Se han escrito muchos libros al respecto y las preguntas, que aún persisten, no tienen respuestas nítidas y claras. ¿Era necesario un bombardeo de estas características? ¿Era Dresde un lugar estratégico? ¿Se trató de una simple venganza aliada? ¿Fue un crimen de guerra?
Se calcula que causó entre 25.000 y 40.000 muertos (los historiadores no se ponen de acuerdo en el número). En todo caso, fue un infierno de bombas que arrasó el casco antiguo
La famosa instantánea tomada, desde la torre del ayuntamiento, por el fotógrafo alemán Richard-Peter, mostraba con claridad el grado de devastación sufrido.  



    Acabo estas líneas recordando que este gran templo cristiano es sólo un ejemplo de los muchos reclamos de una de las ciudades más bonitas de Europa. Entre ellos, destacaría, por citar algunos el palacio barroco de Zwinger, el Desfile de los Príncipes -el mayor mural de porcelana del mundo con más de 100 metros de largo-, el teatro de la ópera Semper, el río Elba, un crucero en barcos de vapor por esta gran arteria fluvial, etc., etc.). No en vano se la conoce también, entre otros nombres, como "la Florencia del Elba"
    En diciembre de 2010 publiqué un reportaje (que cuelgo a continuación) para la sección de viajes de la Revista Amiga de Guatemala sobre esta localidad titulado: "Desde, la cuna sajona".




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